El sol, un aliado en la producción de vitamina D que aporta calidez al clima, continúa siendo de cuidado aún en las épocas gélidas. Con el comienzo de las estaciones frías, las personas suelen dejar de cuidar su piel de la misma forma que lo hacen en verano, un hábito que puede ser riesgoso, ya que los rayos solares poseen un "carácter acumulativo" y afectan de igual manera en esta época del año. Por tal motivo, se debe preservar a la piel de la potencial aparición de uno de los cánceres más agresivos: el melanoma.
El melanoma es una afección que se origina por la exposición a rayos UV provenientes del sol o del uso de cama solar y está muy relacionada con el tipo de piel de cada persona y sus antecedentes familiares. Se caracteriza por el crecimiento descontrolado de las células que producen los pigmentos de la piel, pelo y ojos, los melanocitos.
Suele originarse sobre un lunar preexistente o sobre piel previamente sana y puede aparecer tanto en zonas expuestas al sol, como en aquellas que están frecuentemente cubiertas. Las piernas son las zonas más comunes en el caso de las mujeres, y el torso (pecho y espalda) en el caso de los hombres. También pueden presentarse el cuello, la cara, en la mucosa del ojo, la cavidad oral, zonas genitales, tubo digestivo o meninges.
En el mundo, la incidencia va en aumento y puntualmente en Argentina, se estima un registro de más de 1.400 nuevos casos de pacientes al año, lo que representa el 1,3 por ciento de los casos de cánceres en total. Esto se traduce en 4 mil argentinos que padecen esta patología, de los cuales fallecen 574 personas anualmente, con tasas de mortalidad levemente mayores en hombres (351) que en mujeres (223). Por el preocupante panorama, hoy se celebra el Día Mundial del Melanoma, una fecha que invoca a la concientización sobre la patología.
Cómo detectarlo a tiempo
Un simple cambio de la apariencia de la piel es el primer signo del melanoma. Por lo tanto, es importante saber dónde aparecen los lunares y su apariencia. Cuando es detectado y tratado adecuadamente antes de extenderse a otras partes del cuerpo, el melanoma tiene un índice de curación alto. En este sentido, las señales de advertencia del test "ABCDE" del melanoma pueden ayudar a las personas a detectar cambios en forma temprana.
"En la actualidad, existen tratamientos innovadores como nuevas inmunoterapias y blancos moleculares que han mejorado sensiblemente las posibilidades de tratamiento de los pacientes con enfermedad avanzada", comenta Gabriela Cinat, médica oncóloga del Instituto de Oncología Ángel Roffo. De todas maneras, la especialista aclara que "lo ideal sigue siendo prevenir el melanoma mediante una exposición solar responsable, el uso de ropas adecuadas y factores de protección solar". Y, por supuesto, una vez al mes realizando el simple y útil autoexamen.
En el ABCDE, los puntos a considerar y controlar son cinco: la asimetría de las lesiones (lunares, pecas); que no sean irregulares los bordes; la multiplicidad de colores que exprese o la variación de los mismos con el paso del tiempo; que el tamaño no sea mayor a seis milímetros; que el diámetro no sea irregular; y, por último, seguir la evolución de modo de localizar un posible cambio en tamaño o apariencia, o advertir el sangrado o picazón. En el caso de identificarse alguna de estas anomalías en la piel es fundamental la consulta con un experto.
La detección temprana de esta enfermedad es clave, ya que es probable curar un paciente mediante una simple intervención quirúrgica cuando el melanoma es diagnosticado en etapas iniciales. "En cambio, cuando el diagnóstico se realiza en forma tardía (por ejemplo cuando se extendió a otros órganos) el pronóstico es reservado", explica la experta. El cáncer puede extenderse a otras partes del cuerpo como hígado, pulmones, huesos y cerebro y complejizar la salud del paciente, por lo que es importante tanto el autoexamen como la concientización: la piel es un órgano que puede dar claros indicios de una enfermedad potencialmente mortal.
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