El tubo digestivo humano comienza en la boca y termina en el ano. Los últimos tramos de intestino son el colon y el recto (también conocido como intestino grueso).
A partir de los 50 años de una persona, en el colon y el recto pueden aparecer lesiones denominadas preneoplasicas (premalignas) llamadas pólipos adenomatosos: son como verrugas que se elevan desde la luz del intestino. Son lesiones benignas, pero si no son detectadas a tiempo y extirpadas pueden derivar en cáncer colorrectal (CCR).
Los profesionales consultados por Infobae destacan que el cáncer colorrectal (CCR), con cerca de 13.500 casos nuevos anualmente, es el segundo más frecuente en la Argentina (detrás del de mama) y se estima que unas 20 personas por día (casi 7500 al año) fallecen por este tumor, cifra que sólo es superada por el cáncer de pulmón.
Las tasas de curación alcanzan el 90 por ciento de los casos y en muchas ocasiones sin la necesidad de tratamientos oncológicos como quimio y radioterapia, sino mediante cirugías mucho menos invasivas como la laparoscopía.
Pero apenas un 27 por ciento de las personas de entre 50 y 75 años se realiza los estudios diagnósticos correspondientes, por lo que la mayoría de los cánceres son detectados en etapas avanzadas, lo cual complica enormemente su tratamiento.
Mientras que los controles a partir de los 50 años son efectivos, los expertos afirman que es necesario mejorar la dieta diaria. Una alimentación rica en carnes rojas muy cocidas y en embutidos y baja en vegetales se asocia a un mayor riesgo de CCR. Una dieta equilibrada está indicada no solo para prevenir el CCR sino también otras enfermedades crónicas como las coronarias, incluyendo en la dieta alimentos ricos en calcio como los lácteos. También se sugiere suprimir el tabaco, reducir la ingesta alcohólica, evitar el sedentarismo y la obesidad.
La colonoscopía: una práctica segura y eficaz
"La prevención del cáncer colorrectal se realiza básicamente con dos métodos diagnósticos. El primero es la sangre oculta en materia fecal, que lo puede realizar el paciente en su casa mediante un dispositivo proporcionado por el médico. El segundo estudio, de mayor precisión y efectividad, es la colonoscopía, primera opción para pacientes considerados 'de riesgo' por tener antecedentes familiares de la enfermedad o haber padecido enfermedad inflamatoria intestinal", describió el doctor Lisandro Pereyra (MN: 107.475), miembro de la Asociación Científica ENDIBA (Endoscopistas Digestivos de Buenos Aires).
Sin embargo, incluso si no existen antecedentes familiares, es aconsejable la colonoscopía a partir de los 50 de edad.
Por su parte, el doctor Leandro Steinberg (MN: 132.352), también de ENDIBA, detalló que "el estudio de sangre oculta en materia fecal detecta los cánceres en etapas tempranas, mientras que la colonoscopía puede, además, dar evidencia de los pólipos, que son las lesiones precursoras que dan origen al cáncer de colon".
Si bien la colonoscopía se realiza mediante un equipamiento avanzado y con profesionales altamente capacitados, existe un extendido e infundado miedo, incomodidad y hasta pudor, lo que retrae a la mayoría de los pacientes a efectuarse esta práctica.
Los especialistas destacan que la colonoscopía es una prueba totalmente segura que, si no evidencia anomalía, no será necesario reiterar hasta diez años después. En tanto, de resultar positiva, se evaluará el riesgo para determinar la frecuencia de los próximos estudios. "En el 80% de los casos lo que se encuentra son pólipos benignos que se extraen en el mismo procedimiento. Según sus características, se decidirá cuándo debe repetirse el estudio", señala Pereyra.
"Ese crecimiento anormal de las células tarda entre 10 y 15 años en desarrollarse, lo que nos da la posibilidad de poder anticiparnos", explica Steinberg, y describe que "el cáncer de colon tiene una secuencia que lo origina, llamada adenoma carcinoma. En este proceso, el pólipo se desarrolla en la mucosa que recubre el intestino grueso hasta que da lugar al cáncer, que al crecer comienza a invadir la pared del intestino y se disemina". Sin embargo, esa enorme ventana de tiempo no parece ser suficiente para evitar la gran cantidad de muertes que este cáncer provoca.
Juan Carlos Patrón Uriburu – MN (87532)-, médico Cirujano y miembro de la Asociación Argentina de Cirugía y del Servicio de Coloproctología del Hospital Británico de Buenos Aires, destacó que la "colonoscopía es en la actualidad la herramienta que permite hacer diagnóstico y tratamiento de las enfermedades del colon así como también del cáncer de colon y recto".
La misma consiste en la visualización del revestimiento interno del colon (mucosa). Para ello se utiliza un endoscopio que, introducido por el ano, recorre el colon en su totalidad hasta llegar a un sector llamado ciego. Incluso en algunas situaciones se puede ingresar a los últimos centímetros del intestino delgado".
Y agregó: "Se efectúa bajo anestesia general y nomas de seguridad como monitoreo cardiológico y permite diagnosticar y resecar los pólipos. Hay que tener en cuenta que la forma mas efectiva de evitar la formación de un cáncer de colon es justamente este procedimiento que permite la detección y remoción de pólipos. ¿Qué significa esto? Que todos los cánceres de colon se originan en un pólipo. Un pólipo es un crecimiento anormal de la mucosa intestinal".
Cuándo es recomendable hacerla
"Se recomienda que todo paciente que presenta un síntoma de origen colónico o bien un paciente asintomático que tenga 50 años o más de edad se realice una colonoscopia, con la finalidad de detectar pólipos y extirparlos o hacer diagnóstico de tumores en etapas temprana", precisó Uriburu.
Aunque en algunos casos, la recomendación de comenzar con los controles bajó de los 50 a 45 años. Esto se debe a que hay un incremento de esta patología en el mundo y su aparición a más temprana edad.
"No obstante existe un grupo de pacientes a los que se los denomina de alto riesgo y son aquellos que tienen antecedentes familiares de cáncer o pólipos. Entre estos se ubican los síndromes de cáncer hereditario no poliposis, las poliposis familiares con sus variantes y las enfermedades inflamatorias. Estos pacientes requieren un control específico y un inicio mas temprano de los estudios por tanto es necesario iniciar la consulta con el médico especialista", completó Patrón Uriburu.
Desde el Ministerio de Salud de la Ciudad de Buenos Aires, recalcaron que en el hospital de gastroenterología Dr. Carlos Bonorino Udaondo el grupo enfermedades inflamatorias liderado por la doctora Alicia Sambuelli ha registrado 4061 pacientes con cáncer de colon. En lo que respecta al tratamiento quirúrgico de los cánceres colorrectales se operan alrededor de 60 casos por año tanto de cáncer de colon como de recto. Recibiendo alrededor de cuatro nuevos casos mensuales.
Programa de vigilancia
Los detalles exactos de los programas de vigilancia en CCR varían según las recomendaciones de los médicos, pero en general, los oncólogos de Mayo Clinic toman tres medidas principales:
La primera medida es el seguimiento con colonoscopias. Después de que el cirujano extirpa el cáncer del colon o del recto, generalmente un año después se hace la colonoscopia de seguimiento. Si el resultado es normal, lo que se suele recomendar es un intervalo de 3 a 5 años para el seguimiento, según los resultados. Existen varios factores que pueden llevar a que este calendario se modifique.
Dada la posible recurrencia del cáncer rectal en las personas que recibieron tratamiento, se justifica hacer exámenes periódicos del recto, además de continuar con las recomendaciones para la colonoscopia.
La segunda medida es hacer un examen de sangre para revisar el antígeno carcinoembrionario. Un nivel sanguíneo elevado del antígeno carcinoembrionario puede ser señal de varios tipos de cáncer, entre ellos, del cáncer colorrectal. Después de extraer con éxito un cáncer colorrectal, los niveles del antígeno carcinoembrionario deben recuperar la normalidad y eso suele ocurrir dentro de las primeras seis semanas. El análisis del antígeno carcinoembrionario normalmente se hace cada 3 o 6 meses durante 2 años y luego cada 6 meses por otros 3 años.
La tercera medida es una exploración por tomografía computarizada. Si el cáncer fue agresivo o avanzado, se podría hacer anualmente algún tipo de examen por imágenes, sea una tomografía computarizada de tórax, abdomen y pelvis, durante por lo menos 3 años para buscar señales de recurrencia del cáncer. Estas pautas continúan evolucionando y podrían incluir una tomografía computarizada del abdomen y pelvis cada 6 o 12 meses para el cáncer del colon o del recto.
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