La carne es débil, y no es su culpa

Es necesario que la hacienda recomponga sus valores, pero entre lo que ofrecerán los feedlots, una exportación complicada y la falta de reacción del consumo no se prevé por ahora que vaya a suceder algo así

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Los precios de la hacienda están estancados, en medio de una inflación acumulada muy importante (Revista Chacra)
Los precios de la hacienda están estancados, en medio de una inflación acumulada muy importante (Revista Chacra)

La foto de la ganadería argentina deja qué desear, a pesar del esfuerzo de los productores. Los números demuestran que el precio real del novillo de consumo sigue lejos de los valores de diciembre pasado. Es complicado si se considera que por delante tenemos el periodo de mayor oferta y por ahora no se observa la posibilidad de que la demanda interna mejore.

Las exportaciones se mantienen demasiado concentradas en China, que no es el cliente ideal en este momento. El gigante asiático marcó un nuevo récord de importación de carne vacuna en mayo, pero cada vez paga menos y suma nuevos proveedores, uno detrás del otro. Abultados stocks, abundante entrada de carne vacuna del exterior muy barata y una alta faena doméstica de vacas –liquidación de tambos a causa de la caída en el precio de la leche- están determinando una sobreoferta de carne vacuna, y una baja de su precio en China.

Decididamente la coyuntura no es buena. Entre nosotros, los precios de algunos cortes de carne le habían ganado a la inflación en diciembre de 2023; a partir de ahí corren muy por detrás del costo de vida y han rifado aquella mejora, no obstante lo cual su demanda la ha reducido en un 15%. La oferta no ayuda. Desde la Cámara que agrupa a los propietarios de feedlots destacan que este año, sin las inclemencias climáticas de 2023 pegando fuerte, el encierre es de todos modos elevado. Esto garantiza un buen nivel de abastecimiento y modera las pretensiones de subas de precios. Como contracara cada vez hay menos novillos pastoriles elegibles para cuota Hilton, un proceso que viene acentuándose.

El consumo de carne vacuna se ha reducido como consecuencia de un menor poder adquisitivo de la población(Revista Chacra)
El consumo de carne vacuna se ha reducido como consecuencia de un menor poder adquisitivo de la población(Revista Chacra)

La realidad es que asistimos a otro mes con aumentos de la carne por debajo de la inflación promedio. Esto complica a la cadena de ganados y carnes que sufre una fuerte suba de costos. El emblemático producto se ha convertido en una de las claves para mantener en retroceso la inflación mes tras mes, al menos en los papeles. Para colmo, la industria ya no obtiene por los subproductos el recupero que lograba años atrás cuando el cuero, la grasa y las menudencias tenían valor.

El tipo de cambio neto de retenciones para la carne vacuna se ubica en términos reales en un umbral muy poco amigable y ha devuelto gran parte de las ventajas de la devaluación de diciembre pasado. El crawling peg del 2% mensual se convirtió en un ancla cambiaria, y todo indica que el gobierno lo va a sostener hasta que las velas no ardan. El mensaje a los productores parece ser que recibirán una mejora en la paridad cambiaria vía reducción de costos, pero no deben esperar nada del tipo de cambio nominal. Es muy difícil decir cuándo se materializará la reducción citada.

Ignacio Iriarte advierte que el tema cambiario no está resuelto. Para la carne es importante porque lo único que nos puede sacar de esta situación es la exportación, que hasta acá explica el 30% de la demanda. Hoy por hoy el grueso de los exportadores argentinos no está ganando plata El precio de la hacienda tendría que seguir bajando para ponerse en línea con lo que paga el mercado externo, o mejor dicho, China, que parece empeñada en continuar recortando sus gastos en carne importada.

El gigante asiático sigue comprando fronteras afuera grandes volúmenes de carne vacuna a bajos precios, una cantidad 24% más abultada en los primeros cinco meses del año respecto del mismo periodo de 2023. Encadenó 12 meses consecutivos por encima de las 200 mil toneladas y de enero a mayo alcanzó un récord histórico de 1.230.000 toneladas de carne vacuna ingresadas. En lo que va del año, el promedio de precios pagados por China es de USD 4.789 por tonelada, esto es un 11% por debajo del valor medio del mismo período de 2023 y 26% menos que los USD 6.500 promedio de hace dos años.

China compra cantidades crecientes de carne vacuna, pero apuesta a pagar cada vez menos (Revista Chacra)
China compra cantidades crecientes de carne vacuna, pero apuesta a pagar cada vez menos (Revista Chacra)

Hasta acá la provisión de carne vacuna a China está dominada por Brasil, Argentina y Uruguay, pero Sudamérica está replegando filas, de manera voluntaria al menos en el caso de Brasil y Uruguay, espantados por los precios.

Las ventas de Uruguay a China en mayo muestran una caída interanual del 42%. La consultora oriental Blasina advierte que mayo fue un mes que marcó un hito. Por primera vez desde 2020 China abandonó el primer lugar entre los importadores de carne vacuna uruguaya, con volúmenes y precios en los niveles más bajos desde entonces. Colaboró la fuerte escasez de ganado en Estados Unidos, que se quedó con esa ubicación entre los clientes del vecino país, en tanto los chinos estuvieron cerca incluso de perder la segunda posición a manos de la Unión Europea.

Si bien Brasil tiene cada vez más frigoríficos habilitados para exportar al gigante asiático, su participación en este mercado ha caído desde más del 60% el año pasado a entre 40% y 45% en 2024, ya que los exportadores diversificaron su matriz de destinos para colocar su producto a mejores valores. Brasil completó su cuota anual de exportación libre al mercado norteamericano, y en este momento está vendiendo con un arancel del 26%. Según los analistas de Agrifatto, las colocaciones en Estados Unidos no fueron mayores porque los australianos están suministrando grandes cantidades de carne vacuna a este país. La depreciación del real y la caída del valor del gordo en Brasil contribuyen a la competitividad de sus carnes en el mercado internacional.

Las exportaciones argentinas, en tanto, perdieron terreno nuevamente en mayo. Se cita un retroceso del 8% en relación a abril y del 17% interanual, con China como el mercado que registra la pérdida de participación más relevante, del 76% al 64% del share. Es un fenómeno que se repite desde marzo último, después de que en febrero se alcanzara el máximo de los últimos años. El precio medio FOB de la carne vacuna argentina en mayo fue de USD 4.600/t, 7% más que en abril pero un 6% menos año contra año.

Un reciente informe de la China Cattle Industry Association prevé que los precios del ganado vacuno se mantendrán bajos en lo que resta de 2024. Quienes visitaron la última SIAL en Shangai descreen de las chances de volver a los valores de hace unos años, al menos en el corto y mediano plazo. Beijing no se inmuta y abre el juego a más países exportadores. China sabe que tiene la sartén por el mango, y sigue aceptando la entrada de proveedores. Hace unos meses habilitó más de 30 nuevos frigoríficos a Brasil, y autorizó a Bolivia y Colombia a vender carne vacuna detrás de la Gran Muralla. El caso más reciente es el de Australia, país al cual Beijing le comunicó la habilitación de cinco de las grandes plantas frigoríficas de esta nación.

Los resultados de la exportación, altamente dependientes de China, dejan qué desear (Revista Chacra)
Los resultados de la exportación, altamente dependientes de China, dejan qué desear (Revista Chacra)

¿Cómo sigue esta historia? Iriarte dice que vamos a entrar en un segundo semestre complicado en materia de tipo de cambio. La brecha ya está presionando. Empieza a crecer la expectativa de que en algún momento va a tener que ajustarse y generalmente se juegan las cartas de modo que finalmente sucede. La combinación de tipo de cambio atrasado, precios de China bajos, retenciones, costos en alza –copiaron la inflación- y perspectiva de oferta en aumento llevan a que se estén revisando muchos de los números proyectados para la actividad.

En lo interno, la población asiste a una caída muy fuerte del ingreso. De todos modos el salto de precios de otros productos de la canasta es tan notable que la carne ha quedado relativamente barata, y eso hace que la merma en el consumo no sea aún peor.

La faena cede, pero no lo suficiente, sobre todo en vacas. El porcentaje de hembras involucrado alcanzó al 50% en mayo; estamos lejos de entrar en un periodo de retenciones. Los pronósticos en este sentido deberán esperar a ver cómo se ordena el segundo semestre de este año, ya que por ahora no aparece tan claramente que haya intenciones de los productores de retener.

A decir de los especialistas de Ganados & Carnes, difícilmente los precios caigan más de lo que lo han hecho hasta ahora, pero mejorar lo que queda en el bolsillo del productor demandará nuevos recortes en la magnitud de la inflación y una recuperación real del salario. Entienden que para los productores de proteínas de origen animal sólo queda la esperanza de que los comentarios de Milei en términos de desregulaciones y rebaja de impuestos se concreten durante 2025. Otros ven una pequeña luz al final del túnel, o mejor dicho en el último bimestre de este año.

José Lizzi, líder en ganadería de CREA, advierte que la relación margen bruto/costos directos ha cedido sobremanera por el incremento de los gastos, lo que eleva el riesgo –hay que aportar mucho más capital- y la incertidumbre. Conviene tener todo muy bien desde lo productivo, porque lo financiero no ayuda.

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