El último boletín integrado de vigilancia que publica el Ministerio de Salud de la Nación da cuenta de que, desde el 29 de julio de 2019 al 5 de abril de 2020, en la Argentina se notificaron 39.573 casos con sospecha de dengue de los cuales 14.237 fueron confirmados (11.297 sin antecedentes de viaje y 2.945 con antecedentes de viaje a zonas con circulación viral).
Sólo en 30 días los casos confirmados aumentaron en más de un 700 por ciento: hasta el 2 de marzo eran 1.743 confirmados (6.991 casos notificados). En los últimos ocho meses se registraron 10 personas fallecidas que dieron positivo en la prueba para dengue (3 mujeres y 7 varones). Los primeros meses de 2020 se registró un número de notificaciones muy superior a los dos años previos.
Y para evidenciar con números ciertos la actual epidemia que transita el país, además de la pandemia por el coronavirus SARS-CoV-2, se destaca que en un mes los nuevos casos positivos confirmados por dengue fueron más de 12 mil.
El dengue es una enfermedad viral que se transmite sólo a través de la picadura de un mosquito hembra infectado Aedes aegypti, no de persona a persona, ni a través de objetos o de la leche materna. Los síntomas, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), son fiebre elevada (40 ºC), acompañada de dos de los siguientes síntomas: dolor de cabeza muy intenso, dolor detrás de los globos oculares, dolores musculares y articulares, náuseas, vómitos, agrandamiento de ganglios linfáticos o sarpullido.
"Por más que nos ocupe la cabeza en este momento la pandemia, el dengue es un tema muy serio y no tenemos que descuidarlo. En la Argentina estamos en época, por ende, hay que insistir en los cuidados, en el descacharreo, en fumigar, en cortar el pasto. Nadie puede decir que esto es una elección de una enfermedad por sobre otra. De hecho, ha habido casos en los que se han sumado ambas enfermedades”, dijo en diálogo con Infobae el doctor Lautaro de Vedia, ex presidente de la Sociedad Argentina de Infectología.
Con respecto a la Ciudad de Buenos Aires, los barrios más afectados son los del sur porteño, los de la Comuna 8 (Villa Soldati y Lugano); la Comuna 4 (Parque Patricios, Barracas, La Boca y Pompeya); y la 10 (Floresta, Monte Castro, Versalles, Villa Luro). El mapa de actividad del mosquito Aedes aegypti tiene forma de L y se concentra tanto en zonas precarias y residenciales en las cercanías a la autopista General Paz, como Villa Devoto, Villa Urquiza o Saavedra.
Aedes aegypti es la única especie de mosquito que puede transmitir dengue en nuestro país, además de otras enfermedades como chikungunya, zika o fiebre amarilla.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) explica que este tipo de mosquito es doméstico (vive en y cerca de las casas) y se reproduce en cualquier recipiente artificial o natural de agua, según se refleja en un informe de Chequeado, que permite aclarar los mitos y verdades con repecto al dengue.
¿Todos los mosquitos Aedes aegypti transmiten dengue?
No todas las especies de mosquitos que podemos encontrar en nuestras casas pueden transmitir dengue, solo la hembra del Aedes aegypti. “Hay más de 240 especies de mosquitos en la Argentina y muchas veces se confunde al Aedes aegypti con otras especies“, dijo a Chequeado Nicolás Schweigmann, investigador independiente de Conicet, director del Grupo de Estudios de Mosquitos de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA) e integrante del Grupo de Investigadores sobre Mosquitos en Argentina (GIMA).
Marina Stein, doctora en Biología, investigadora adjunta del Conicet y responsable del Área de Entomología del Instituto de Medicina Regional de la UNNE, e integrante del GIMA, explicó: “Los mosquitos, o por lo menos aquellos que conocemos que transmiten patógenos y que conviven con nosotros cotidianamente, no transmiten los virus a su descendencia. Es decir, la hembra que está infectada deposita huevos sanos, por lo que las larvas que nacen después de la eclosión del huevo no están infectadas, y el adulto que emerja tampoco estará infectado”.
¿El mosquito desaparece con el frío?
Schweigmann explicó que en invierno o cuando hace mucho frío, por una cuestión de metabolismo, los mosquitos no pueden regular su temperatura corporal y se desplazan en forma más lenta. “Hay que tener en cuenta que los mosquitos adultos se alimentan del néctar, y como en el invierno hay menos flores, entonces disminuye su cantidad al no poder alimentarse. En invierno se da una baja de la población de los mosquitos adultos, pero los huevos persisten pegados en las paredes de aquellos recipientes olvidados por las personas y así sobreviven en ese estadio durante varios meses”, señaló.
Los especialistas advierten que la mejor temporada para hacer tareas de prevención y eliminar posibles criaderos de mosquitos es durante los meses de frío.
¿Pone huevos sólo en agua limpia?
Desde el Grupo de Estudio de Mosquitos de la UBA revelaron que no sólo se crían en agua limpia, sino que también se pueden encontrar larvas en recipientes con agua sucia que esté estancada hace mucho tiempo. Se crían en cualquier tipo de recipientes artificiales como baldes, bebederos de animales, botellas, tachos de pintura, cubiertas abandonadas, etcétera, pero no en charcos, lagunas o zanjas.
¿Funciona la fumigación?
El Ministerio de Salud de la Nación especifica que, a diferencia de lo que se suele creer, la fumigación no es una solución definitiva ni la más eficaz para eliminar a los mosquitos y prevenir las enfermedades que transmiten. La aplicación de insecticidas es una medida destinada a eliminar a los mosquitos adultos, pero no a los huevos ni a las larvas. Existen una serie de recomendaciones sobre cómo prevenir la enfermedad que pueden encontrarse en esta nota de Chequeado.
¿Qué pasa si una persona contrae la enfermedad más de una vez?
Existen cuatro serotipos de virus del dengue (DEN 1, DEN 2, DEN 3 y DEN 4). Desde el Colectivo Académico de la Carrera de Especialistas en Epidemiología del Instituto Universitario del Hospital Italiano de Buenos Aires (CACEE) aclararon que cuando una persona contrae uno de los serotipos, queda inmunizada de por vida contra ese serotipo, pero sigue expuesta a infectarse con los otros tres. Aunque potencialmente cualquiera de ellos puede producir la enfermedad dengue con estadios leves a severos, es más frecuente observar casos graves a partir de una segunda infección con otro serotipo.
En la Argentina, hasta el momento, se registró en diferentes sitios del territorio nacional la presencia de 3 de los 4 serotipos. De acuerdo con el último boletín integrado de vigilancia del Ministerio de Salud de Nación, el 62% del total de los casos confirmados corresponde al serotipo DEN-1; el 36%, al DEN-4, y el 2% DEN-2.
“También hay grupos de riesgo como los pacientes diabéticos o con cardiopatías que pueden, a la primera infección, desencadenar la forma grave de la enfermedad”, advirtió Stein.
¿Cómo es el mosquito transmisor?
La bióloga explicó algunas características que presenta: “El mosquito Aedes aegypti es de tamaño pequeño, la mayoría de las personas creen que es grande por las imágenes que se suelen utilizar en propagandas o noticias, pero no mide más de 5 milímetros. Es de color marrón oscuro y tiene un dibujo en el torso (espalda) que se asemeja a una lira, de color blanco plateado. En las patas tiene anillos de ese mismo color. Se lo reconoce porque tiene un vuelo muy característico, como errante, parece que estuviera saltando en el aire”.
Nicolás Schweigmann aclaró que “el Aedes aegypti no suele volar más de 40 metros a la redonda” y que “por ese motivo, si se encuentra un mosquito adulto, quiere decir que cerca tiene que haber algún criadero”.
Además, agregó que “es un mosquito que está activo en horas de luz, durante el día o cuando están las luces encendidas. Nos tiene que ver para picarnos y por eso no tiene nada que ver con los mosquitos que pican a la noche".
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