En otro tiempo, Argentina lideraba el mundo en producción de lino, exportando esta preciada fibra textil a todos los rincones del planeta. Sin embargo, ese esplendor contrasta con la situación actual en Entre Ríos, donde la superficie sembrada cayó un 43% en la campaña 2024/25, alcanzando apenas 6.600 hectáreas, el cuarto nivel más bajo en 25 años.
¿Qué ocurrió para que un cultivo que definió una época se encuentre en decadencia? Según la Bolsa de Cereales de Entre Ríos (BOLSACER), actualmente dos factores explican esta caída: los precios poco competitivos y una sequía extrema que afectó gravemente el rendimiento. Entre junio y septiembre de 2024, el cuatrimestre más seco en 21 años terminó por inclinar la balanza en contra de los productores locales.
Argentina: de líder mundial a productor marginal
En las décadas de 1970 y 1980, el lino ocupaba casi un millón de hectáreas en Argentina, consolidándose como el mayor exportador global de esta oleaginosa. Las tierras fértiles de Entre Ríos, el sur de Santa Fe y Buenos Aires eran la cuna de una industria que exportaba fibra y aceite a mercados como la Unión Soviética, su principal comprador.
Hoy, el panorama es muy distinto. La siembra de lino se realiza entre mayo y junio, y la cosecha entre noviembre y diciembre, pero las exigencias agronómicas del cultivo —suelos bien drenados y humedad suficiente— sumadas a los cambios en el mercado internacional, han relegado su producción. En la actualidad, el lino ocupa un lugar marginal, desplazado por la soja y el maíz, que ofrecen mayores rentabilidades.
¿Por qué el lino ha sido reemplazado?
La disminución del cultivo de lino en Argentina se debe a varios factores:
- Competencia de cultivos más rentables: la expansión de la soja y el maíz, que ofrecen mayores márgenes de ganancia, ha desplazado al lino en las rotaciones agrícolas.
- Cambios en el mercado internacional: la disolución de la Unión Soviética, principal destino del aceite de lino argentino, redujo la demanda externa.
- Sustitución por productos sintéticos: la aparición de fibras sintéticas y aceites alternativos disminuyó la demanda de lino en la industria textil y de pinturas.
El lino en el mundo: usos, lujo y sostenibilidad
Pese a su disminución, el lino sigue brillando en sectores de alto valor agregado. Es un protagonista en la alta costura, donde su textura fresca y elegante lo convierte en sinónimo de lujo. También es popular en ropa de cama, manteles y cortinas, y en el diseño de interiores, gracias a sus cualidades naturales y sostenibles.
Sus semillas, conocidas como linaza, tienen un papel importante en la industria alimenticia y de la salud. Ricas en ácidos grasos omega-3, fibra y antioxidantes, se utilizan en la producción de alimentos saludables como panes, galletas y aceites funcionales. Además, son un componente clave en la elaboración de suplementos dietéticos y productos para el bienestar digestivo.
El aceite de linaza, derivado de las semillas, también encuentra aplicaciones en la industria farmacéutica y en la fabricación de pinturas y barnices. Países como Francia, Bélgica y China lideran la producción global de lino, destinando una parte significativa a estos usos, alineados con la sostenibilidad y la calidad que demandan los mercados internacionales.
El futuro del lino en Argentina
El lino argentino enfrenta el desafío de encontrar su lugar en un mercado dominado por cultivos más rentables. Sin embargo, su versatilidad, que abarca desde la moda hasta la alimentación saludable, y la creciente demanda de productos sostenibles podrían abrir una puerta para su revitalización.
Con políticas de apoyo y un enfoque en la calidad, este cultivo milenario aún podría escribir un nuevo capítulo en su historia en el país.