Los argentinos y el consumo de psicofármacos: radiografía de un peligroso hábito en ascenso

La Argentina tiene el mayor consumo de la región y la mitad de los argentinos se automedican, dato que suma señales de alarma a la cuestión. Le siguen antibióticos y analgésicos, que se consiguen sin receta

Los psicofármacos deben usarse de manera muy vigilada e indicados por especialistas en salud mental (iStock)

Estrés, problemas laborales, familiares o dificultades para conciliar el sueño son algunas de las causas más esgrimidas por quienes toman algún tipo de psicofármaco. Lo que muchos de ellos no dicen es que, contra todas las recomendaciones médicas, eso que consumen no se lo indicó ningún especialista.

"En nuestro país el consumo de psicofármacos es muy alto, per cápita es uno de los más altos y además con una distribución irregular mucho mayor en segmentos socioeconómicos medianos y altos, preocupantemente con prevalencia de benzodiacepinas". Así resumió la especialista en Farmacia Hospitalaria Marcela Rousseau (MN 10166) una problemática en crecimiento en el país.

Los psicofármacos deben usarse para casos de ansiedad, muy vigilados, e indicados por médicos especialistas en salud mental

La farmacéutica del Hospital de Pediatría Juan P. Garrahan puntualizó: "Respecto al abuso de psicofármacos para el insomnio, que es uno de los más usuales, creo que primero deberíamos considerar que las causas de insomnio tiene que ver con el estado de ansiedad que se vive actualmente, con la numerosa cantidad de estímulos tanto visuales como electrónicos, que día a día nos hacen estar pendientes y ansiosos al momento de dormir. Entonces el proceso de sueño tiene que considerar también elementos naturales".

"Lo que se observa cada vez más es que, por el uso tan irregular de estos fármacos, a veces hay problemas del manejo del medicamento en el hospital, por ejemplo, para el paciente que se interna, con la anestesia, es frecuente ver tolerancia, que el medicamento no hace efecto porque el paciente está acostumbrado a estos medicamentos -ahondó Rousseau-. Cuando uno hace la consulta con el paciente, la conciliación terapéutica, observamos que es muy frecuente el uso de estos fármacos y además hay una banalización respecto del uso en nuestra sociedad, aparece como algo frecuente y común, incluso en programas de televisión se los nombra hasta con nombres comerciales, como si fuera algo normal".

Además de los psicofármacos, hay también un abuso de antibióticos y analgésicos, que se consiguen sin recetas (Shutterstock)

En realidad, estos medicamentos deben usarse para casos de ansiedad, muy vigilados, e indicados por médicos especialistas en salud mental.

Hay inclusive una banalización del uso en algunas especialidades médicas. "Entonces creo que es un problema global, uno de los tantos del uso irracional de medicamentos que tenemos en nuestro país", consideró.

Para la especialista, una de las claves es contar con equipos multidisciplinarios, bien formados, integrados, donde farmacéuticos, médicos, enfermeros y distintos especialistas de la salud, den lo mejor de cada uno para lograr mejores metas.

"En este sentido, además del tema de los psicofármacos, hay también un abuso de antibióticos y analgésicos, que, al conseguirse sin recetas, resultan tentadores al mal uso, no así los psicofármacos que teóricamente se dispensan y consiguen con receta archivada", agregó.

Y finalizó: "Desde la Asociación Argentina de Farmacéuticos Hospitalarios brindamos cursos a los colegas farmacéuticos para que tengan herramientas para poder ayudar a los pacientes al uso racional y a lo que se llama desprescripción para ir racionalizando el consumo del medicamento de acuerdo a la necesidad de cada uno, eliminando aquellos que no son realmente necesarios para la patología o lo que necesita el caso".

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