La epidemia de coronavirus tiene en vilo a todo el mundo. Sin embargo, en Argentina el ministro de salud, Ginés González García, ha declarado recientemente estar “más intranquilo por el dengue que por el coronavirus”. De la misma manera piensa la Leda Guzzi, médica infectóloga de la Clinica Olivos de Swiss Medical Group (MN. 108630), quien destacó el gran crecimiento de casos de dengue en el país y Latinoamérica.
Según la Organización Panamericana de la Salud, los casos confirmados de dengue en América Latina y el Caribe entre el 2019 y 2020 llegaron a 3.095.821 y hubo en total 1.530 muertes. Sólo en el mes de enero de 2020 más de 125.000 personas se enfermaron y murieron 27 en toda la región.
"En agosto del año pasado la Organización Panamericana de la Salud alertó acerca de un nuevo ciclo epidémico en América y advirtió que luego de 2 años de baja incidencia, en 2019 se observó un incremento muy significativo de enfermos de dengue en varios territorios de la región, y si tenemos en cuenta los casos autóctonos e importados recientemente diagnosticados, todo parece indicar que el 2020 sostendrá la curva de crecimiento”, afirmó a Infobae Guzzi.
En 2019 Brasil notificó el mayor número de casos de su historia alcanzando un total de 2.200.000 con 782 muertes; por su parte Paraguay, con 11.800 enfermos en 2019, 6 víctimas mortales y más de 2.000 afectados en lo que va de 2020 (entre ellos, el presidente Mario Abdo Benítez y su esposa) declaró la emergencia ambiental y sanitaria en Asunción. Mientras que Bolivia calificó a la enfermedad como epidemia y notificó más de 16.000 casos en 2019 y comenzó el 2020 con 2.143 contagios y 700.000 personas en espera de confirmación por laboratorio.
Argentina registró 3.209 infecciones en 2019 y más de 70 personas en lo que va del 2020, la mayoría están en la provincia de Formosa, que cuenta con 46 casos y 130 sospechosos. La provincia de Buenos Aires confirmó un total de 26 casos con 19 en estudio. Ginés González García, por su parte, reconoció que “el pico” de la enfermedad se dará “en febrero”.
“En este contexto, el riesgo de desarrollar un brote de dengue en nuestro país, es muy elevado. Yo catalogaría la situación en Argentina como de tranquilidad expectante. Desde agosto de 2019 hasta el 20 de enero de 2020 se registraron entre casos probables y confirmados 51 pacientes positivos sin antecedentes de viaje, y 73 casos importados, es decir, con antecedente de viaje a áreas de intensa circulación viral. Es fundamental estar alertas, ya que históricamente el comportamiento del dengue en nuestro país fue epidémico y en estrecha relación con la ocurrencia de brotes en los países limítrofes. Por otra parte, en la mayoría de las provincias del país se ha constatado la presencia del vector, el mosquito transmisor del virus Aedes aegypti. Por lo tanto, la introducción del virus a partir de viajeros infectados provenientes de países vecinos, en condiciones climáticas apropiadas y con vectores circulantes, representa un escenario de alto riesgo”, explicó la médica.
Cómo se transmite la enfermedad
El mosquito hembra del género Aedes aegypti es el principal vector del virus del dengue. De acuerdo a la profesional se lo reconoce fácilmente por la presencia de manchas o lunares blancos en sus patas negras.
El mosquito se infecta con el virus al succionar sangre de una persona enferma. En el interior de su intestino el virus se replica y luego se extiende hasta las glándulas salivales en un período de entre 8 a 12 días. Posteriormente, al picar a un humano susceptible, transmite la infección. Cabe destacar que el mosquito permanece con la capacidad de infectar, por el resto de su vida y puede picar a varias personas.
La persona con dengue sólo puede infectar al mosquito durante la etapa febril o virémica (es decir cuando los virus circulan en la sangre), por eso es importante que mientras el paciente tenga fiebre, evite ser picado por mosquitos. Los virus circulan en la sangre de la persona desde un día antes y hasta 5 a 6 días posteriores a la aparición de la fiebre.
“Los mosquitos del género Aedes tienen hábitos domiciliarios y peridomiciliarios. Se desarrollan en criaderos de agua estancada, sobre todo en recipientes artificiales muy próximos a las casas y tambien en el interior de las mismas. Desde allí pueden volar en un radio de 400 m. Esto quiere decir que son las personas, más que los mosquitos quienes propagan rápidamente el virus en las comunidades donde viven debido al desplazamiento a diferentes lugares”, señaló la profesional de la salud.
Los aspectos climáticos son claves
Típicamente el dengue y otros arbovirosis como Zika, Chikungunya y Fiebre Amarilla han sido considerados enfermedades clásicas de los países tropicales, especialmente en áreas húmedas y de temperaturas templadas a cálidas, que exhiben las mejores condiciones para el desarrollo del mosquito vector en todas sus fases.
“Las precipitaciones y la humedad facilitan una mayor disponibilidad de criaderos, en tanto que las temperaturas entre 25 y 28° C resultan óptimas para la maduración sexual, la cópula, la ovipostura y la supervivencia en general del mosquito. De todas formas, en países como el nuestro en dónde existen meses de temperaturas bajas, la población de mosquitos adultos desaparece pero los huevos infectados persisten viables y cuando retornan las temperaturas cálidas, eclosionan larvas con capacidad infectante. Además, se ha comprobado que debido al cambio climático y a mecanismos adaptativos cada vez más sofisticados, el mosquito ha comenzado a presentarse en lugares en los cuales antes no era frecuente, llevando la enfermedad a áreas geográficas impensadas”, advirtió la médica.
Síntomas para acudir al médico
Se caracteriza por fiebre asociada a dolores musculares y articulares intensos, dolor de cabeza especialmente por detrás de los ojos, probable dolor abdominal y manchitas en la piel. La presencia de fiebre elevada asociada a alguno de estos síntomas debe motivar la consulta a un centro médico. Sólo se tratan los síntomas y en los casos severos, se ofrecen medidas de sostén. Debe evitarse el ibuprofeno porque puede aumentar el riesgo de sangrado.
“Existen cuatro variantes de dengue que se conocen como serotipos 1, 2, 3 y 4. Cuando una persona padece la infección por dengue por un determinado serotipo, esto le confiere inmunidad o defensas en forma permanente contra ese serotipo y sólo por unos meses contra el resto de los serotipos. Es por esto, que en teoría una persona podría padecer dengue hasta cuatro veces a lo largo de su vida, una por cada serotipo”, aclaró la doctora.
Medidas de prevención
“La medida primordial para evitar el dengue es controlar la proliferación de los mosquitos. Y esto implica una responsabilidad comunitaria ya que todos somos responsables de destruir los criaderos. Es de vital importancia revisar la casa, el lugar del trabajo y las zonas aledaneas, como jardines y quintas en búsqueda de recipientes que puedan acumular agua. Deben retirarse baldes, macetas, discos de arado, juguetes y todo tipo de objetos que al aire libre puedan recolectar y estancar el agua de lluvia. Se debe extraer el agua de los huecos de los árboles, rocas, paredes, neumáticos y letrinas abandonadas, deben rellenarse los huecos de tapias o paredes donde pueda acumularse agua y mantener tapados los tanques y recipientes que la almacenan”, recomendó la especialista.
El agua de los floreros, platos bajo macetas, colectores de desagüe de aire acondicionado o lluvia, bebederos de las mascotas dentro o fuera de la casa, deben cambiarse cada tres días. La presencia de basurales y malezas también facilita desarrollo de criaderos de mosquitos que pueden pasar desapercibidos, por lo que también deben eliminarse.
“También es recomendable colocar mosquiteros o mallas metálicas en las aberturas de las casas y utilizar repelentes de mosquitos. En Argentina se dispone de varias marcas y presentaciones de repelentes que contienen DEET (N-Dietil-meta-toluamida) en diferentes concentraciones, con un máximo de 25%. Estas formulaciones pueden ayudar a prevenir las picaduras de insectos y deben aplicarse con una frecuencia que dependerá de la concentración del producto, cada 6 a 8 horas para el de 25% y cada cuatro horas para los de menor concentración. Se aplica sobre la ropa y la piel expuesta. Se puede utilizar a partir de los 2 meses de vida del niño, teniendo la precaución de no colocarlo en sitios donde el bebé pueda ingerirlo al chupar o lamer, por ejemplo en las manos”, aconsejó la infectóloga.
Sin duda la medida más eficaz para combatir el dengue es la eliminación de los criaderos. “Hay que tener en cuenta que la fumigación o el uso de insecticidas en el hogar tienen un poder residual reducido por lo cual solo sirven para matar al mosquito adulto, pero no mata los huevos infectados, es por ello que siempre deben ir acompañados por la eliminación de todos los recipientes que acumulan agua en las casas y espacios públicos”, advirtió la especialista.
La buena noticia es que se cree que en los próximos años ya estará disponible contra el dengue. De hecho, Guzzi, numerosos organismos de la esfera pública y privada, en diversos países están trabajando en el desarrollo de vacunas, que deberían mostrar un buen perfil de protección frente a los cuatro serotipos.
Mitos sobre el dengue
-“Es una enfermedad de la pobreza”: falso. Si bien determinadas condiciones como deficiencias en la red de agua potable y recolección de basura ponen en riesgo a los sectores sociales más vulnerables, el mosquito puede transmitir esta enfermedad a todas las personas por igual.
-“Las bajas temperaturas terminan con el mosquito transmisor del dengue”: falso. Si bien la población de mosquitos adultos desaparece con temperaturas sostenidas por debajo de 10°C, los huevos son capaces de sobrevivir durante el invierno y eclosionar infectantes en la primavera.
-“Puede transmitirse de persona a persona”: falso. Se transmite a través de la picadura del mosquito infectado.
-El mosquito sólo pica de día”: falso. Por más que la mayor actividad se da durante el día, también puede picar durante la noche si el mosquito no pudo alimentarse previamente.
-“Tomar vitamina B impide la picadura del mosquito”: falso. No existe ninguna evidencia científica que apoye esta afirmación.
“En conclusión, en el contexto epidemiológico regional actual, el dengue representa un riesgo potencial para nuestro país y es muy importante conocer los síntomas que deben motivar la consulta, pero ante todo, es fundamental que todos tomemos conciencia de que es responsabilidad nuestra evitar la supervivencia del mosquito transmisor”, finaliza la especialista.
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