Prevención: el cáncer de mama también es cosa de hombres

Aunque la incidencia es mucho más baja en comparación con las mujeres, también puede afectar al sexo masculino. Cómo es la detección y en qué consiste el tratamiento

El cáncer de mama es el tumor más frecuente en la mujer y es por eso que siempre se hace hincapié en que sean ellas las que reconozcan los signos, acudan a los controles y sepan las características de esta enfermedad. Sin embargo -y en el marco del Día Mundial de Lucha contra el Cáncer de Mama- es importante destacar que también puede afectar a los hombres.

La incidencia es baja: de cada 100 casos uno corresponde a un hombre y, puntualmente en Argentina, alcanza a menos del 1% de los casos. Siempre es importante resaltar que los hombres también pueden padecer cáncer de mama. "El problema es que como los hombres no piensan en ello, siempre el diagnóstico es tardío", explicó a Infobae la doctora Maria Eugenia Azar (MN 80736), miembro de la Sociedad Argentina de Mastología e integrante del departamento de Mastología del Instituto Angel H. Roffo.

Debido a la poca información y la excepcionalidad de estos casos en la población masculina, la mayoría de las veces se desemboca en un diagnóstico tardío, y al detectarse la patología en estadios intermedios o avanzados (cuando el tumor está ulcerado y aflora la piel) las intervenciones terapéuticas suelen ser más invasivas. Por eso siempre es importante la detección temprana.

Los hombres deben conocer sus mamas y estar alertas a cambios y signos de enfermedad (Getty Images)

Los tratamientos que se realizan son similares a los que se somenten las mujeres (por ejemplo la cirugía, la quimioterapia, radioterapia u hormonoterapia) pero, debido a las características de la mama del varón, no se realizan cirugías con intención conservadora.

El doctor Luis Barbera, (MN 13881), jefe de Mastología del Hospital Italiano, explicó que, "en el caso de pacientes hombres, generalmente la forma de presentación del cáncer es un nódulo en la mama, que hay que saber diferenciar de una afección benigna denominada ginecomastia, la cual implica el aumento de tamaño en forma global y sin induraciones. Tampoco es rara la aparición de un nódulo en la axila, que corresponde a la afectación por la enfermedad de un ganglio detectado a veces con mucha demora por no relacionarlo con enfermedades de la mama". Constantemente la falta de información obstaculiza la curación.

Cuatro de cada 10 mujeres de más de 40 años no se realizan la mamografía anual (Shutterstock)

El mastólogo destacó también que "en muchas ocasiones, son las mujeres quienes sugieren a sus parejas o familiares que se controlen las mamas, ya que la poca frecuencia de la enfermedad en este grupo hace que hasta los mismos médicos clínicos no tengan en cuenta la posibilidad de que sea esta patología la que afecta al paciente".

En cuanto a la edad de incidencia, si bien en la mujer es a partir de los 40, en el hombre se da aproximadamente después de los 65 años y los antecedentes familiares también son un factor de riesgo. Además, el doctor Barbera destacó que "tener enfermedades mamarias previas o algunas enfermedades hepáticas aumenta el riesgo. Pero el factor más importante, por suerte infrecuente, es el síndrome de Klinefelter, que se acompaña de atrofia testicular, entre otras patologías".

El hombre tiene muchas veces un rol clave en el acompañamiento de las pacientes (Getty Images)

En el hombre, ante cualquier sintomatología que pueda inducir a un cáncer de mama, se procede ordenando una mamografía y una ecografía mamaria. "Si bien las secuelas psicofísicas de los tratamientos en los hombres no son las mismas que en las mujeres, debemos tener en cuenta que algunos tratamientos hormonales pueden afectar su libido, situación que no debe desconocer el profesional mastólogo para poder ayudar al paciente con las herramientas terapéuticas adecuadas", concluyó Barbera. El abordaje interdisciplinario es esencial, tanto en hombres como en mujeres.

Por otro lado, Azar destacó que más allá de la baja incidencia, los hombres están siempre involucrados en la enfermedad como acompañantes y protagonistas del entorno afectivo de las mujeres ya que esta enfermedad, además de afectar física y emocionalmente a la paciente, impacta en la familia, modificando su dinámica e impactando en todos los miembros del núcleo familiar.

Hijos, hermanos, padres, parejas y amigos deben estar alertas a su propio conocimiento corporal y prevención, así como contribuir a que sus allegadas realicen los controles pertinentes para favorecer siempre una detección temprana.

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