FERTILIZAR AC junto al INTA presentaron los resultados del estudio sobre la fertilidad de los suelos y disponibilidad de nutrientes, en el que se relevó el impacto agrícola en el noroeste y en el noreste argentinos. Del mismo se desprende que la disminución de la disponibilidad de algunos nutrientes explicaría parte de la brecha productiva actual, que en soja y maíz es cercana al 50 %.
El Mapa de Nutrientes del NOA y NEA es un relevamiento pionero que “proporciona datos cruciales para el diseño de estrategias de manejo sostenible de suelos en regiones de alta fragilidad ambiental” aseguró el vicepresidente de FERTILIZAR AC Jorge Bassi, quien destacó que “constituye una herramienta fundamental para la toma de decisiones en materia de políticas agropecuarias vinculadas al uso de los fertilizantes y la conservación de los suelos”.
Por su parte, el presidente de la entidad, Roberto Rotondaro, enfatizó en la importancia de contar con mapas de nutrientes para lograr diagnósticos más precisos y poder implementar estrategias de fertilización de acuerdo a las necesidades puntuales de cada ambiente.
En ese marco, Rotondaro destacó que las regiones del NEA y NOA representan “más de 6 millones de hectáreas y es importante conocer cómo fue el impacto del uso productivo en estos agro-ecosistemas más frágiles, en los cuales cualquier acción puede provocar un deterioro en un tiempo más corto”.
El responsable de la investigación, el Ingeniero Agrónomo Dr. Hernán Sainz Rozas, de la Unidad Integrada Balcarce del INTA, explicó que en los suelos de las diferentes regiones del norte encontraron reducciones en la disponibilidad de nutrientes que podrían explicar parte de las brechas de rendimientos actuales, las cuales son cercanas “al 50% en cultivos de soja y maíz”.
El especialista describió que para concretar el mapa se cuadricularon y se obtuvieron muestras georeferenciadas de 349 sitios, en los cuales se midieron distintas propiedades del suelo.
El experto detallo que “al comparar la condición prístina de la cultivada en estas regiones con poca historia agrícola, los impactos fueron, en proporción, similares a las que se encontraron en la región pampeana”.
Principales conclusiones del estudio
Algunas de las consideraciones a las que se arribó en relevamiento realizado por FERTILIZAR AC y el INTA son:
- En cuanto a la degradación de los suelos, puntualiza que la pérdida de fertilidad y de materia orgánica los han dejado más vulnerables a los impactos ambientales y climáticos.
- Se registró una disminución en la disponibilidad de nutrientes como el fósforo -principalmente-, pero también el potasio en el noreste de Santa Fe y norte de Entre Ríos, que experimentaron notables reducciones, lo que podría afectar la capacidad productiva de los suelos.
- Se determinó, en contenido absoluto, una importante reducción de la materia orgánica (promedio) para toda la región NOA y NEA, lo que produce una mayor susceptibilidad a la erosión y menor abastecimiento de nitrógeno y azufre por mineralización.
- Además, se advirtieron zonas con potencial deficiencia de calcio y magnesio, mayormente en el centro-norte de Santa Fe, región con larga trayectoria de producción tambera.
- Se relevó una marcada disminución de los micronutrientes, con especial relevancia en zinc (Zn) y boro. Respecto del Zn, las zonas con potencial problema de deficiencia fueron el este de Tucumán, la región central de Santiago del Estero, el noreste de Córdoba, el norte de Santa Fe y el norte de Entre Ríos. “Es alta la probabilidad que la deficiencia de este nutriente esté incidiendo sobre la brecha de rendimiento de los cultivos”, comentó Sainz Rozas.
- En tanto, las zonas con potencial problema de deficiencia de boro fueron parte del este de Tucumán, el centro-este de Santiago del Estero, el noreste de Córdoba, el norte de Santa Fe y el norte de Entre Ríos.
- En cuanto al hierro, se detectaron bajos niveles en la región central de Santiago del Estero.
- Con relación a las variaciones en el pH a diferencia de la región pampeana donde éste tiende a disminuir con el uso agrícola, en algunas áreas del NOA y NEA se ha registrado un aumento por el uso agrícola. El informe puntualiza que se hallaron zonas con pH mayores a 7.5 (lo que denotaría problemas de deficiencias de micronutrientes catiónicos) y otras con pH menor a 6 (mostrando problemas de acidez y disponibilidad de calcio).
Cómo recuperar fertilidad
A la hora de las recomendaciones para iniciar una recuperación de la fertilidad, Sainz Rozas propuso:
- intensificar las secuencias de rotación incluyendo más cultivos de servicios
- realizar rotaciones con pasturas o abonos orgánicos con el propósito de aumentar el ingreso de carbono al suelo
- seguir monitoreando el pH de los suelos por ser un factor clave en la disponibilidad de nutrientes
- aumentar las dosis de fósforo en lotes que lo ameriten y controlar los niveles de cationes básicos como calcio, magnesio y potasio
- incluir en el análisis de suelo de rutina nutrientes como el zinc y boro y, en algunas zonas el hierro.
Relevamiento de nutrientes en la región pampeana
Rotondaro también anunció la próxima realización de la edición 2024 del Mapa de Nutrientes de la Región Pampeana (el anterior se presentó en 2018), ampliando el conocimiento científico sobre el estado de los suelos en Argentina y el impacto del manejo agrícola.
Respecto de estudio, aseguró que “con este mapa podremos tener la visión completa y actualizada de los nutrientes en los suelos agrícolas a nivel país, pudiendo comprender cómo estamos respecto de los suelos originales y cuál es el impacto de los manejos agrícolas que estamos realizando. La información completa y de actualidad nos permitirá comprender la situación argentina en materia de uso y preservación del recurso suelo, vital para nuestro sector productivo.”