La muerte súbita es la aparición repentina e inesperada de una parada cardíaca en una persona que aparentemente se encuentra sana y en buen estado.
Existe una definición más formal, que es la utilizada en los estudios médicos: “muerte súbita es el fallecimiento que se produce en la primera hora desde el inicio de los síntomas o el fallecimiento inesperado de una persona aparentemente sana que vive sola y se encontraba bien en plazo de las 24 horas previas”.
En la Argentina se producen alrededor de 40 mil muertes súbitas al año y el 70% se ocasiona fuera de los hospitales.
“La muerte súbita puede ocurrir a cualquier edad y puede estar relacionada, o no, con una actividad física o deportiva. Por su naturaleza inesperada, cuando le ocurre a cualquier persona es sumamente impactante y doloroso. Pero, lo es más aun cuando le sucede a un niño”. El médico cardiólogo Francisco Toscano Quilon (MN 95.358) señaló que “si bien la mayoría de las veces se presenta en adultos, es muy poco frecuente en niños y adolescentes. Aun así, y a pesar de lo inesperado, es sumamente importante prevenirla; y para esto realizar controles médicos periódicos, estar entrenados en maniobras de RCP y contar con desfibriladores externos automáticos (DEAs) en lugares de gran circulación de personas, se vuelve fundamental”.
Afortunadamente, el desenlace no siempre tiene que ser fatal. Por eso, estas medidas de prevención secundarias (como lo son la aplicación de maniobras de RCP y DEA) son fundamentales.
La importancia de la desfibrilación
“Cuando se produce una muerte súbita, casi el 90% de los casos es por un ataque cardíaco. Y dentro de estos casos, casi el 90% se debe a la aparición de una arritmia gravísima llamada fibrilación ventricular -explicó el especialista miembro de la Fundación Cardiológica Argentina (FCA)-. Cuando esta arritmia sobreviene, el corazón es incapaz de bombear sangre y la muerte aparece en pocos minutos. En estos casos, la única forma de salvar esa vida es aplicando en forma rápida y eficaz maniobras de RCP y desfibrilación (que mediante un choque eléctrico devuelve el latido normal al corazón)”.
Pero ¿qué ocurre cuando la víctima es un niño? ¿Qué rol ocupa en estos casos la aplicación a tiempo de un DEA? “Es una realidad que la muerte súbita en niños y adolescentes recibió poca atención por parte de la literatura médica. Quizá se deba a que, como ya se dijo, su ocurrencia en niños es muy poco frecuente”, consideró Toscano Quilon, para quien “sin embargo, un reciente estudio publicado en el European Journal of Pediatrics destacó la importancia del DEA en la identificación de arritmias ventriculares letales, más allá de salvar a los niños que desarrollan un paro cardíaco inesperado”.
Si bien la ocurrencia de la muerte súbita en niños es rara, suele tener un enorme impacto en la sociedad justamente por su naturaleza inesperada y dramática. “Por eso, reconocer y tratar oportunamente la fibrilación ventricular a partir de la aplicación de maniobras de RCP y DEA, es fundamental. El DEA es una herramienta útil para identificar de manera confiable las arritmias ventriculares que terminan conduciendo a la muerte súbita (como la taquicardia ventricular y la fibrilación ventricular), además de prevenir este inesperado deceso”, destacó el especialista.
“Como profesionales de la salud, es nuestra responsabilidad visibilizar esta problemática, sin subestimar los números. A pesar de su baja incidencia en la población pediátrica, en comparación con la de los adultos, debemos dar lugar al debate y promover su conocimiento para prevenir y salvar vidas”, aseguró por su parte el presidente de la FCA, Jorge Tartaglione.
“Sabemos que la muerte súbita no avisa y que puede ocurrir en cualquier lugar, por lo que estar preparado para actuar y salvar esa vida no es tarea exclusiva de los médicos. Aprender RCP y manejo del DEA es clave para poder actuar en el momento justo; peor es no hacer nada”, concluyó el especialista.
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