La epilepsia es un desorden del cerebro caracterizado por una predisposición a generar crisis epilépticas y sus consecuencias neurobiológicas, cognitivas, psicológicas y sociales.
Es una de las enfermedades crónicas neurológicas más frecuentes y se estima que entre 200 y 400 mil personas la padecen en Argentina. Si bien se puede presentar a cualquier edad es más frecuente que se inicie en la infancia, en la adolescencia o en la tercera edad.
"Su forma de presentación son las crisis de epilepsia, que son manifestaciones transitorias, con un inicio y finalización claros, que pueden ser motoras, sensitivas y con diferentes grados de alteración de la conciencia. No siempre, pero muchas veces sí, los pacientes tienen síntomas como una sensación molesta en el abdomen, miedo o la sensación de ya haber visto algún objeto o escena que ocurren en los primeros 10 segundos de iniciada la crisis", explicó a Infobae el doctor Nahuel Pereira, médico neurólogo a cargo de la Clínica Integral de Epilepsia de INEBA.
"La epilepsia es una afección complicada que la mayoría de las personas conocen, pero pocos realmente saben sobre ella. Puede afectar a cualquiera y en cualquier edad. Cualquier cerebro tiene la posibilidad de sufrir una convulsión. Todo depende de las circunstancias y de las condiciones pertinentes que pueden llevar a una convulsión o a la epilepsia en algunas personas", explicó el doctor Sirven, uno de los neurólogos más destacados de Mayo Clinic en EEUU.
Y agregó: "Cualquier cerebro tiene la posibilidad de sufrir una convulsión. Todo depende de las circunstancias y de las condiciones pertinentes que pueden llevar a una convulsión o a la epilepsia en algunas personas".
Entre las manifestaciones de alarma que pueden generar una consulta con el médico las hay motoras o sensitivas que no se consideren normales para el paciente. Otro indicio es que el paciente se "tilde", es decir, que pierda la capacidad para interactuar con quienes lo rodean, durante unos segundos o pocos minutos y luego se recupere. Esto a veces va acompañado de movimientos incorrectos.
"El diagnóstico se hace principalmente a través de la historia clínica del paciente la cual se conoce a través del dialogo entre el paciente y el médico. De esta charla surgen los datos más importantes, entre los que se encuentra el relato de aquellos síntomas que se generan durante los primeros 10 segundos de las crisis. Además, lo comentado por el paciente se complementa con estudios como el electroencefalograma y la resonancia magnética que ayudan a establecer el pronóstico de la enfermedad", precisó el doctor Pereira.
Por su parte, el doctor Sirven de Mayo Clinic añadió que algunas personas nacen con epilepsia, a diferencia de otras que la sufren después de un traumatismo en la cabeza, ciertas infecciones, tumores cerebrales, accidentes cerebrovasculares, hemorragias y hasta la enfermedad de Alzheimer.
"La mayoría de los pacientes con epilepsia pueden controlar sus convulsiones con medicamentos, pero en otros casos más severos tal vez requieran cirugía. En aquellos casos en que la cirugía no es factible, los médicos pueden colocar un dispositivo similar a un marcapasos cardíaco para controlar las convulsiones", completó el profesional.
Basado en el principio activo Eslicarbazepina Acetato, fue aprobado en 2017 por la Anmat el último tratamiento contra la epilepsia en Argentina, el cual presenta la eficacia de los derivados de las dibenzazepinas pero sin sus efectos adversos, cuya principal ventaja es que se toma una sola vez al día.
El doctor Sirven indicó que aunque la epilepsia pueda presentarse en casi todos, hay algunas cosas simples que se pueden hacer para reducir el riesgo: "Evitar el alcohol es lo primero, dormir suficiente es lo segundo y lo tercero es encontrar maneras de controlar el estrés".
Alternativa a los medicamentos
Cuando los medicamentos no pueden controlar bien las convulsiones, entonces la cirugía es otra alternativa. En la cirugía para la epilepsia, normalmente se extirpa la zona cerebral que provoca las convulsiones, pero este método solo funciona cuando se puede identificar claramente el sitio cerebral que desencadena las convulsiones. En algunas personas, eso es imposible y, por lo tanto, son quienes más podrían beneficiarse con la estimulación cerebral profunda.
La estimulación cerebral profunda para la epilepsia se lleva a cabo mediante una cirugía con el paciente dormido. En la operación, el cirujano implanta un cable conductor delgado y con varios contactos o electrodos en la punta sobre un área cerebral profunda conocida como tálamo. El tálamo es básicamente una estación de retransmisión que distribuye las señales provenientes de los sentidos corporales a otras regiones del cerebro.
Después de confirmar mediante un examen por imágenes que los electrodos están bien colocados, se implanta bajo la piel de la zona de la clavícula un dispositivo a pilas llamado generador de pulso. Los cables de los electrodos colocados en el cerebro se entierran debajo de la piel y se conectan al generador que está programado para enviar impulsos eléctricos continuos al cerebro.
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