Pubertad precoz: por qué en algunos niños aparecen caracteres sexuales antes de la edad esperada

Se trata de un trastorno infrecuente, que tiene signos que pueden ser detectados por padres y pediatras atentos. Un tratamiento suprime la producción de hormonas que dio inicio a los cambios físicos y permite al niño llevar una vida normal y similar al de sus pares. Cuáles son las causas

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Se denomina pubertad precoz central a la aparición de alguno de los caracteres sexuales secundarios antes de la edad normal (Shutterstock)
Se denomina pubertad precoz central a la aparición de alguno de los caracteres sexuales secundarios antes de la edad normal (Shutterstock)

“Que aparece antes de lo habitual”. “Que desarrolla algunas cualidades o capacidades antes de lo normal”. Tal la definición de “precoz” que aparece en la Real Academia Española.

Cuando lo que aparece o se desarrolla antes son los caracteres sexuales propios de la pubertad, se trata de un trastorno hormonal que afecta la calidad de vida del niño que lo padece, que además ve afectada su adaptación psicosocial.

Se denomina pubertad precoz central a la aparición de alguno de los caracteres sexuales secundarios antes de la edad normal (en la Argentina se considera edad normal después de los 8 años para las niñas y de los 9 años para los niños), en la que hormonas provenientes de la glándula hipófisis (una glándula que se encuentra en el medio del cerebro) estimulan a los ovarios o testículos para fabricar hormonas sexuales.

En la mayoría de los casos, la causa se desconoce y se denomina idiopática. Es importante considerar si hubo antecedentes de la misma dentro de la familia (en mujeres familiares puede manifestarse la presentación de la menarca antes de los 10 años, pero en los varones en más impreciso y difícil de constatar). En otras ocasiones, menos frecuentes, la pubertad precoz se produce como consecuencia de “agresiones” que recibió el cerebro y/o la glándula hipófisis, las cuales, en su gran mayoría, forman parte del historial clínico de los pacientes.

Señales para tener en cuenta

Cuando el cuadro progresa, se manifiesta también la aceleración del crecimiento en forma temprana (Shutterstock)
Cuando el cuadro progresa, se manifiesta también la aceleración del crecimiento en forma temprana (Shutterstock)

El primer cambio físico de la pubertad en las niñas es la aparición del crecimiento mamario o botón mamario. A veces se inicia de forma unilateral. El primer cambio físico en los varones, en tanto, es el crecimiento de los testículos en un volumen mayor a 4 mililitros (aproximadamente mayor al de una aceituna). En algunos casos estos cambios también pueden acompañarse de vello pubiano y/u olor sudoral. Cuando el cuadro progresa, se manifiesta también la aceleración del crecimiento (estirón) en forma temprana con una maduración precoz de los cartílagos de crecimiento.

Por ello aquellos niños/as en los que se detecta tempranamente la aparición de alguno de estos signos de desarrollo sexual precoz deberán consultar con su pediatra de cabecera.

El pediatra recomendará la consulta con un endocrinólogo infantil, quien evaluará el cuadro para definir qué tipo de estudios requiere y luego su tratamiento o seguimiento. La detección de este trastorno de forma temprana es fundamental para poder optimizar los beneficios de tratamiento en detener el progreso del desarrollo sexual.

Según Analía Freire, médica pediatra y endocrinóloga infantil (MN 102.572), “las consecuencias de la pubertad precoz central se dan fundamentalmente en dos aspectos: el psicológico y en el crecimiento somático. Por un lado, los/as niños/as pueden verse afectados en su adaptación psicosocial por llevar una maduración física inapropiada para su edad y diferente a sus grupos de pares. La consecuencia sobre el crecimiento se vincula a la maduración precoz de los cartílagos de crecimiento provocada por el aumento de las hormonas sexuales, que produce un estirón en forma temprana, pero que puede concluir en una estatura adulta inferior a su potencial genético o a la que hubiera adquirido si la pubertad hubiera ocurrido en edad normal”.

La obtención de un diagnóstico preciso y el inicio del tratamiento es fundamental para revertir los efectos no deseados del desarrollo sexual precoz (Shutterstock)
La obtención de un diagnóstico preciso y el inicio del tratamiento es fundamental para revertir los efectos no deseados del desarrollo sexual precoz (Shutterstock)

“La obtención de un diagnóstico preciso y el inicio del tratamiento de forma temprana se convierte en algo fundamental para revertir los efectos no deseados que conlleva el desarrollo sexual precoz”. La médica de la División de Endocrinología del Hospital de Niños Dr. Ricardo Gutiérrez hizo hincapié en que “si el diagnóstico de pubertad precoz central se realiza oportunamente antes de que el cuadro haya avanzado demasiado representa una importante ventana de oportunidad para que el tratamiento resulte más efectivo”.

La especialista puntualizó que para arribar al diagnóstico, el endocrinólogo realizará diversos estudios:

- Evaluación de la historia médica del niño/a y especialmente de su crecimiento

- Examen físico completo

- Radiografía de la mano y muñeca izquierda, que se conoce como edad ósea para evaluar la maduración de los huesos

- En el caso de las niñas, una ecografía pelviana

- Exámenes de sangre para evaluar hormonas

- Si se confirmara el diagnóstico de pubertad precoz central, una resonancia magnética de cerebro con el fin de determinar que no haya anormalidades en la glándula pituitaria

La duración del tratamiento dependerá de cada caso en particular, y fundamentalmente de la edad del diagnóstico (Shutterstock)
La duración del tratamiento dependerá de cada caso en particular, y fundamentalmente de la edad del diagnóstico (Shutterstock)

En ese punto, el tratamiento es seguro y efectivo. “Consiste en la aplicación de inyecciones de forma intramuscular (en la zona glútea) que, de acuerdo al medicamento utilizado, pueden ser cada cuatro o cada 12 semanas y lo que hace es suprimir la producción de hormonas que produjeron el inicio de los cambios físicos, los cuales van a involucionar o desaparecer”, explicó Freire. La supresión de las hormonas va a evitar la progresión de la maduración ósea postergando entonces el cierre de los cartílagos de crecimiento. Esto tiene como objetivo mejorar el pronóstico de talla adulta en busca de preservar el potencial genético de talla. En el caso de las niñas, el tratamiento demorará la aparición de la menarca hasta la edad adecuada para la población.

Su acción es transitoria su efecto es completamente reversible. Su duración dependerá de cada caso en particular, dependiendo fundamentalmente de la edad del diagnóstico”, destacó.

Para concluir, la especialista sintetizó: “La pubertad precoz central es un trastorno infrecuente, pero tiene signos que pueden ser detectados por padres y/o pediatras atentos, estudios de baja/mediana complejidad y un tratamiento eficaz y seguro, por el cual los niños pueden disfrutar de su infancia, crecer y desarrollarse en el momento adecuado”.

Con el objetivo de concientizar a la sociedad sobre este trastorno, la Asociación Civil Creciendo con el apoyo del laboratorio Raffo presentaron #HablemosDePubertadPrecoz, una campaña para visibilizar esta condición del desarrollo sexual que afecta hasta ocho de cada 10 mil niñas, siendo en varones diez veces menos frecuente.

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