El virus del sarampión es directamente responsable de más de 100 mil muertes al año. Los estudios epidemiológicos asocian el sarampión con una mayor morbilidad y mortalidad durante años después de la infección.
Ahora, una reciente investigación publicada en la revista Science Immunology dio cuenta que, además del riesgo que supone en sí mismo, el virus también tiene el poder de “borrar” del sistema inmune las defensas que el cuerpo tenía contra otros virus y bacterias y deja a la persona desprotegida frente a ellos.
“El virus del sarampión infecta las células inmunes, causando supresión inmune aguda”, concluyeron los autores del estudio, en el que para identificar y cuantificar los efectos a largo plazo del sarampión en el sistema inmune utilizaron VirScan, una tecnología que permitió rastrear los anticuerpos contra miles patógenos en la sangre.
Estudiaron exhaustivamente el repertorio de anticuerpos en niños antes y después de la infección natural con el virus del sarampión, así como en niños antes y después de la vacunación contra el sarampión y hallaron que la enfermedad había causado la eliminación del 11 al 73% del repertorio de anticuerpos entre los primeros. Según señalaron los investigadores, estos efectos del sistema inmunitario no se observaron en los niños vacunados contra el sarampión.
“Muchas personas que nunca vieron sarampión piensan que sólo causa una erupción cutánea y fiebre, pero está diezmando grandes fracciones de memoria inmunológica protectora crucial, poniendo a los niños en riesgo de todas las demás enfermedades infecciosas”. Para Michael Mina, profesor de epidemiología en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard y autor del trabajo, las últimas investigaciones son “la mejor evidencia” hasta el momento de la existencia de la amnesia inmune y de su impacto a largo plazo.
En tanto, el investigador principal Stephen Elledge, profesor de Genética y Medicina en el Instituto Blavatnik de la Facultad de Medicina de Harvard y el Hospital Brigham and Women’s sostuvo: “Ahora entendemos que es un peligro prolongado debido a la eliminación de la memoria inmune, lo que demuestra que la vacuna contra el sarampión es aún más beneficiosa de lo que sabíamos”.
Luego de décadas de declive en el número de casos, en los últimos años se produjo un resurgimiento como consecuencia de la caída en las tasas de vacunación. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los casos reportados se triplicaron en los primeros siete meses de 2019 respecto de igual período de 2018.
En la Argentina, en lo que va del año se produjeron 44, según el último Boletín integrado de vigilancia epidemiológica que difunde la Secretaría de Gobierno de Salud. En sólo un año ya se produjeron casi la misma cantidad de casos que se habían registrado hasta el año pasado desde 2000, cuando se eliminó la circulación endémica de la enfermedad.
Y dado que la mayor cantidad de casos se dieron en menores de un año, desde septiembre la cartera sanitaria dispuso la aplicación de una “dosis cero” de la vacuna triple viral a todos los niños de 6 a 11 meses que vivan en la Ciudad de Buenos Aires, y las regiones sanitarias V, VI, VII y XII de la Provincia de Buenos Aires.
La vacuna no cuenta como parte del calendario obligatorio y abarca a los niños que viven en Campana, Escobar, Exaltación de la Cruz, General San Martín, José C. Paz, Malvinas Argentinas, Pilar, San Fernando, San Isidro, San Miguel, Tigre, Vicente López, Zárate, Avellaneda, Lanús, Lomas de Zamora, Almirante Brown, Berazategui, Esteban Echeverría, Ezeiza, Florencio Varela, Quilmes, Gral. La Heras, Gral. Rodríguez, Luján, Marcos Paz, Merlo, Hurlingham, Ituzaingó, Morón, Tres de Febrero y La Matanza.
Además, todos los niños entre 13 meses a cuatro años inclusive, deben acreditar al menos dos dosis de vacuna triple viral en las jurisdicciones mencionadas. En tanto, los mayores de cinco años y adultos nacidos después de 1965, dos dosis de doble o triple viral dadas después del primer año de vida.
El último caso de sarampión endémico en la Argentina fue en el año 2000 y la última muerte en 1998. Desde entonces, se reportaron casos importados o relacionados con la importación, brotes que pudieron controlarse antes de los 12 meses, por lo que se evitó perder el status de “país libre de sarampión”.
“La región de las Américas fue la primera y única del mundo declarada libre de sarampión en 2016. Sin embargo, la situación epidemiológica reportada a nivel global y particularmente en algunos países de la región (Brasil y Venezuela perdieron ese status y tienen sarampión endémico), hace necesaria la implementación de medidas con el objetivo de controlar el brote en curso y seguir siendo un país libre de sarampión endémico”, explicó a Infobae la médica infectóloga Carla Vizzotti (MN 96967), preside la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología (Save).
Sobre la estrategia sanitaria de aplicar la “dosis cero”, el director de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles de la cartera sanitaria, Cristian Biscayart, destacó que “tiene como objetivo aumentar la protección frente al sarampión, dado que si no, el virus va a terminar encontrando a los susceptibles y la Argentina perderá el status de libre de sarampión, lo que significaría un retroceso enorme”.
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