En plena emergencia por el COVID-19, un caso de rabia en Buenos Aires alerta sobre la importancia de vacunar a perros y gatos

Ocurrió en la localidad bonaerense de Ezeiza, donde la propietaria de dos gatos consultó a una veterinaria tras encontrar a los animales jugando en su patio con un murciélago. Cómo actuar en estos casos y en qué consiste el protocolo de “control de foco” que se activó

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La rabia es una enfermedad
La rabia es una enfermedad viral infecciosa que una vez que ingresa al organismo “ataca” al sistema nervioso central (Shutterstock)

La rabia es una enfermedad viral infecciosa que una vez que ingresa al organismo “ataca” al sistema nervioso central y acaba siendo mortal en casi todos los casos una vez que se manifiestan los síntomas clínicos. Se trata de una de las llamadas “enfermedades desatendidas”, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y su reservorio natural es el murciélago y es a través de éste que ocurre el “nexo de contagio” con las especies de animales domésticos.

En pleno aislamiento preventivo y obligatorio, una vecina de la localidad de Ezeiza consultó con la única veterinaria que se encontraba abierta en la zona derivada por la Dirección de Zoonosis de ese municipio debido a que había encontrado a sus gatos jugando con un murciélago que había caído en el patio de su vivienda.

“Me llamó un empleado de la municipalidad porque una amiga suya había encontrado a dos de sus gatos jugando con un murciélago en su patio, por lo que de inmediato me comuniqué con la señora y le indiqué que recogiera al murciélago en un recipiente con tapa y lo colocara en el freezer que yo lo iba a pasar a retirar”. Valeria Scarone es médica veterinaria (MP 10066) y la directora de Zoonosis de la Secretaría de Salud de ese municipio y consultada por Infobae explicó que “cuando el murciélago está caído es porque ya no puede volar bien y la indicación es colocarle un balde u otro recipiente boca abajo encima para que no se pueda mover y luego taparlo con cuidado”.

Tal lo pautado, Scarone retiró el animal del domicilio y lo envió para su análisis al área de Zoonosis Urbanas de Avellaneda, "que es el que nuclea a toda la provincia de Buenos Aires".

“Por suerte los gatos estaban vacunados contra la rabia recientemente, pero de todos modos se les indicó el protocolo de vacunación antirrábica y controles periódicos por 90 días -detalló la funcionaria-. Si los gatos no hubiesen estado vacunados y el murciélago daba positivo el accionar en estos casos indica sacrificar al animal que estuvo en contacto”.

El reservorio natural de la
El reservorio natural de la rabia es el murciélago y a través de éste se da el nexo de contagio a las especies de animales domésticos (Shutterstock)

Así fue que la propietaria de los gatos concurrió a la única veterinaria que se encontraba abierta en la zona para seguir las indicaciones. “Le explicamos que el protocolo indicaba que debían aplicarle a sus gatos tres dosis de vacuna antirrábica a pesar de que estaban vacunados recientemente”, dijo a este medio la médica veterinaria Carolina Chavez (MP 10808), una de las propietarias del establecimiento.

Cuando de Zoonosis Urbanas informaron al municipio que el murciélago “había dado positivo a rabia”, activaron lo que se llama “control de foco”, que consiste en “vacunar casa por casa a todos los perros y gatos a 200 metros a la redonda de donde se encontró el murciélago”, puntualizó Scarone, quien explicó que “si hubiese sido un caso de rabia canina o felina tendrían que haberse vacunado en 500 metros a la redonda”.

Y tras referir que “algunas personas fueron un poco reacias a que un desconocido le tocara el timbre para vacunar a sus animales, pero al explicarles la situación la mayoría de los vecinos colaboró”, la especialista destacó que “la cuarentena en este sentido fue de gran ayuda ya que casi todas las personas estaban en sus casas, y en ese punto se hizo más fácil”.

La funcionaria consideró que “el problema es que hay mucha gente que cree que la rabia no existe más y por eso no vacuna a sus animales; a veces estas cosas sirven para que la gente tome un poco de conciencia”, en tanto señaló que “en todas las poblaciones de murciélagos, se estima que hay entre un 9 y un 10% que son portadores de rabia”.

“Hemos escuchado de personas que encuentran un murciélago en su casa y lo tira a la basura; si esos casos se notificaran y analizaran probablemente tendríamos más casos que quedan enmascarados”, finalizó.

Al estar vacunados los que
Al estar vacunados los que más estrechamente en contacto con el humano están se corta el ciclo y no se pone en riesgo la salud de las personas (Shutterstock)

Por su parte, Chavez remarcó que “erróneamente muchos piensan que la rabia está erradicada y eso no es así”. “Lo que se busca con la estrategia sanitaria de la vacunación es que toda la población de animales domésticos esté vacunada porque el reservorio natural o silvestre de la rabia es el murciélago y a través de éste es que se da el nexo de contagio a las especies de animales domésticos”, explicó, al tiempo que aclaró: “Esto no quiere decir que hay que salir a matar murciélagos porque se trata de un habitante importante de nuestro ecosistema y no todos tienen rabia”.

En la Argentina, la Ley Nacional de Fauna Nº 22.421 protege a la fauna silvestre, entre la que se encuentra el murciélago, cuyo rol en la conservación del medioambiente es sustancial, ya que “por noche, cada murciélago come la mitad de su peso en insectos. Es decir que en una colonia de miles de miembros (pueden tener entre mil y cinco mil ejemplares), consumen en una noche, entre 10 y 12 kilos de insectos y así prestan servicios ecosistémicos absolutamente valiosos e irremplazables”. Así, hacen un enorme control sobre plagas, como polillas, moscas, mosquitos, escarabajos o insectos que afectan plantaciones de maíz, tomate, tabaco, manzana o pera. Además de consumir ese tipo de animales, resultan claves en la polinización. Fundamentalmente en la dispersión de semillas, en relación a aquellos que se alimentan de frutos.

Para Chavez, “la manera de ponerle freno a la rabia no es matar a los murciélagos sino tener a las especies domésticas con las vacunas al día”, y ahondó: “Por domésticas siempre se consideraba a perros y gatos, a los que desde hace un tiempo se sumó al hurón, ya que se volvió costumbre tener estos animales en las casas”.

Así, “al estar vacunados los que más estrechamente en contacto con el humano están se corta el ciclo y no se pone en riesgo la salud de las personas”. “Desde nuestro lado, los médicos de animales tenemos que educar para que esta vacuna no deje de aplicarse y se haga según la ley argentina, que lo que recomienda es hacerlo una vez al año para mantener a raya el pasaje del virus del ámbito silvestre al doméstico”.

Según la OMS, “es necesario mejorar los conocimientos de las comunidades en materia de prevención y lucha contra la rabia, en concreto sobre la responsabilidad que supone tener una mascota, la prevención de las mordeduras y el modo de actuar cuando estas ocurren”. “El compromiso de las comunidades y su participación en los programas preventivos contribuyen a mejorar la cobertura y la recepción de la información más importante”, señala el organismo en su página web.

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