Estamos en plena época otoñal en la que por calendario estacional se insta a la población a vacunarse, por ejemplo, contra la gripe y la neumonía para evitar esas enfermedades típicas del invierno.
Y, mientras en el mundo aparecen cada vez más casos de enfermedades superadas como el sarampión o la rubeola por la simple causa de la no vacunación, no faltan quienes envían peligrosos mensajes reforzando, en base a falsa información, esa riesgosísima tendencia a rechazar las vacunas.
Hasta hoy, en 170 países han informado de 112.163 casos de sarampión a la OMS. El año pasado, en la misma fecha, se habían contabilizado 28.124 casos de sarampión en 163 países. Esto representa un aumento de casi el 300% a escala mundial. Los casos de sarampión en el mundo se cuadruplicaron durante los tres primeros meses de este año, en relación con el mismo periodo del año pasado, según advirtió la OMS que también señaló que en África el aumento fue del 700%.
Además, los casos de sarampión en Estados Unidos alcanzaron esta semana los 839, de acuerdo con el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés).
Ello equivale a 6.3 casos por día en lo que va de 2019. Esta cifra supera ampliamente a la hasta ahora más alta dada en 1994, cuando hubo 963 casos en todo el año. Es decir, 2.6 cada día.
De acuerdo con los CDC, el brote actual se originó en personas no vacunadas que se infectaron en el extranjero y regresaron al país, donde puede propagarse cuando llega a una comunidad con un amplio número de personas sin vacunar.
Estos casos están vinculados a personas que trajeron el sarampión de otros países como Israel, Ucrania y Filipinas, donde hay grandes brotes de la enfermedad.
"El sarampión es una de las enfermedades más contagiosas del mundo, con el potencial de ser extremadamente grave. En 2017, el año más reciente para el que se dispone de estimaciones, causó cerca de 110.000 muertes. Incluso en países de altos ingresos, las complicaciones resultan en la hospitalización en más de una cuarta parte de los casos, y pueden llevar a una discapacidad de por vida, desde daño cerebral y ceguera hasta pérdida auditiva", alerta la OMS.
Además, a principios de mayo se confirmó un caso de rubéola en la provincia de Córdoba, en un hombre de 27 años que había estado en China. Argentina había logrado eliminar la circulación del virus de la rubéola gracias a las acciones sistemáticas de vacunación, pero cuando no hay una vacunación sostenible, las enfermedades encuentran un lugar propicio para propagarse.
Esto es debido a la irresponsable acción de personas que forman parte de movimientos antivacunas, que cuestionan la vacunación, pese a que ésta es la práctica más segura para la salud humana, después de la implementación del agua potable, para evitar millones de muertes en todo el mundo .
En pleno siglo XXI, el tema aún divide aguas en la ciencia y en la opinión pública: por un lado, los que sostienen que hay que negar el movimiento para no fortalecerlo; y del otro los que dicen que llegó el momento de combatirlo para concientizar.
Como recientemente advirtió la Organización Mundial de la Salud (OMS), "la oposición a la administración de vacunas amenaza el progreso que se ha hecho para tratar las enfermedades prevenibles por inmunización". Hoy, las vacunas previenen la muerte de hasta 3 millones de individuos por año, y si más personas accedieran a ellas se podrían evitar 1,5 millón de muertes más.
Consultado por Infobae ,el doctor Daniel Stamboulian, experto infectólogo argentino, fue categórico: "Las vacunas fueron y son, después del agua potable, los elementos más importantes para la reducción de las enfermedades y muertes".
Sobre el crecimiento de la tendencia antivacuna alrededor del mundo, Stamboulian precisó: "Los llamados grupos antivacunas no tienen ningún sustento científico que los avale. Cuando existe una vacuna capaz de prevenir una enfermedad siempre es mejor inmunizarse, antes que padecer la infección. Hay que pensar que, si la persona que se enferma pertenece a un grupo de riesgo, puede tener complicaciones graves e, incluso, perder la vida".
Los mensajes anti vacunas encontraron un espacio hace unas semanas en la TV, donde la pantalla de uno de los canales más vistos fue centro de críticas por habilitar el debate sobre la vacunación en simultáneo al crecimiento de la preocupación por los casos de sarampión y varicela que se registraron en el país y la faltante de al menos nueve vacunas del calendario obligatorio en seis provincias.
"¿Vacunas sí o no?", preguntaba el zócalo que acompañó el debate entre el médico Claudio Santamaría y Carlos Kambourian, director del Hospital Garrahan, por un lado; y Eduardo Yahbes, uno de los impulsores del movimiento antivacunas, por el otro.
Ahora, circula por Whatapp un absurdo cuestionamiento a las vacunas acusándolas de contener glifosato. Infobae leyó en detalle el estudio científico que cita el mensaje anónimo y constató que no aparece ninguna crítica fundada a las vacunas, pero sí al glifosato como amenaza a la salud humana.
Importancia de vacunarse
La vacunación ha sido uno de los principales logros en la reducción de la mortalidad infantil. Y es que el 30 por ciento de las muertes de niños menores de 5 años puede prevenirse con un gesto tan simple como ponerles una vacuna.
En diciembre del 2018, se sancionó la nueva Ley de Vacunas que establece la gratuidad en el acceso a los servicios de vacunación "con equidad social para todas las etapas de la vida"; la obligatoriedad de aplicarse las vacunas para todos los habitantes; y la prevalencia de la salud pública por sobre el interés particular, entre otros principios.
Así, nuestro calendario nacional de vacunación cuenta con 18 vacunas para todas las poblaciones, que deben aplicarse desde los primeros días de vida hasta la adultez, y dos más exclusivas para las personas que viven en zonas de riesgo (fiebre amarilla y fiebre hemorrágica argentina).
"La vacunación es una responsabilidad de todos y excede al ámbito de la salud para favorecer el acceso de esta herramienta en la sociedad. Es por eso que la población tiene que poder acceder a las vacunas. Se debe instalar el concepto de vacuna como derecho y responsabilidad, con un rol rector del Estado en cuanto a la disponibilidad y acceso", explica doctora Carla Vizzotti, presidenta de la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología (SAVE).
"Con la vacunación se evitan muchas enfermedades transmisibles como sarampión, polio, rubéola, tuberculosis y más. Son enfermedades controladas, pero que suelen resurgir por distintos factores. Estamos en un mundo interconectado donde no existen fronteras. Si Argentina tiene un buen plan de vacunación pero los países limítrofes no lo tienen y existe un movimiento de masas importante, es posible que mucha gente se contagie de patologías controladas", afirmó Marcelo Melo, director del Hospital Clínicas.
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