Este verano fue uno de los más cálidos que se registraron en la región. Las temperaturas alcanzaron los 42 grados en algunas partes del país, y es por eso que las personas tienen que tomar ciertas precauciones a la hora de exponerse al sol, para evitar un golpe de calor o una insolación.
"La insolación es una forma de enfermedad producida por el calor, generalmente luego de una exposición prolongada al sol. Se caracteriza por síntomas como náuseas, vómitos, cefalea y en otros casos más graves convulsiones", explicó en diálogo con Infobae el doctor Javier Solé, especialista en Dermatología de la Clínica de San Camilo (MN 118660).
A pesar de lo que se cree, la insolación no ocurre sólamente cuando uno está expuesto al sol. "Puede darse incluso estando en la sombra, por el reflejo de los rayos solares. Es un gran mito que solamente la exposición al sol produce insolación", afirmó el doctor Solé.
¿Por qué ocurre?
La insolación se origina por una falla en los mecanismos de la termorregulación. Los cuerpos de las personas producen una enorme cantidad de calor interno y normalmente regulan la temperatura mediante la transpiración e irradiando calor a través de la piel. Sin embargo, en determinadas circunstancias como calor intenso, humedad o actividad intensa bajo el sol, "este sistema puede empezar a fallar y es ahí donde todo empieza".
¿Qué consecuencias trae para la piel y la salud?
Puede provocar que la piel se seque, caliente y se ponga roja. Habitualmente no sudorosa. Además, puede generar: mareos, cefalea, fatiga, aumento de la frecuencia cardíaca, aumento de la temperatura, pérdida del conocimiento, y hasta convulsiones.
¿Cómo prevenirla?
Es muy importante asegurarse de hidratarse durante las actividades al aire libre, y, para los que realicen actividad física, es necesario interrumpir la misma periódicamente para beber agua. Otro dato importante es evitar consumir alcohol y buscar el refugio de la sombra.
La mayor precaución que aconsejan en los casos en donde se realicen actividades al aire libre es evitar la franja horaria de entre las 10 y las 16 horas. "Es preferible elegir horarios en los que nuestra sombra sea más larga que nosotros. Si el índice UV es mayor a 3, es conveniente extremar las medidas de protección solar", recomendó el especialista.
Para la exposición al sol, es fundamental el uso de protector solar resistente al agua con un FPS superior a 30 y es importante renovarlo cada 2 o 3 horas luego de haber transpirado o haber tenido cualquier contacto con el agua. Además, se debe colocar 20-30 minutos antes de la exposición.
"Lo más importante es que la persona acuda a una consulta médica ante la presencia de estos síntomas para evitar consecuencias", concluyó el médico de la clínica San Camilo.
Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud brinda ciertas recomendaciones para evitar que esta afección suceda:
-Evitar la exposición solar en las horas centrales del día. Los rayos UV solares son más fuertes entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde.
-Tener en cuenta el índice UV. Este importante dato ayuda a planificar sus actividades al aire libre para evitar una exposición excesiva a los rayos del sol. Es necesaria protección solar siempre que el índice UV prevea niveles de exposición de moderados a altos, por ejemplo un índice UV de 3 o superior.
-Aprovechar la sombra. Póngase a la sombra cuando los rayos UV sean más intensos, pero no olvide que los árboles, las sombrillas o los toldos no protegen totalmente contra la radiación solar.
-Use ropas que le protejan. Un sombrero de ala ancha protege debidamente los ojos, las orejas, la cara y la parte posterior del cuello. Las gafas de sol con un índice de protección del 99%-100% frente a los rayos UVA y UVB reducen considerablemente los daños oculares debidos a la radiación solar.
-Las prendas de vestir holgadas y de tejido tupido que cubran la mayor superficie corporal posible también protegen contra el sol.
-Utilice cremas con filtro solar. Aplíquese una crema protectora de amplio espectro, con factor de protección igual o superior a 30. Extiende generosamente sobre la piel expuesta y repita la aplicación cada dos horas, o después de trabajar, nadar, jugar o hacer ejercicio al aire libre.
-Evite las lámparas y las camas bronceadoras. Las lámparas y las camas bronceadoras aumentan el riesgo de cáncer de la piel y pueden dañar los ojos si no se usa protección. Debe evitarse completamente su uso.
-Proteja a los niños. Los niños suelen ser más vulnerables a los riesgos ambientales que los adultos. Cuando estén al aire libre, hay que protegerlos de la exposición.
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