Uno de los argentinos varados en el crucero japonés tiene coronavirus

Es el primer latinoamericano diagnosticado con la enfermedad. El barco se encuentra amarrado en el puerto de Yokohama -en cuarentena- con 3.711 pasajeros a bordo de 56 nacionalidades distintas

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El número de casos declarados de coronavirus a bordo de un crucero en cuarentena frente a las costas de Japón se duplicó el jueves, pasando a 20, informó el ministro de Salud japonés.
El número de casos declarados de coronavirus a bordo de un crucero en cuarentena frente a las costas de Japón se duplicó el jueves, pasando a 20, informó el ministro de Salud japonés.

Uno de los 8 argentinos que se encuentran aislados en un crucero en Japón fue diagnosticado con coronavirus, la enfermedad que ya causó 636 muertes en China y más de 30.000 contagios.

Se trata del primer latinoamericano en contraer el virus que generó la preocupación de la Organización Mundial de la Salud y obligó a varios países a tomar medidas especiales para evitar el avance de la epidemia.

Este viernes, el ministro de Salud de Japón, Katsunobu Kato, confirmó que se detectaron 41 nuevos casos del coronavirus en el crucero Diamond Princess que se encuentra amarrado en el puerto de la ciudad de Yokohama, desde el pasado miércoles a las 7 de la mañana (hora japonesa), en cuarentena debido al brote de la enfermedad.

Según informó la agencia de noticias nipona Kyodo News, entre los 41 nuevos infectados, además del argentino, hay 21 japoneses, 8 estadounidenses, 5 australianos y un británico, que se suman a los 20 que fueron afectados durante la semana. En el barco viajaban 3.711 pasajeros de 56 nacionalidades distintas.

Especialistas habían determinado que todos los viajeros deberían permanecer dentro de sus camarotes hasta que finalice el período de cuarentena, que se prolongaría al menos hasta el 19 de febrero de no mediar ningún inconveniente. El argentino habría presentado síntomas y tras ser sometido a exámenes se confirmó la infección.

Fuentes del consulado argentino en Japón le confirmaron a Infobae que el cónsul, Carlos Alfaro, se encuentra en contacto permanente con autoridades del Ministerio de Relaciones Exteriores de Japón tratando el caso con autoridades locales. Por ahora, no se informó el nombre de la persona infectada ni cuál es su país de residencia.

Al llegar los resultados de 171 de 273 tests de detección que se realizaron, el ministro de Salud japonés confirmó que “41 dieron positivo”. Las pruebas se hicieron sobre las personas que presentaban síntomas o que habían estado en contacto con un pasajero que desembarcó en Hong Kong y al que se le diagnosticó la enfermedad. Los 41 nuevos infectados serán hospitalizados en centros de salud de Yokohama. Kato adelantó que el sector de turistas vulnerables (ancianos y aquellos que estuvieron en contacto con los nuevos casos positivos) serán sometidos a pruebas de detección adicionales.

Los pasajeros del Diamond Princess, en sus cabinas, aislados para evitar la propagación del virus
Los pasajeros del Diamond Princess, en sus cabinas, aislados para evitar la propagación del virus

Días atrás, las autoridades habían detectado a 20 pasajeros infectados dentro del crucero, uno de ellos en grave estado.

El origen de la propagación de la infección a bordo proviene de un hombre de 80 años que desembarcó en Hong Kong, el pasado 25 de enero. Por lo que se tomó la decisión de amarrar el barco para que ingresen médicos especialistas que confirmaron que había turistas afectados. El Gobierno de Japón pidió a los pasajeros del crucero y a la tripulación, procedente de 56 países distintos, que permanezcan en el barco dos semanas más a partir de este miércoles.

El brote del nuevo coronavirus ya ha dejado 636 víctimas mortales y 31.161 afectados en China. Aunque China es el epicentro del brote y el país más afectado, el coronavirus se ha extendido ya a otros países del sureste asiático y también se han detectado casos en Europa y América.

Los más de tres mil turistas del crucero se encuentran encerrados en sus camarotes -en algunos no hay ventanas-. En esos casos, los que no tienen acceso a la luz natural, se los autorizó a caminar por la cubierta en pequeños grupos para tomar aire, pero bajo condiciones estrictas, entre las que se destacan el uso de una mascarilla cuando están fuera del camarote; que mantengan al menos un metro de distancia cuando conversen, y que se vistan con ropa de abrigo.

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