Un día después que la Organización Mundial de la Salud admitiera que tras la pandemia de COVID-19 los casos de depresión y ansiedad aumentaron un 25% en todo el planeta, comenzó en Buenos Aires la Quinta Cumbre Mundial de Salud Mental. Se extenderá hasta mañana con la participación de más de 500 especialistas internacionales. En la apertura de este jueves participó el presidente Alberto Fernández quien pidió terminar con “la estigmatización de la salud mental”, resaltó que “es imperioso y necesario, esencial para el futuro, imperativo de este tiempo tratar el tema” y señaló la importancia de las consecuencias de la pandemia.
“Vivimos una guerra silenciosa, que fue la pandemia, no somos conscientes de que somos sobrevivientes de una tragedia”, expresó cuando expuso en la mesa de apertura que se retrasó casi una hora y media por la tardanza del Presidente en arribar al auditorio del segundo subsuelo del Centro Cultural Kirchner y también por problemas técnicos con el sistema técnico de sonido.
Cuando comenzó a hablar la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti —la primera oradora de la mañana— era notorio el malestar de varios de los asistentes por la demora. Se podía observar en los pasillos un movimiento incesante de varios operarios por solucionar el inconveniente y muecas de fastidio entre algunos de los organizadores. El sonido volvió al ámbito central del encuentro pero los parlantes exteriores siguieron en silencio por un largo rato más.
A Fernández, a pesar de su impuntualidad, se lo recibió con muchos aplausos. En la mesa lo esperaban Vizzotti, el director general del Comité Internacional de la Cruz Roja, Robert Mardini y el director de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Jarbas Barbosa Da Silva.
Su discurso tuvo uno de sus ejes en los efectos de la pandemia de coronavirus que se desató en los primeros meses de 2020 y que dejó casi 15 millones de muertes. El jefe de Estado sostuvo que “dejó secuelas en la salud mental de todos nosotros en mayor o menor medida” y recordó que “la muerte caminaba entre nosotros, no podíamos identificar de dónde venía el enemigo y cuáles serían sus consecuencias”. Antes, a través de un video, también habían expuesto la directora ejecutiva de UNICEF, Catherine Russel y el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Bajo el lema “La salud mental en todas las políticas” esta es la primera vez que esta Cumbre se realiza fuera del continente europeo y que se traslada a América. Se organizó en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las anteriores se hicieron en Londres (2018), Amsterdam (2019), París (2021) y Roma (2022).
“Cuando se habla de salud mental hay que entender que es una enfermedad que no tiene manifestaciones físicas, que está en el interior del ser humano”, afirmó el primer mandatario y remarcó que todas las personas “tienen derecho a contar con asistencia. Y esa asistencia no pasa por la reclusión indigna en un lugar donde padecen condiciones de abandono, sino en encontrarle una salida. El sistema de manicomios es un sistema inhumano”.
“Abordar este tema de la salud mental es un tema esencial para el futuro, no solo del presente. No se debe normalizar el problema de la salud mental como un tabú, como algo de lo que no hay que hablar, como que lo mejor es no hablarlo”, aseguró. También recordó que existe una “estigmatización en la salud mental. Cuando había alguien con un problema de esta naturaleza era absolutamente estigmatizado y ocultado”.
Al referirse al alto índice de suicidios que según la OMS se registra en nuestro continente, el Presidente volvió a referirse a la pandemia y dijo: “¿Cómo eso no va a afectar psicológicamente a una sociedad, a un ser humano. La pandemia ha generado una enorme falta de ilusión, de pronto descubrimos que cualquiera se podía morir porque no diferenciado ricos de pobres ni entre buenos y malos”. También se sintió involucrado: “A todos nos ha alterado en mayor o menor medida y prestarle atención a ese problema es un imperativo ético”.
Contó que el día anterior en el coloquio de IDEA, en Mar del Plata, había mostrado un cuadro analizando las principales causas de mortalidad que Argentina vivió en toda su historia y que había advertido que los fallecidos en la “gripe española, la gripe aviar, la guerra contra el Paraguay y los 30 mil desaparecidos” no alcanzan la cifra de muertos que dejó la pandemia en nuestro país, superior a las 130 mil personas.
Vizzotti, por su parte, manifestó que la celebración de esta Cumbre Mundial de Salud Mental en Buenos Aires permite una “articulación de la agenda de los organismos internacionales, de la agenda regional, nacional y de todos los sectores, que hace que este sea un momento muy importante para lograr que la salud mental esté siempre en la agenda sanitaria de todos los gobiernos como prioridad”.
Remarcó también que “ha iniciado un proceso de jerarquización de las políticas públicas de salud mental, tanto en términos presupuestarios como en la transversalización en todas las políticas”.
La Cumbre 2023 contará con una conferencia magistral, dos sesiones plenarias globales, una sesión plenaria regional, nueve talleres temáticos y un panel sobre salud mental en todas las políticas. Además, la primera jornada tendrá un cierre cultural en la Sala Sinfónica “La Ballena Azul”.