El telediagnóstico o diagnóstico a distancia crea redes de trabajo para que poblaciones alejadas o rurales sean asistidas por médicos especialistas, aumenta un 40% la detección “temprana y certera” de enfermedades, según aseguran profesionales que atienden con esa modalidad.
Por definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el telediagnóstico es “la presentación de servicios médicos en aquellos lugares donde la distancia sea un factor crítico (...) entregados por profesionales mediante equipos de telecomunicaciones”.
En el país, la implementación por parte de la Secretaría de Gobierno de Salud de la Cobertura Universal de Salud (CUS) tiende a ampliar la cobertura efectiva haciendo que todos los servicios de salud apropiados y necesarios lleguen a las personas con protección social y financiera, independientemente de donde vivan y de cuál sea su condición socioeconómica.
Adolfo Rubinstein, secretario de Gobierno de Salud de la Nación, afirmó que “la historia clínica electrónica sonaba a ciencia ficción”. “Interoperabilidad e intercomunicación entre sistemas de información parecía algo disparatado. Esto pasó hace menos de tres años y hoy tenemos el mérito de haber pasado desde abril a septiembre de este año de 69.280 ciudadanos a más de 1.5 millones que están conectados en estos sistemas interoperables”, sostuvo el funcionario en un encuentro en el que se abordaron los resultados de implementación de la CUS 2018-2019 y se propusieron líneas de avances futuros.
Y prosiguió: “Como autoridad sanitaria tengo que pensar cómo logramos que esos beneficios lleguen por igual. El desafío es que la innovación en salud alcance a todos con equidad”.
En este sentido trabaja el Plan Nacional de Telesalud, tendiente a igualar oportunidades de acceso a la atención brindando consultas virtuales de calidad a aquellos que por razones geográficas u otras no pueden acceder a una consulta presencial, optimizando las acciones de gestión en salud a través de una red de colaboración de profesionales e instituciones. Al respecto brindaron sus experiencias durante el encuentro la provincia de Buenos Aires; Río Negro, Salta ; Mendoza; San Juan; Santiago del Estero y los profesionales del Hospital El Cruce. El mencionado plan y la plataforma de segunda consulta, así como el financiamiento de más de 6 millones de pesos de proyectos innovadores en telesalud contribuyeron a un aumento de los programas de telemedicina, nodos de telesalud de 397 a 906 en 3 años) y, así, en más teleconsultas (de 87 en 2016 a 18603 en 2019). El Plan de Conectividad (2019-2020) incluyó 2.000 conexiones satelitales y 311 conexiones por fibra óptica y la entrega de 5 mil computadoras distribuidas a los centros de primer nivel de atención.
En este contexto, la Asociación Civil de Telemedicina de la República Argentina realizó la primera Jornada de Telemedicina, un espacio de difusión donde especialistas compartieron distintas experiencias exitosas, tanto del país como del exterior, para darle paso a las nuevas formas de comunicación entre las personas y su aplicación en la solución de sus problemas sanitarios.
La Argentina es un país con más de 2,5 millones de kilómetros cuadrados de extensión y una población aproximada de 44 millones de habitantes concentrada en unas pocas ciudades.
La telemedicina es una herramienta de amplia difusión en todo el mundo que -mediante prácticas de diagnóstico, tratamiento, prevención, educación y monitoreo de poblaciones vulnerables- comienza a brindar soluciones a los problemas de inequidad social, falta de acceso y de calidad a los servicios de salud que las ciencias médicas del siglo XXI imponen. Frente a esta inminente transformación, en 2017 se conforma ACTRA, una asociación joven formada por entidades de salud agrupadas para difundir y consolidar la práctica de la telemedicina.
“La red pública de telemedicina es un desarrollo reciente, que pasó en pocos meses de doscientos mil beneficiarios a un millón y medio”, manifestó Luis Giménez, de la Secretaría de Coberturas y Recursos de Salud de la Nación, en representación del sector público. “La red pública de telemedicina no es un fin en sí misma sino parte de una estrategia, la CUS. Lamentablemente, hoy no es lo mismo enfermarse en uno u otro distrito”, agregó Alejandro López Osornio, director nacional de Sistemas de Información en Salud.
Desde una perspectiva académica, la Marisa Aizenberg, directora académica del Observatorio de la Salud de la Facultad de Derecho de la UBA, afirmó que “la salud digital implica nuevos derechos y deberes digitales. Por eso existe una imperiosa necesidad de regular ciertos vacíos”.
Conectada desde Massachusetts, la médica del Massachusetts General Hospital Patricia Musolino comparó la perspectiva de ambos países: “A nivel de regulaciones, la situación en los EEUU no es muy distinta a la Argentina. Para hacer telemedicina, cada hospital y cada estado requieren licencias y credenciales”.
En la mesa titulada Telemedicina de especialidades, la psiquiatra infantil experta en autismo y directora de Fundación Paanacea, Alexia Ratazzi, afirmó que “la tecnología derriba barreras geográficas. Hay familias que viven en localidades sin especialista en autismo y sin posibilidades de viajar. Antes de la teleconsulta, esos niños no tenían diagnóstico de autismo, en consecuencia no tenían tratamiento y su posibilidad de mejora era mínima”.
También participó del panel Viviana Parra, quien desarrolló la red de teledermatología de los hospitales públicos de Mendoza, que hoy incluye también al servicio penitenciario provincial. “La dermatología es tal vez la especialidad que más puede beneficiarse de la práctica de la telemedicina. Es muy simple: en nuestro caso, todo se ve. La tecnología que usamos es bastante básica y accesible. Lo esencial era la voluntad”, concluyó.
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