El científico argentino destacado en Japón que trabaja para curar enfermedades hepáticas

El investigador Matías José Caldez explicó a Infobae los últimos avances sobre daño hepático, metabolismo e inmunología en uno de los centros de medicina avanzada del mundo para el desarrollo de terapias innovadoras

El científico argentino Matías José Caldez fue contratado como Investigador Especial en la Universidad de Osaka, Japón

Son contados con los dedos de ambas manos los centros de innovación en salud que existen en el mundo, siempre en la búsqueda de terapias revolucionarias que posibiliten la prevención y cura de enfermedades graves.

Así es el centro de investigaciones World Premier International Immunology Frontier Research Center, que pertenece a la Universidad de Osaka, en Japón. Y esta importante institución de medicina avanzada designó al científico argentino Matías José Caldez como Investigador Especialmente Contratado (Advanced-Postdoc) para que continúe con sus investigaciones sobre daño hepático, metabolismo e inmunología.

Tal es la importancia de la tarea a la que se va a dedicar Caldez, que le fue encomendado el trabajo del desarrollo de inmunoterapias para curar enfermedades hepáticas bajo la dirección del renombrado y reconocido inmunólogo profesor Shizuo Akira.

Caldez comenzó sus investigaciones sobre cáncer utilizando herramientas bioinformáticas

Con una vasta trayectoria profesional internacional, Caldez comenzó sus investigaciones sobre cáncer utilizando herramientas bioinformáticas para analizar cómo unas mutaciones comunes encontradas en cáncer de mama y de próstata afectan la función de las moléculas, en el Laboratorio de Biotecnología Molecular de la Facultad de Ciencias Exactas, Químicas y Naturales (UnaM) en Posadas, Misiones.

Luego, se desempeñó como investigador en el laboratorio del Institute of Molecular and Cell Biology, uno de los institutos de A*STAR (Singapur). Durante su doctorado, estudió las modificaciones metabólicas de las células hepáticas y qué sucede cuando el hígado sufre algún daño.

Así es como, utilizando modelos de ratones con modificaciones genéticas, descubrió una nueva respuesta metabólica cuando las células hepáticas no funcionan bien.

Debido al resultado de sus investigaciones, recibió numerosos reconocimientos en Asia y en Europa, tales como el premio "Jóvenes investigadores" por la European Association for Studies of the Liver (EASL) y el premio al "Investigador Joven del año" en Nueva Delhi, India.

Uno de los centros de estudio de la Universidad de Osaka

"Estoy muy entusiasmado con este nombramiento porque bajo la dirección de Akira-sensei podremos amalgamar mi conocimiento en metabolismo y hepatología, con su conocimiento en inmunología para desarrollar terapias innovadoras. Con esta perspectiva, podremos realizar hallazgos que permitan no solo mejorar la calidad de vida de las personas con enfermedades hepáticas, sino también prolongar su expectativa de vida. Por último, es muy interesante la interacción entre científicos de tanta trayectoria con los más jóvenes", expresó Caldez a Infobae, antes de prestarse a una amplia entrevista.

—¿En qué situación nos encontramos frente a las enfermedades hepáticas?

—Hay varios tipos de enfermedades hepáticas. Sean enfermedades virales, como infección por el virus de la hepatitis, o enfermedades metabólicas, como el hígado graso, todas estas enfermedades que afectan el sistema hepático-biliar tienen en común la severidad con la que afectan la salud de los pacientes. Lo importante de esto es que en el mundo los índices de hígado graso están aumentando exponencialmente, y como consecuencia, se ha ubicado como el principal factor de enfermedades hepáticas en Oriente y Occidente.

Además, esto se ve agravado por la falta de detección temprana de estas enfermedades y falta de tratamientos eficientes. En general, las enfermedades hepáticas se desenvuelven en cirrosis y en cáncer de hígado, para los cuales la única terapia eficiente todavía es la intervención quirúrgica seguida de trasplante hepático.

Caldez trabajará bajo la dirección del renombrado y reconocido inmunólogo profesor Shizuo Akira

Esto inflige un gasto público importante en los sistemas de salud, y es inviable a largo plazo por la falta de dadores de órgano fresco. Para ponderar aún más lo crítico de la situación actual, el cáncer de hígado es el único tipo de cáncer para el cual no hay un fármaco que pueda ser utilizado en la clínica.

—¿Cuáles son los últimos avances en el desarrollo de inmunoterapias para curar enfermedades hepáticas?

—En este contexto, las inmunoterapias son prometedoras en el sentido de que se pueden utilizar células inmunes del paciente, modificarlas y utilizarlas para que detecten y ataquen a las células enfermas. En principio, de por sí parece ser muy útil. Sin embargo, la aplicación está lejos de ser factible. En el caso del desarrollo de inmunoterapias para tratar cáncer hepático con origen viral, por ejemplo por infección del virus de la hepatitis B o C, hay ahora grupos que están utilizando un tipo de células inmunes para detectar y atacar las células enfermas en el hígado.

Se han tenido resultados interesantes; pero la aplicación de estas terapias en la clínica requiere de más tiempo de investigación, más inversión y mejores legislaciones para que la transición de los resultados a la clínica sea más eficiente, viable y factible.

—¿Qué aporte puede brindar la inmunología para desarrollar terapias innovadoras?

—La innovación en este contexto tiene origen en la utilización de herramientas científico-tecnológicas para generar terapias que se conocen como medicina personalizada. Esto último hace referencia al diseño de terapias personalizadas para cada paciente.

Durante su doctorado, Caldez estudió las modificaciones metabólicas de las células hepáticas, y qué sucede cuando el hígado sufre algún daño

¿Como es esto posible? Hoy con la utilización de herramientas de modificación genética, como CRISPR/Cas9, es posible extraer células de los pacientes y convertirlas en cualquier otro tipo de células a través de un protocolo de generación de células madre, conocidas como células madre pluripotenciales inducidas (iPSC).

Con estas células madres, se puede generar cualquier línea celular, por ejemplo células hepáticas o células inmunes. A su vez, las células inmunes pueden ser utilizadas para atacar células enfermas. Lo positivo de este abordaje es que no se requieren células de otros individuos para la terapia, por eso es personalizada. Las mismas células del individuo pueden utilizarse para atacar sus células enfermas, y con esto se prevé una reacción contraria o de rechazo como podría ocurrir cuando se utilizan células de diferentes individuos.

—¿Como es pasar de estudiar en Córdoba y luego Misiones a trabajar en Japón?

—Como oriundo de una pequeña ciudad de Córdoba, llamada Marcos Juárez, el cambio de estilo de vida fue gradual. Cuando fui a Posadas, me encontré con un ambiente distinto al de Marcos Juárez; una ciudad más grande pero no tan grande como otros centros universitarios de Argentina.

Lo positivo fue la distancia hacia la casa de mi familia, lo que me ayudó a poder acostumbrarme a estar lejos de mi círculo de confianza, y a adaptarme a un nuevo contexto. Esto fue algo compartido entre muchos de los estudiantes de la Licenciatura en Genética, algunos que incluso venían de Ushuaia o Río Negro.

El científico podrá desempeñarse en un lugar de medicina avanzada

Luego cuando emigré a Singapur, muchas cosas fueron muy disímiles. Allí vislumbré un crisol armónico entre el acervo cultural oriental con el occidental. En este sentido, a pesar de que Singapur tiene una gran influencia de la cultura oriental, también se percibe un origen colonial británico.

Durante mi estadía en Asia, pude instruirme en muchas sutilezas del estilo de vida oriental, como por ejemplo sacarse los zapatos antes de entrar a casa, o a taparse la boca cuando se habla por teléfono en el tren o en espacios públicos. Después de vivir varios años en Singapur, me pareció más fácil la transición a otro país oriental, como Japón. En Japón muchas cosas son diferentes pero familiares al mismo tiempo.

Algunas dificultades que encontré, por ejemplo, fue adiestrar el idioma, y generar relaciones interpersonales con compañeros de trabajo, colegas y amigos. En ambos lugares, Japón y Singapur, los locales son mas tímidos y a veces pueden ser percibidos como distantes o "fríos". Sin embargo, en el área laboral en ambos países la administración y burocracia es muy eficiente, y los asuntos que se relacionan con esto se resuelven con celeridad.

—¿Cuál es el mayor desafío que tiene en el corto y mediano plazo?

—El mayor desafío a corto plazo en mi investigación es entender cómo las células hepáticas interaccionan con las células inmunes. Haber aceptado esta oferta de Akira-sensei trajo consigo el gran desafío de amalgamar inmunología con hepatología. Debido a que mi entrenamiento fue en metabolismo y daño hepático, tengo un conocimiento limitado del campo de la inmunología.

Por este motivo, dependo mucho de una buena interacción con los otros miembros de mi grupo. El lado positivo es que al interactuar más con mis colegas gano mayor índice de adaptabilidad interpersonal e inteligencia emocional y cultural. Sin embargo, la complejidad se encuentra en la barrera de idioma.

A pesar de que estudié japonés, hablo con fluencia, puedo leer y escribir, muchos términos técnicos o científicos son complejos, y a veces es difícil seguir un lineamiento e idea concreta. Dicho esto, como desafío a mediano plazo se encuentran los pasos a seguir en la carrera académica.

En centros de investigación grandes e importantes, es a veces difícil ser exitoso y mantener estándares altos de desenvolvimiento profesional por la gran competencia que existe. Se requiere generalmente de un esfuerzo intenso y muchas horas de dedicación a la investigación, a la lectura y al análisis de los datos de los experimentos. Pero, parafraseando a Arthur Szathmary (quien a su vez parafraseó a un old-timer), "elige un trabajo que ames, y no tendrás que trabajar un solo día de tu vida". Este es mi motto, y por eso mi pasión es trabajar como investigador.

Matías Caldez es licenciado en Genética por la Universidad de Misiones, Argentina, y doctor por la National University of Singapore (NUS, Singapore).

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