Aprobaron en el país la primera inmunoterapia para tratar el cáncer de mama

Es para un tipo de tumor que afecta principalmente a mujeres jóvenes y que hasta el momento sólo contaban con quimioterapia para su tratamiento. La nueva droga logró una reducción del riesgo de progresión de la enfermedad en un 40% y una sobrevida global de 25 meses

Una vez diagnosticado el cáncer de mama es muy importante la serie de estudios y análisis de la biopsia para identificar el tipo de tumor (Shutterstock)

El cáncer de mama es uno de los más frecuentes en el país y en el mundo. Cada año, a nivel mundial se diagnostican 1,67 millones de casos de cáncer de mama de los cuales unos 19.000 corresponden a Argentina. “El cáncer de mama tiene un nombre único pero son muchas enfermedades a la vez. Podemos hablar de tres grandes subtipos y a su vez dentro de éstos, muchas enfermedades diferentes”, afirmó la médica especialista en oncología clínica Victoria Costanzo (MN 107.692). “El más frecuente es el cáncer de mama que se conoce como hormono-dependiente, aquellos tumores que expresan receptores de estrógeno y/o progesterona; le siguen aquellos que expresan la proteína llamada HER2, y el tercer subtipo es el triple negativo”, amplió la subjefa de la Unidad de Cáncer de Mama del Instituto Alexander Fleming.

El triple negativo representa un 15% de todos los cánceres de mama. “Se le llama triple negativo porque tanto los receptores de estrógeno y progesterona como el HER2 son negativos, ni sobreexpresa HER2 ni es hormono-dependiente”. Si bien puede diagnosticarse a cualquier edad, se presenta más frecuentemente en mujeres jóvenes: “Podemos decir que en mujeres por debajo de los 50 años, se detecta entre el 15% y el 20% de los casos y en las mujeres mayores de 65 es menor del 10%”, aclaró la especialista.

Una vez diagnosticado el cáncer de mama es muy importante la serie de estudios y análisis de la biopsia para identificar el tipo de tumor. Dependiendo del subtipo que presente la paciente, el tratamiento será diferente. En el caso de la mayoría de las pacientes con cáncer de mama triple negativo hasta el momento, la única opción estándar de tratamiento era la quimioterapia y “cuando se usa quimioterapia el problema es que la acción no es selectiva, por lo tanto, es menos potente”, explicó Constanzo.

A medida que avanza el conocimiento sobre las características moleculares de los tumores, se desarrollan terapias cada vez más específicas (Shutterstock)

Incansablemente se estudian nuevas alternativas de tratamiento que mejoren la calidad de vida de los pacientes oncológicos y les permita tener una mayor esperanza de sobrevida. Desde la irrupción de la inmunoterapia como opción de tratamiento para diferentes tipos de tumores, innumerables estudios se encuentran en curso. En este sentido, recientemente en la Argentina se aprobó la primera inmunoterapia para el tratamiento del cáncer de mama metastásico triple negativo PD-L1 positivo. La aprobación local es para el tratamiento con atezolizumab en combinación con nab-paclitaxel o paclitaxel. “Hace unos años se conoció que dentro de los tumores triple negativos había también muchas variedades. Hay un grupo de tumores que se caracteriza por lo que nosotros llamamos activación inmune; estos tumores que expresan PD-L1, se benefician con la inmunoterapia. Según los datos con los que contamos hasta el momento, un 40% de los pacientes expresan esta proteína que esconde a la célula tumoral para que las células inmunes, nuestras defensas, no puedan reconocerla y atacarla. La inmunoterapia atezolizumab bloquea el PD-L1 para que la célula inmune pueda reconocer a la tumoral y actuar sobre ella. Esto, en combinación con quimioterapia, dirige la acción y potencia la respuesta inmune en estos pacientes”, explicó Costanzo.

El triple negativo representa un 15% de todos los cánceres de mama (Shutterstock)

Esta nueva opción terapéutica se basa en los resultados del estudio “IMpassion 130” que demostró que la combinación de la inmunoterapia atezolizumab y quimioterapia (paclitaxel unido a la albúmina/ nab-paclitaxel) reduce en un 40% el riesgo de progresión de la enfermedad o muerte frente al tratamiento con quimioterapia sola en todas las pacientes y se observó también una supervivencia global de 25 meses en la población PD-L1 positivo. “En pacientes con cáncer de mama triple negativo, metastásicas –es decir, aquellas que tienen compromiso fuera de la mama– y dentro de ellas las que tienen PD-L1 positivo, el estudio demostró que por un lado redujo el riesgo de progresión, es decir que por su efectividad disminuyó la necesidad de un segundo tratamiento, y lo que es más importante, demostró que las mujeres viven más tiempo. Son contados los tratamientos en cáncer de mama con metástasis que logran que las mujeres vivan más”, concluyó Costanzo.

La forma de tratar el cáncer está evolucionando. A medida que avanza el conocimiento sobre las características moleculares de los tumores, se desarrollan terapias cada vez más específicas, que se focalizan en objetivos puntuales asociados al cáncer, y que permiten tratar inclusive tumores para los que no había opciones terapéuticas.

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