El Aula Magna "Marcelino Herrera Vegas" de la Academia Nacional de Medicina estaba repleta. Profesionales de la salud, familiares e incluso estudiantes se acercaron para ver el momento en que sus "profes", de la vida y la profesión, se unían a la selecta lista de doctores que recibieron el prestigioso premio Maestro de la Medicina Argentina. Allí, sobre el escenario, los galardonados, los doctores Luis Chiappetta Porras, Gonzalo Recondo y Edgardo Young reflexionaron sobre la importancia de la docencia y el altruismo necesario para llevar adelante su profesión con excelencia.
Desde 1977, año de su primera edición, este importante premio fue entregado a 90 Maestros, muchos de los cuales son personalidades que están en la historia. Éste solo se entrega a aquellos que se destacaron a lo largo de toda una trayectoria, tanto por su ética, como por sus logros profesionales.
El académico Manuel Luis Martí, presidente de la Academia Nacional de Medicina, abrió la velada: "El reconocimiento de tres personas que han dedicado su vida a la medicina y la salud. La Academia Nacional de Medicina se ve honrada con ser anfitriona de este evento, al recibir a tres profesionales laureados por la prensa médica argentina".
Por su parte, la doctora María Marta de Elizalde de Bracco resaltó: "Este premio rescata la excelencia en la práctica de la medicina. El nombre de maestro no es para aquellos que solo lograron transmitir información, sino para los que supieron inculcar y fortalecer en sus alumnos los valores necesarios para el ejercicio integral de la profesión. Este es el resultado de una integración basada en el ejemplo de vida y en el testimonio, más que en palabras o gestos. Para ser un auténtico maestro es necesario, ante todo, ser honesto y saber cultivar la esperanza, la coherencia y la paciencia".
El primero en recibir el galardón fue el doctor Luis Chiappetta Porras, quien estudió medicina en la UBA desde 1966 en la recordada sala IV, que dirigía el profesor Osvaldo Fustinioni, comúnmente denominada "el Olimpo de la Medicina" por la jerarquía de su conductor y miembros. En 1972 se recibió con Diploma de Honor. Realizó distintos viajes de perfeccionamiento al exterior; como en el Hospital de Belvitges Princeps de España y al Hospital Civil de Estrasburgo, Francia, donde aprendió junto al destacado especialista Jacques Marescaux. En su extensa y prolífica carrera Chiappetta Porras destacó como un momento muy importante su aporte en la técnica de cirugía laparoscópica y mínimamente invasiva, que pudo impulsar en el Hospital Argerich -donde ejerce como jefe del departamento de cirugía- y también el haber sido el impulsor de la exploración de la vía biliar, la adrenalectomía, y de la cirugía pancreática laparoscópicas.
"Es un honor recibir esta distinción, que premia la trayectoria personal y profesional, y no un hecho o trabajo determinado. Aprendí después de muchos años que el maestro no es solo el que transmite conocimientos técnicos, sino que demuestra ser ejemplar en su manera de ser, estar y comportarse en la vida, con una ética profesional y humana. El maestro es aquella persona con capacidades y habilidades que busca no solo la enseñanza y el aprendizaje de los más jóvenes, sino formar en ellos su capacidad crítica y de transformación", dijo Chiappeta Porras.
En segundo término recibió el premio Gonzalo Recondo, médico egresado de la Universidad de Buenos Aires en 1980, quien desarrolló su formación de postgrado en Medicina Interna en el CEMIC y se especializó en Oncología Clínica en el Institut Gustave Roussy en Villejuif, París, Francia, y en el MD Anderson Hospital and Cancer Center en Houston, EE.UU. En la actualidad, se desempeña como jefe de Oncología del Departamento de Medicina del CEMIC, es profesor asociado de Medicina e Investigador Principal de la Unidad Académica del Instituto Universitario CEMIC. Además, posee una Maestría en Biología Molecular del Cáncer del Centro de Estudios Biosanitarios/CNIO (Centro Nacional Investigación Oncológica) en Madrid, España.
"Al recibir la noticia sobre tan distinguido galardón uno siente una gran alegría y orgullo por un lado y también una sensación de impotencia, que surge de saber que todo médico en su práctica diaria es un maestro, que son muchos los que se merecen un premio por realizar día a día esta tarea. Por eso quiero compartir este premio no solo con los doctores Chiappetta y Young, sino también con todos aquellos practican la función de maestros y educadores", comentó Recondo.
Finalmente, en tercer lugar subió a recibir el galardón Edgardo Young, una eminencia en lo que respecta a salud reproductiva. Young obtuvo el título universitario de especialización en ginecología en la Universidad de Buenos Aires y allí también el de Doctor en Medicina. Completó su residencia hospitalaria en el Hospital Universitario de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires, donde fue jefe del Departamento de Fertilidad desde el año 1973 hasta 1985. Desde el año 1985 dirige el Instituto de Ginecología y Fertilidad de Buenos Aires (IFER) y es presidente de la Fundación Argentina para el tratamiento de la Esterilidad.
"Hace apenas dos años fui nombrado miembro de la Academia Argentina de Medicina y no creí que volvería a estar en este escenario. Pero hoy recibo este inmerecido premio de Maestro de la Medicina Argentina. La vida me da nuevamente la oportunidad de agradecer", dijo.
Young finalizó resaltando la importancia de la docencia, de tener la capacidad de transmitir el conocimiento, en todos los profesionales, y "no el egoísmo que se ve muy frecuentemente, donde pareciera que transmitir los conocimientos es exponerse a que a uno le roben las ideas".
El aplauso fue sostenido. Tres personalidades de la medicina, que se unieron a la lista más selecta de profesionales médicos del país y no solo por sus grandes aportes, sino por su contacto humano, sus compromiso con la formación y el incansable trabajo de mejorar la calidad de vida de sus pacientes.
Crédito de las fotos: Nicolás Stulberg