Temperaturas agobiantes: consejos para evitar el golpe de calor

Técnicamente, el verano aún no comenzó, pero las altas temperaturas parecen haberse instalado y los cambios bruscos de clima pueden traer consecuencias para el organismo. este martes llegará el pico de calor con 37 grados de temperatura máxima (se espera que la sensación térmica supere los 40°) y el el alivio recién se sentirá para el jueves.

Según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), la temperatura oscilará entre los 23 y 37 grados. Aunque no es récord estará muy cerca: la temperatura más alta en el mes de diciembre fue de 40.5°, el 18 de diciembre de 1995.

En este marco, el Sistema de Alerta Temprana por Olas de Calor y Salud (SAT-OCS), figura desde ayer lunes en amarillo. Esto significa que las temperaturas actuales tienen un “efecto leve-moderado” sobre la salud, lo que puede ser "peligroso sobre todo para bebés, niños y adultos mayores.

Desde el SMN informaron que entre las 14 y las 17 horas será el pico de calor en el área Metropolitana. A partir de esa hora, crecen las posibilidades de tormentas aisladas, las que se extenderán hacia entrada la noche de este martes. Sin embargo, no se espera que las precipitaciones hagan descender las temperatura, que recién bajará para el día jueves.

El intenso calor se replicará a lo largo del país, sobretodo en la zona centro donde se esperan temperaturas muy elevadas.

Golpe de calor

El golpe de calor es el aumento de la temperatura del cuerpo por una exposición prolongada al sol o por hacer ejercicios en ambientes calurosos y poco ventilados. Se produce porque el cuerpo pierde agua y sales, la persona comienza a sentir un malestar general por el aumento de la temperatura corporal y la falla de los mecanismos para su regulación

“Se trata de un cuadro de deshidratación generalizada y los síntomas son similares para todos. Este malestar puede aparecer al momento o después de algunos días de altas temperaturas”. Según explicó el jefe del Programa de Medicina Interna General del Hospital de Clínicas, Roberto Fayanás (MN 48.947), “la clave está en poder reconocer la necesidad de mantenerse hidratado”.

Las personas mayores, por la edad, se vuelven menos sensibles a sentir sed, por lo que deben recordar y tener como hábito tomar agua. Cuando la temperatura sube y comienzan los síntomas el cuerpo puede haber perdido entre cuatro y seis litros, que se deben reponer de forma constante.

Existen dos grupos de riesgo más propensos a sufrir golpes de calor: los ancianos y los niños. “A medida que aumenta la edad, las personas se vuelven menos susceptibles a regular la temperatura, sufren períodos de hipotermia durante el invierno y tienen problemas con el calor en verano -explicó Fayanás-. Con respecto a los bebés, los síntomas de la deshidratación son muy similares: suelen estar tranquilos, con una baja en su actividad normal, se quedan dormidos, pierden la iniciativa, tienden a no comer ni llorar”.

En ese sentido, el coordinador del Comité de Emergencias Hospital General de Niños Pedro de Elizalde, Raúl Gómez Traverso (MN 83.414) enumeró los síntomas a tener en cuenta:

- Dolor de cabeza

- Sensación de vértigo

- Náuseas

- Confusión

- Convulsiones y pérdida de conciencia

- Piel enrojecida, caliente y seca

- Respiración y pulso débil

- Temperatura corporal elevada (entre 41 y 42 grados)

Si la persona sufre alguno de estos síntomas, “es importante trasladar al afectado a la sombra, a un lugar fresco y tranquilo, hacer que mantenga la cabeza un poco alta, e intentar refrescarlo mojándole la ropa o aplicarle hielo en la cabeza, darle de beber agua fresca o un poco salada y solicitar ayuda médica”.

Finalmente, citó algunas recomendaciones para prevenir:

- Reducir la actividad física. Usar ropa holgada y de colores claros, sombreros y anteojos oscuros.

- Evitar comidas muy abundantes: ingerir verduras y frutas.

- Aumentar el consumo de líquidos sin esperar a tener sed para mantener una hidratación adecuada.

- Permanecer en espacios ventilados o acondicionados.

- Evitar bebidas alcohólicas o muy azucaradas.

- No exponerse al sol en exceso, ni en horas centrales del día (entre las 11 y las 17).

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