El papa Francisco se sometió hace algunos meses a una cirugía de catarata, sin que nadie lo supuera, de acuerdo a lo revelado por el periódico italiano Il Mesaggero.
La cirugía fue realizada en la clínica Pío XI de Roma después de un año de rumores con respecto al estado de su visión, afectada por esta condición, que es usual en gente mayor.
Gustavo Bodino, médico oftalmólogo secretario del Consejo Argentino de Oftalmología, precisó a Infobae: “Es la cirugía más frecuente a la cual se puede someter un individuo mayor de edad, después de los 65 años”. Y agregó: “Así como nos vienen las canas y las arrugas, aparecen la catarata, y si se detecta en el paciente que disminuyó su función visual al punto de generar dificultades en la vida diaria, se procede a la intervención”.
La catarata es la pérdida parcial o total de la transparencia del cristalino. Esto se puede deber a múltiples enfermedades, pero la más frecuente es la llamada senil, del adulto mayor, en la que ésta simplemente aparece como sucede con las canas.
Según explicó a este medio el doctor Bodino, “el ojo tiene dos lentes: la cornea y el cristalino detrás de la pupila". Y agregó: "estos dos elementos permiten que la imagen llegue nitidamente a la retina, y es trasladada por nuestro nervio óptico al área de la visión del sistema nervioso y gracias a este proceso podemos decodificar la imagen”.
¿De qué se trata la cirugía? Se utiliza la denominada técnica de facoemulsificación, que consiste en introducir un implante de lente intraocular que reemplaza al cristalino opacificado. El doctor Bodino explicó que “esto se realiza de manera ambulatoria, con anestesia local, y que a través de cirujanos entrenados el proceso anestésico se realiza con el procedimiento con instilación de un colirio anestésico. El procedimiento dura entre 15 a 20 minutos”.
La facoemulsificación se vale de ultrasonidos para disolver y extraer el cristalino deteriorado, para sustituirlo por una lente intraocular artificial que cumple su misma función y que dura toda la vida sin perder transparencia.
Según explicó el secretario del Consejo Argentino de Oftalmología, “la catarata forma parte de las llamadas cegueras reversibles, donde el paciente que se ve privado de su función visual por esta afección por lo general puede recuperar parte o la totalidad de su función ocular”. A su vez, manifestó que “a través de los avances de la tecnología, la población en general no debería verse afectada por temores infundados a la hora de hacer la consulta y someterse a la operación, ya que es una cirugía rápida, con pocos riesgos, donde al día siguiente de la operación la vista mejora notablemente y se restablece -en la mayoría de los casos- una función visual de manera completa.
El doctor Bodino explicó que existe, como en toda intervención, un post operativo donde se deben hacer consultas de control periódicas, y de 25 a 30 días el paciente retoma su vida normal. “Se lo chequea hasta que finaliza el proceso reparativo de tejidos, pero en ese período pueden conducir normalmente, trabajar y llevar una vida normal, pero lo recomendable es lo que lo hagan de manera tranquila”, agregó, al mismo tiempo que aclaró que el único profesional habilitado para realizar exámenes visuales es el médico oftalmólogo.
El profesional afirmó que “durante todo el post operatorio, alrededor de un mes posterior a la cirugía, se indica la utilización colirios antibiótico y antiinflamatorio.
Los cuidados que hay que tener son evitar los riesgos de golpes sobre todo en el caso de las personas mayores; evitar exponerse a sustancias agresivas como lavandinas, solventes, aguarrás u otros productos tóxicos que puedan irritar los ojos y no tomar contacto con personas que presentan procesos infecciosos, inflamatorios.
El oftalmólogo también recomendó “que todo aquel que se someta al procedimiento quirúrgico tome en cuenta precauciones y extreme los cuidados para cumplir de manera óptima con el post operatorio y así llegar a la recuperación visual completa que le permitirá desarrollar una vida plena”.
Seguí leyendo: