Cada año, un consorcio de centenares de médicos y científicos trabajan en conjunto para elaborar el informe "Global Burden of Diseases" (Carga Mundial de Enfermedades, en inglés), un relevamiento que tiene como fin conocer y establecer el estado de salud a nivel global, sacando a la luz las falencias y progresos en distintas aristas que atañen al sistema sanitario.
La investigación, a cargo del Instituto para la Métrica y Evaluación de la Salud (IHME) de la Universidad de Washington, examina y detalla las cifras de muertes y enfermedades, y los factores de riesgo de más de 300 causas en 130 países. Los resultados, recientemente publicados en la revista científica The Lancet, son un parámetro para definir el presente y trabajar a futuro sobre ello.
Una de las estadísticas salientes son las causas fidedignas de las defunciones. Según lo que se desprende del artículo, actualmente el consumo de drogas y alcohol, los malos hábitos alimenticios y las enfermedades no transmisibles son las principales razones que se cobran millones de muertes en el globo.
Los nuevos datos clarificaron específicamente el panorama en cada uno de los estados abarcados. También en Argentina. En el caso de este país, las cinco principales causas de muerte son las cardiopatías isquémicas, las enfermedades respiratorias bajas, las enfermedades cerebrovasculares, el EPOC y el Alzheimer. En tanto, entre los factores de riesgo, la hipertensión arterial encabeza la lista, mientras que el dolor de espalda y cuello son causantes de discapacidad.
En línea con ello, el doctor Juan José Herrera Paz, jefe de cardiología del Instituto Fleni, afirmó que el país tiene cada vez más enfermos cardiovasculares. “La población debería tener menos factores de riesgo para que la enfermedad arterial no se manifieste tanto. Hay cada vez más sedentarismo, obesidad, diabetes y una dieta poco saludable“, remarcó el especialista.
“Hubo un crecimiento demográfico pero también un cambio en la calidad de vida de la gente en los últimos años. Debemos prevenir las enfermedades cardiovasculares, que por ejemplo terminan con un ACV o un infarto, desde la infancia, aplicando hábitos saludables en la alimentación y en concientizar sobre los efectos nocivos del cigarrillo”, destacó Herrera Paz.
En las últimas décadas, la esperanza de vida aumentó notablemente y la rama medicinal creció de la mano de las nuevas tecnologías. Pero a la par de que la cantidad de afectados por patologías infecciosas es cada vez menor o el número de partos prematuros está disminuyendo, otras enfermedades, como las cardiovasculares, continúan en incremento. Es una paradoja de la salud mundial que también se replica en el país.
La expectativa de vida para una mujer argentina es de 80 años, un aumento sustancial con lo registrado en 1990, cuando era de 75,8. Por el lado de los hombres, uno nacido en 2016 tiene una esperanza de 73,3 años, a diferencia de los 68,5 en el inicio de la década de los 90.
Adoptar hábitos saludables, realizarse chequeos de control e incluir la actividad física en la rutina son los consejos tradicionales. El último punto es esencial, ya que “entre los 18 y los 64 años (edad media) demuestra una reducción del riesgo de hipertensión arterial, cardiopatía isquémica (ya que el sedentarismo es responsable de al menos un 30% de la carga isquémica), accidente cerebrovascular, diabetes, e incluso algunos tipos de cáncer (mama y colon)”, explicó el médico cardiólogo Gonzalo Díaz Babio (MN 129.388), de la Fundación Cardiológica Argentina (FCA).
Por otra parte, el médico oncólogo Alejandro Turek dijo que si se quiere reducir el consumo de tabaco, se debe acompañar la tarea de los fumadores para la cesación tabáquica: “Indirectamente ayudamos así a sus familias, amigos, compañeros de trabajo que fuman pasivamente con ellos. El dinero que se ahorraría el mundo con el cese tabáquico puede redirigirse a prevención en salud, alimentación y educación“.
El experto colombiano Rafael Lozano, que participó en la investigación, definió los resultados por estos lares, empezando por los principales factores de enfermedad: las complicaciones cardiovasculares, las afecciones musculares, la obesidad y la depresión. Valoró la reducción de las cargas de salud de complicaciones neonatales y defectos de nacimiento congénitos. Por el contrario, alarmó sobre la carga creciente de la diabetes y las infecciones respiratorias bajas.
En cuanto a la población joven del país, el especialista enumeró: “Los problemas cardiovasculares, musculoesqueléticos, los asociados a la pérdida de los órganos de los sentidos, la presencia de la depresión, los elevados niveles de glucosa y la obesidad“.
Con respecto a estos últimos, el médico puntualizó en la necesidad de un cambio de conducta alimenticia. En su opinión, se deberían consumir más granos, frutas y vegetales. “Los argentinos comen poco omega 3 (pescados); afortunadamente ingieren pocas bebidas azucaradas, pero beben mucho alcohol y consumen demasiado sodio”, describió.
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