Durante todo el año las personas viven, en mayor o menor medida, bajo ciertas presiones. Pero la llegada de fin de año suele ser un momento de mucho movimiento laboral y personal, lo que puede generar un alto nivel de tensión, que el organismo percibe como una agresión, por lo que utiliza el estrés como mecanismo de defensa.
"Hay quienes piensan que estos cambios sólo repercuten en el estado de ánimo o en el sueño, pero cuando una persona vive al límite en sus exigencias mentales, no descansa y se siente bajo presión, fuerza a su organismo a producir la hormona del estrés: el cortisol", explicó el doctor Ernesto Crescenti (MN 50.776).
Según el médico, investigador y director del instituto que lleva su nombre, "a mayor tiempo estresados, más cortisol se producirá y mayor facilidad tendrá el cuerpo para desarrollar ciertas dolencias psicosomáticas, como por ejemplo úlceras, diarreas, hipertensión, vómitos, palpitaciones o parálisis musculares". Además, agregó: "el cuerpo comenzará a no poder neutralizar las defensas antioxidantes que aporta su alimentación (vitaminas, flavonoides) o su organismo (enzimas antioxidantes)".
A mayor tiempo estresados, más cortisol se producirá y mayor facilidad tendrá el cuerpo para desarrollar ciertas dolencias psicosomáticas
En escenarios normales, el organismo emplea casi toda su energía en actividades destinadas a la modificación, reparación y creación de nuevos tejidos. En momentos de estrés todo cambia, ya que el organismo debe dirigir su energía a otros procesos, deteniendo las actividades de renovación del cuerpo.
"El problema surge cuando los radicales libres afectan de forma directa a los componentes de las células, dañando lípidos, proteínas y carbohidratos, causando un daño en ocasiones irreversible -explicó Crescenti-. Este daño oxidativo puede producir un envejecimiento prematuro, así como procesos inflamatorios crónicos, cáncer, parkinson, alzheimer, ateroesclerosis, cataratas, entre otros".
Con el paso del tiempo, estas las situaciones pueden funcionar como colaboradoras al desarrollo de enfermedades, entre las que se destacan: colon irritable, alergias, enfermedades de la piel, enfermedades cerebrovasculares, hipertensión arterial, migrañas, lupus y algunos cánceres e infartos.
Recomendaciones para bajar los niveles de ansiedad y estrés:
– Ser conscientes: identificar que se está atravesando un período de nerviosismo extremo y buscar maneras para calmarnos. Respirar hondo y exhalar varias veces de forma lenta y marcada.
– Organizarse: mucha gente sufre ansiedad por sobrecarga de trabajo o compromisos. Cuanto más organizada esté cada tarea y cada parte del día, más sencillo será dedicar el tiempo que corresponda a cada cosa, completar la actividad y borrarla de la mente para poder embarcarse en otra tarea.
– Dedicar tiempo a uno mismo: aunque solo sea una hora al día, hay que buscar la manera para relajarse, hacer algo que nos guste, olvidar los problemas y dejar la mente en blanco.
Es importante tener en cuenta que así sea crónico, agudo o repetitivo, el estrés afecta al equilibrio general del cuerpo
– Hacer deporte: es una buena vía de escape para el nerviosismo y el exceso de energía, ayuda a conectar con uno mismo y facilita el descanso, así como la segregación de endorfinas, que trabajan por el bienestar del cuerpo y la mente.
– Realizar actividades artísticas: las tareas relacionadas con el arte y la expresión pueden ayudar a la distensión tanto física como mental.
– Llevar una dieta sana: con la cantidad de cenas y encuentros de fin de año, es imposible no pensar en las cantidades exageradas de comida y bebida que asimilará nuestro cuerpo. Si bien creemos que nada sucede al rendirnos a los excesos, en muchas ocasiones debemos tener cuidado para que no desequilibre nuestra salud. Alimentarnos de forma incorrecta es negativo para la salud y comer en exceso durante las fiestas pueden ser riesgoso.
– Buen descanso: el sueño reparador es fundamental para lograr un sistema inmunológico fuerte, ya que durante éste se producen los anticuerpos que defienden al organismo.
"En casos en los que no sea posible controlar el estrés, se recomienda acudir a un especialista. Asesorarse es clave para conocer más formas de prevenir la ansiedad y descubrir los problemas que la generan (trabajo, familia, pareja, amigos), así como las soluciones a medida para cada situación", recomendó el especialista.
Y finalizó: "Es importante tener en cuenta que así sea crónico, agudo o repetitivo, el estrés afecta al equilibrio general del cuerpo, lo cual puede convertirse en un desencadenante fatal. El cuerpo habla y no hay que pasar por alto las señales de alerta".
LEA MÁS: