El estafilococo (Staphylococcus o su abreviación "staph" en inglés) es un tipo de microbio (bacteria) que puede causar infecciones casi en cualquier parte del cuerpo, pero la mayoría de estas son infecciones de la piel.
Estos microorganismos pueden infectar aberturas en la piel, como arañazos y granos o quistes cutáneos. Cualquier persona puede contraer una infección por estafilococos, pero los pacientes de los hospitales son uno de los grupos de mayor riesgo:
-En cualquier lugar donde un catéter o sonda ingrese a su cuerpo. Esto incluye sondas pleurales, sondas vesicales, vías intravenosas (IV) o vías centrales.
-En heridas quirúrgicas, úlceras de decúbito (también llamadas escaras de decúbito) o úlceras de los pies.
Una vez que el estafilococo entra en el cuerpo, puede propagarse a los huesos, las articulaciones y la sangre. También se puede diseminar a cualquier órgano, como los pulmones, el corazón o el cerebro. Y lo peor también es que esta bacteria también puede propagarse fácilmente de una persona a otra.
Por eso, un invento desarrollado por científicas argentinas y ganador del premio INNOVAR del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva en 2017, cobra suma relevancia, ya que mediante un chip detecta en forma rápida esta bacteria patógena.
Se trata de un detector de toxinas de un microorganismo 10 mil veces más sensible que las técnicas convencionales y que, además, arroja los resultados en la tercera parte del tiempo que tarda el test de referencia, ELISA (3 horas).
"Nuestro método resultó exitoso a la hora de detectar concentraciones mínimas de toxinas de Staphylococus aureus (estafilococo), un patógeno que provoca sepsis, la principal causa de mortalidad en personas afectadas por infecciones hospitalarias", indicó la doctora Marisa Fernández, una de los directoras del proyecto, junto con el doctor Emilio Malchiodi, ambos investigadores del Instituto de Estudios de la Inmunidad Humoral (IDEHU) que depende de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA y del CONICET.
El método, que fue distinguido con el primer premio en el área Investigación Aplicada del concurso nacional Innovar 2017 y presentado en el Congreso de la Sociedad Argentina de Inmunología 2016, consiste en un grupo de anticuerpos específicos que se unen al chip contenido en un biosensor y que son capaces de interaccionar con mínimas cantidades de toxinas del estafilococo ("superantígenos SAgs") y emitir así una señal que es amplificada cuando un segundo grupo de anticuerpos unidos a nanopartículas reconocen por otro sitio a estas toxinas.
"Nuestro biosensor puede tener aplicaciones en medicina y en la industria de los alimentos", destacó Fernández sobre este avance, todavía en fase experimental pero que podría tener aplicaciones en salud y en la industria alimentaria.
Los estafilococos pueden colonizar prótesis y catéteres y provocar serias infecciones en pacientes con miocarditis posquirúrgica o traumas óseos, o mujeres en el puerperio debido a la colonización del endometrio uterino por cepas de esos patógenos. Asimismo, en determinadas circunstancias, pueden persistir en algunos alimentos, como la leche luego de la pasteurización.
"Probamos el método en forma exitosa en muestras simuladas de leches descremadas", afirmó Fernández. Y agregó: "Habría que probarlo con sueros de pacientes para probar su eficacia. Precisamos realizar más estudios para transferir esta técnica al sector productivo y a la medicina".
Del avance también participaron la primera autora, María Belén Sarratea, Sofía Noli Truant, Pablo Romasanta, María Belén Antonoglou y María Fernández Lynch, del IDEHU; Romina Mitarotonda y Mauricio De Marzi, de la Universidad Nacional de Luján, y Cristina Vescina y Martín Desimone, de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA.
Con información de la Agencia CyTA-Instituto Leloir
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