A diferencia de lo que sucede con la hipertensión arterial, la mayoría de las personas no tiene tan en cuenta los riesgos que acarrea portar niveles elevados de colesterol, estando este último vinculado con la mortalidad cardiovascular.
"Al colesterol se le perdió el miedo y no hay otra forma de decirlo. La mayor parte de las personas cree que sólo con una buena alimentación, controlar el estrés y hacer un poco de ejercicio semanal, el colesterol alto desaparecerá. Y eso es un error grave", sostuvo a Infobae el doctor Alberto Cafferata cardiólogo y presidente de la Sociedad Argentina de Lípidos.
Tal como lo confirman los estudios médicos más avanzados, el colesterol elevado alto está ligado a la genética. El 80% del colesterol total está relacionado a nuestro metabolismo hereditario, es decir que sólo el 20% del colesterol está en manos de nuestros hábitos y conductas.
"Poca es la información que circula sobre la Hipercolesterolemia Familiar: la alteración en el metabolismo de los lípidos que resulta hereditaria. Estas personas, padecen niveles elevados de colesterol ya que poseen en los receptores ubicados en el hígado, una captación menor del colesterol sanguíneo. El colesterol elevado en sangre, predispone a la formación de placas ateroscleróticas en los vasos sanguíneos, y esto último a padecer enfermedades cardiovasculares como el infarto de miocardio", sostuvo el especialista.
El médico Pablo Corral, cardiólogo de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC), recordó una cosa importante y básica para que una persona padezca un ataque cardíaco. "Para que uno tenga una enfermedad cardíaca y eso devenga en un infarto debe tener un problema de colesterol de base. Es una relación directa y peligrosa", aclaró el experto que definió al colesterol como un aliado 'silencioso' del infarto porque si bien se hace escuchar, "son pocos los que se ocupan y preocupan al respecto".
Nuevos fármacos contra el colesterol alto
En los últimos años se lograron desarrollar nuevos fármacos que, al complementarse con las estatinas, aumentan la capacidad del organismo para eliminar el colesterol elevado o sobrante.
"Para ellos, la solución, desde los años 80 hasta hoy, fueron las milagrosas estatinas. Pero alrededor del mundo, ya existen nuevos fármacos que funcionan a la perfección para la porción de pacientes que aún con estatinas, mantienen sus niveles de colesterol fuera de control", puntualizó el doctor Cafferata.
Estos nuevos medicamentos aplicarían entonces, tanto para pacientes con carga genética como para quienes, además de las estatinas, no consiguen bajar su colesterol "malo", lo que produce un riesgo cardiovascular constante.
Hoy nuestro país está en puerta de recibir estos tratamientos que, además de trabajar en disminuir en forma muy eficaz el colesterol sanguíneo evidencian disminuir los eventos cardiovasculares -tanto para quienes hayan sufrido un infarto recientemente o quienes lo hayan padecido hace algún tiempo-.
"Esta nueva tecnología de fármacos se trata de anticuerpos 100% humanos, altamente específicos, que inhiben la proteína que degrada los receptores del colesterol, de esta manera, el mismo ingresa dentro de las células, disminuyendo su concentración en sangre", precisó Cafferata, que enfatizó además lo necesario de tener una buena alimentación, realizar ejercicio de manera habitual y cuidar los niveles de estrés, clave para junto con los tratamientos farmacológicos lograr disminuir efectivamente los eventos cardiovasculares.
Y agregó: "En una coyuntura digital donde cualquier diagnóstico parece estar cerca de un "click" y donde muchas personas tienen más acceso a la "información web" que a una consulta médica, caer en la frase 'sólo tengo colesterol' resulta fácil. El desafío será re-educar entonces, desde consultorios y medios de comunicación, en darle la entidad que el colesterol merece sólo por ser el aliado preferido de los eventos cardiovasculares, es decir, el mejor amigo de la primera causa de muerte en el mundo".
En tanto, el doctor Corral aclaró que los valores de colesterol históricamente considerados "normales" no son tales y el desafío consiste en tener los valores lo "más bajo posible" especialmente en aquellos pacientes que han sufrido de un infarto previamente.
"Cuanto más bajo tengamos controlado el colesterol, el riesgo de sufrir un infarto será menor y evitaremos al enemigo número uno de nuestra salud, dado que la enfermedad cardíaca es la causa número uno de muertes a nivel mundial", concluyó el especialista.
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