Tener frío o calor en un mismo ambiente ocurre muchas veces. Distintas personas parecen tener diferentes termostatos para coincidir en una temperatura agradable y sus percepciones suelen derivar en discusiones permanentes en la casa o en la oficina.
Pero el más amplio estudio hecho hasta la fecha que relaciona meteorología y estado de ánimo podría zanjar definitivamente el asunto y terminar con la discusión de a qué temperatura hay que poner la estufa o el aire acondicionado.
Un equipo internacional de investigadores de varias universidades entre las que se encuentran el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, su sigla en inglés); la Universidad de San Diego, en California; o la Universidad de British Columbia, en Canadá, determinó cuál es la temperatura ideal, aquella con la que nos sentimos más felices.
La seria investigación, que analizó durante siete años más de 2.400 millones de mensajes públicos en Facebook y de 1.100 millones en Twitter, fue finalmente publicada en la revista científica Plos One.
Según los investigadores, lo que más influye en nuestro ánimo es la temperatura, ya que relacionaron las expresiones positivas y negativas publicadas en la red social en relación a la situación meteorológica del lugar desde donde se enviaba el mensaje.
Los tuits y posteos analizados provienen de Estados Unidos y obviamente incluyen solo a quienes utilizan las redes sociales, pero los investigadores aseguran que se trata de un estudio tan amplio que los resultados siguen siendo relevantes.
Felicidad medida en grados centígrados
Los científicos comprobaron que hay más expresiones positivas durante el día si los termómetros no bajan de los 20 grados centígrados pero tampoco suben de los 30. Cuanto más se alejan de estas franjas, las palabras son más negativas, sostienen. Una medida perfecta, señalan, serían los 25 grados.
Por la noche el panorama cambia, ya que la gente parece disfrutar de una noche fresca donde la diferencia con la máxima durante el día sea de unos 15 grados. "Si tomamos como referencia los 25 grados de máxima durante el día, una noche feliz, meteorológicamente hablando, sería a 10 grados", afirma el estudio, que profundiza los problemas de sueño que ocasionan las altas temperaturas.
Al mal tiempo, peor cara
La investigación también revela que el segundo factor que influye en nuestro buen humor es la lluvia. Los expertos concluyen de forma clara que cuanto más llueve, más negativos son los sentimientos.
También la humedad y los cielos nubosos influyen. Cuando la primera supera el 80% también suben notablemente los mensajes tristes y pesimistas.
En el año 1984 el psiquiatra Norman Rosenthal utilizó por primera vez un término que cambió la forma en la que la gente pensaba acerca del invierno. El trastorno afectivo estacional describe un tipo de depresión con un patrón estacional, que por lo general ocurre durante el invierno.
Se cree que la falta de luz afecta la parte del cerebro que controla el sueño, el apetito, el deseo sexual, el estado de ánimo y de actividad. Los pacientes experimentan letargo y un ansia de alimentos azucarados.
Rosenthal también incluyó el término en un artículo que escribió luego de trasladarse desde el cálido clima de Johannesburgo en Sudáfrica al noreste de EE.UU. donde los inviernos son más severos.
"Me tomó cerca de tres años de observar cómo los inviernos se alternaban con los veranos", dijo Rosenthal, que da clases en la Universidad de Georgetown en Washington. "Se daba por hecho que la gente se ponía de mal humor en invierno, que no estaba tan feliz", afirmó.
SEGUÍ LEYENDO
Insolación en verano: cuáles son las claves esenciales para que el calor no afecte la salud