Todos mentira: los 7 mitos más difundidos sobre vacunación

Las creencias arraigadas sobre los supuestos efectos secundarios de las vacunas, la "sobrecarga" del sistema inmune o la existencia de enfermedades, son dementidas por la comunidad médica que alienta la vacunación

La vacunación salva anualmente millones de vidas de adultos y niños (iStock)

La aplicación de vacunas se constituyó, desde los inicios de la práctica en el siglo XIX, como la intervención que mayor impacto tuvo en la reducción de la mortalidad y el crecimiento de la población en la historia de la humanidad luego de la introducción del agua potable.

La vacunación previene cada año entre 2 y 3 millones de muertes humanas por difteria, tétanos, tos convulsa y sarampión. Sin embargo, todavía podría evitar unas 1,5 millones más, con una mayor difusión. En 2015, el 86% de los niños del mundo habían recibido la vacuna contra la difteria, tétanos y tos convulsa, en 126 países. Sin embargo, actualmente unos 19,4 millones de niños todavía están sin vacunar, o insuficientemente vacunados.

El desarrollo de una vacuna supone una duración media de 12 años que incluye: una fase de exploración, una preclínica y 3 fases de desarrollo clínico, previo a su registro y lanzamiento al mercado. "Luego de esto, recién se lleva a cabo su producción en forma masiva, con una inversión media global de más de 500 millones de euros y un 70 del tiempo de producción, asignados al control de calidad", explicó la doctora Romina Romero (MN 126.531), médica con especialización en infectología y microbiología clínica, responsable de microbiología en el laboratorio Bombicino Diagnósticos. "Por lo cual, la seguridad y efectividad, hacen de las vacunas uno de los productos farmacéuticos con mayores niveles de control e inocuidad, y con alto impacto socioeconómico".

Sin embargo, todavía persiste el movimiento antivacunas, en Estados Unidos particularmente, donde el debate sobre la eficiencia de la vacunación tomó tanta fuerza que se metió en la campaña presidencial de las últimas elecciones. Incluso hay estudios que sugieren una relación entre este movimiento y el resurgimiento de enfermedades ya erradicadas. "La falta de información de calidad y accesible a toda la población, generan y acrecientan la reticencia a las vacunas", señaló Romero.

Los movimientos anti vacunas podrían estar reavivando la aparición de enfermedades erradicadas (iStock)

En este sentido, la especialista explicó por qué los 7 mitos más difundidos acerca de la vacunación no son ciertos:

1 – "Las vacunas tienen efectos secundarios nocivos y de largo plazo que aún no se conocen e incluso pueden ser mortales"

Las vacunas son altamente seguras, con la mayoría de reacciones vacunales leves y temporales. Un posible efecto colateral resulta infinitamente menor si lo comparamos con el beneficio que otorga prevenir una enfermedad que puede ser de gravedad.

2 – "Las mejoras en la condiciones de higiene y saneamiento harían desaparecer las enfermedades, por lo cual las vacunas no son necesarias"

Si bien la higiene, lavado de manos y el agua potable contribuyen a protegernos de las enfermedades infecciosas, muchas se pueden propagar independientemente de la higiene. Por lo cual, muchas de las enfermedades contra las que existen vacunas, podrían volver a aparecer.

3 – "Las enfermedades prevenibles mediante la vacunación están casi erradicadas, por lo tanto no hay motivos para que uno se vacune"

Los agentes infecciosos que las provocan siguen circulando en algunas partes del mundo, por lo cual, en un mundo altamente interconectado, esos agentes infecciosos pueden atravesar fronteras geográficas e infectar a cualquier persona no protegida. Brotes de sarampión en Europa y un caso en Tucumán, así como el reporte del fallecimiento de un niño no vacunado por difteria en España, demuestran que existen dos motivos fundamentales para vacunarse: por un lado protegernos a nosotros mismos y, por el otro, proteger a quienes nos rodean. La erradicación mundial de la viruela en la década de los ´80, y de la poliomielitis en la Argentina en 1984, se dieron gracias a la vacunación masiva y sostenida a lo largo de generaciones y generaciones.

4 – "Las enfermedades de la infancia, prevenibles mediante vacunación, son algo inevitable en la vida"

Enfermedades como el sarampión, parotiditis y rubéola, son graves y pueden tener complicaciones: neumonía, encefalitis, ceguera, diarrea, infecciones del oído, síndrome de rubéola congénita y defunción, tanto en niños como en adultos. Por lo cual, aquellos no vacunados quedan innecesariamente vulnerables a dichas enfermedades.

La vacunación infanti es fundamental para evitar la propagación de enfermedades (Shutterstock)

5 – "La gripe es solo una molestia y la vacuna no es muy eficaz"

La gripe es una enfermedad responsable de entre 300.000 y 500.000 muertes en todo el mundo por año, siendo las embarazadas, los niños menores de 1 año, ancianos y pacientes con patologías crónicas, como asma y cardiopatías, el grupo más vulnerable a sufrir una infección grave. La mayoría de las vacunas contra la gripe inmuniza contra las tres cepas de mayor prevalencia circulantes, reduciendo las probabilidades de contraerla, contagiar a otros, evitando gastos médicos adicionales y pérdida de días laborables y escolares.

6 – "Es mejor la inmunización por la enfermedad que por las vacunas"

Las vacunas interactúan con el sistema inmune de manera similar a la infección natural, pero sin causar enfermedad, ni exponer a sus posibles complicaciones (como los defectos congénitos debidos a la rubéola, cáncer de hígado secundario al virus de la hepatitis B, entre otros).

7 – "La administración simultánea de más de una vacuna puede aumentar el riesgo de efectos secundarios nocivos, y sobrecargar el sistema inmune"

Todos los días estamos expuestos a cientos de sustancias extrañas que desencadenan una respuesta inmune. El simple hecho de comer introduce nuevos antígenos en el organismo, así como las numerosas bacterias que forman parte de nuestra microbiota digestiva. Por lo cual, las principales ventajas de la administración simultánea es que se requiere menos consultas, permitiendo ahorrar tiempo, dinero y aumentando las probabilidades de que los niños completen el esquema de vacunación.

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