¿Más vacunas por la boca? Investigadores argentinos desarrollaron una plataforma para producir vacunas orales

Ya funcionó con éxito en experimentos con ratones. Fue hecha por un equipo del Conicet y la Universidad Católica de Córdoba y podría servir para reemplazar a las vacunas inyectables, que implican pinchazos y mayor entrenamiento de los que las administran

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La vacuna contra la Polio es de fácil aplicación al ser oral
La vacuna contra la Polio es de fácil aplicación al ser oral

Todo empezó con preguntarse por qué un parásito como Giardia lamblia es capaz de colonizar y sobrevivir en el intestino de humanos y animales. Al hacerlo, el microorganismo causa una infección que provoca hinchazón, náuseas, y diarreas en 200 millones de personas anualmente. Esa capacidad asombrosa del parásito atrapó desde hace 27 años la atención del científico argentino Hugo Luján, investigador del Conicet y de la Universidad Católica de Córdoba. Después de tantos años de experimentos, el conocimiento obtenido le sirvió al doctor Luján para inventar una plataforma que usa las mismas armas del parásito para producir vacunas que podrían ser administradas por vía oral.

Los resultados de los experimentos que demuestran la eficacia de la plataforma para generar protección contra el ataque de microorganismos fueron publicados en un artículo en la revista Nature Communications del 21 de enero. “Ya habíamos desarrollado y patentado una vacuna contra el parásito Giardia. Lo que buscamos después fue ver qué pasaba si usábamos las mismas proteínas que forman parte del disfraz que tiene el parásito y que le sirve para no ser detectado por el sistema inmune del organismo”, dijo el doctor Luján a Infobae.

La mayoría de las vacunas que figuran en el calendario obligatorio de la Argentina y el mundo son inyectables con materiales coadyuvantes,  que son los que generan la discordia con los grupos antivacunas, por que los consideran equívocamente tóxicos para la salud. Las vacunas orales podrían derribar este debate  (Shutterstock)
La mayoría de las vacunas que figuran en el calendario obligatorio de la Argentina y el mundo son inyectables con materiales coadyuvantes, que son los que generan la discordia con los grupos antivacunas, por que los consideran equívocamente tóxicos para la salud. Las vacunas orales podrían derribar este debate (Shutterstock)

A partir de las proteínas variables de superficie del parásito -que se puede adquirir a través de agua y alimentos contaminados-, los científicos aprovecharon su capacidad para resistir el ambiente hostil del intestino y demostraron que pueden estimular la respuesta inmune del organismo para la prevención de infecciones.

Hasta ahora, las vacunas que se administren por vía oral han sido un desafío global. La mayoría de las vacunas que hoy se utilizan se dan por vía inyectable, algo que a veces causa dolor. Son muy pocas las vacunas orales aprobadas. Una de las dificultades es que, al ser administrada, la vacuna oral debe superar la degradación del sistema digestivo y luego cumplir con la misión de dar protección efectiva al organismo para que se defienda contra una infección específica.

Los parásitos Giardia provocan una infección intestinal que se manifiesta con cólicos, hinchazón, náuseas y episodios de diarrea acuosa. Esos parásitos se encuentran generalmente en zonas con higiene deficiente y con agua contaminada
Los parásitos Giardia provocan una infección intestinal que se manifiesta con cólicos, hinchazón, náuseas y episodios de diarrea acuosa. Esos parásitos se encuentran generalmente en zonas con higiene deficiente y con agua contaminada

“En este momento, hay una búsqueda mundial en el desarrollo de vacunas orales porque son más fáciles de administrar y no requieren tanto entrenamiento para el personal de la salud. Además, las vacunas inyectables a veces generan aversión en niños y adultos. Por estas razones, los resultados de investigaciones como la del equipo de Hugo Luján son interesantes. La plataforma podría servir para aplicarse al desarrollo de la producción de vacunas orales”, comentó a Infobae la científica Juliana Cassataro, investigadora del Conicet y la Universidad Nacional de San Martín, quien también trabaja en el tema, aunque no participó en el estudio publicado.

Otra de las integrantes del equipo, la científica Marianela Serradell, quien trabajó junto con Lucía Rupil, explicó a Infobae en qué consiste la plataforma: “Usamos partículas similares a virus que son inactivas y tienen capacidad para autoensamblarse en el laboratorio, que ya están siendo usadas en las vacunas para la hepatitis B y el virus del papiloma humano que se administran por vía inyectable. Nuestra idea innovadora fue adaptar las proteínas del parásito Giardia a esas partículas similares a virus. Las recubrimos para que sean resistentes en el tracto intestinal”. A través de un experimento en ratones, probaron la plataforma con el virus de la gripe.

La doctora en química Lucía Rupil fue parte del equipo que describió el uso de proteínas de un parásito como vehículo para generar vacunas orales
La doctora en química Lucía Rupil fue parte del equipo que describió el uso de proteínas de un parásito como vehículo para generar vacunas orales

Es decir, “expusimos a los ratones previamente vacunados al virus de la gripe y observamos que resultaron protegidos en el 100% de los casos”, detalló. Además, los investigadores realizaron otro experimento por el cual ratones vacunados fueron implantados con células tumorales que expresaban un antígeno del virus de la gripe. La inmunización funcionó en el 95% de los casos. “Con los dos experimentos demostramos que a través de la plataforma que permite generar vacunas orales se puede conseguir tanto una buena respuesta de anticuerpos como una buena respuesta celular”, precisó la investigadora.

Hugo Luján, doctor en ciencias químicas e investigador superior del Conicet, empezó estudiando el parásito Giardia en 1992 y tiene patentes a partir de sus hallazgos
Hugo Luján, doctor en ciencias químicas e investigador superior del Conicet, empezó estudiando el parásito Giardia en 1992 y tiene patentes a partir de sus hallazgos

El estudio contó con financiamiento de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, el Conicet, el Premio Georg Forster de la Fundación Alexander von Humboldt de Alemania (que ganó el doctor Luján), entre otras instituciones. En el equipo, participaron Román Martino, Alicia Saura, e investigadores de Francia y Alemania: David Klatzmann, Bertrand Bellier, y Tim Sparwasser.

La doctora Marianela Serradell, del Centro de Investigación y Desarrollo en inmunología del Conicet en Córdoba trabaja en el estudio de las proteínas del parásito Giardia. Esas proteínas forman parte del disfraz que le sirve al parásito para sobrevivir en el intestino de humanos y animales.
La doctora Marianela Serradell, del Centro de Investigación y Desarrollo en inmunología del Conicet en Córdoba trabaja en el estudio de las proteínas del parásito Giardia. Esas proteínas forman parte del disfraz que le sirve al parásito para sobrevivir en el intestino de humanos y animales.

De acuerdo con Luján, “la plataforma desarrollada tiene un potencial enorme para la inmunización de los seres humanos y los animales. Las vacunas generan la respuesta inmune que se necesita para la prevención de la infecciones, y no requiere del agregado de coadyuvantes, que generalmente es criticado por los grupos antivacunas”, afirmó. “Si logramos que la plataforma sea estudiada en ensayos clínicos y sea aprobada por autoridades sanitarias, tendría un gran impacto económico y social de la Argentina”.

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