La Unidad de Información Financiera (UIF), un organismo clave en materia de control, sigue profundizando su crisis interna. Tras la renuncia de la vicepresidenta Luna Montes von Herman, que duró apenas nueve meses y dejó ese cargo vacante, la semana pasada se fueron dos directores clave: Diego Gamba, a cargo del área de Internacionales, y Silvana Carvallo, hasta ahora directora de Sumarios. Ambos aterrizaron en la AFIP, que se transformó en un refugio privilegiado para muchos funcionarios.
En la AFIP ya había recalado Mariana Quevedo, la primer vice de la UIF durante la gestión de Alberto Fernández. Su salida se concretó en octubre de 2021, en medio de una feroz interna con el entonces presidente del organismo, Carlos Cruz, un hombre alineado con el Presidente.
La funcionaria, que responde al cristinismo, quedó a cargo de la Dirección de Asesoría Legal Impositiva y de los Recursos de la Seguridad Social. Pero recién hace dos semanas, cuando su sucesora en la UIF ya se había marchado, se oficializó su pase a planta permanente de la AFIP.
La Coalición Cívica siempre sostuvo que Quevedo “fue premiada” por Cristina Kirchner con un cargo efectivo en el Estado. “Demoró la información que debía suministrar la UIF en las causas de Lázaro Báez. Y habría cajoneado los reportes UIF de la hija de Milagro Sala”, denunció la diputada Marcela Campagnoli.
Efectivamente, su gestión, como la de Cruz, quedó envuelta en varios escándalos. El principal tuvo lugar en el área de Litigios, donde trabajan los abogados que representan al Estado en los juicios por corrupción. Las esquirlas de ese conflicto impactaron en el juicio por “la ruta del dinero K”. En el verano de 2020, cuando estaban por empezar los alegatos, los funcionarios de la UIF que recién habían llegado reclamaron que se reduzca el pedido de pena para el empresario Lázaro Báez.
“La pena tiene que ser más baja, seis años”, disparó el entonces director de Litigios Penales, Claudio Castelli. Hubo al menos tres reuniones para intentar modificar ese alegato: Cruz mandó a su jefe de Gabinete y Quevedo puso a una persona de su confianza, Silvana Carvallo, entonces jefa de Sumarios.
Pese a las presiones, los abogados terminaron pidiendo 9 años para el empresario K, aunque tuvieron que abandonar el organismo anti lavado.
Te puede interesar La escandalosa salida de un director de la UIF destapó una trama secreta de presiones para modificar los alegatos contra Lázaro Báez
Ese escándalo terminó con la salida de Castelli y la filtración de chats privados sobre la interna de la UIF.
Otro cimbronazo ocurrió cuando la UIF no apeló el sobreseimiento del CEO de Techint, Paolo Rocca, el director de la compañía Luis Betnaza, y de Héctor Zabaleta, el supuesto encargado de entregar el dinero a funcionarios kirchneristas, en la causa Cuadernos. A los abogados de la UIF se le venció el plazo y luego intentaron “subirse” a una apelación que hizo la defensa de Roberto Baratta. Fue un papelón jurídico que derivó en una caza de brujas interna.
“Con la causa Cuadernos tuvimos un problema desde el comienzo de la gestión de Cruz. La orden verbal, nunca escrita, siempre fue ‘dejarla correr’. Los abogados veníamos advirtiendo que había que tomar decisiones técnicas importantes. Nunca nos escucharon”, resumió ante Infobae uno de los involucrados.
Durante la gestión de Cruz, la UIF también renunció a su rol de querellante en varias de las causas por corrupción contra el kirchnerismo y en aquellas que se mantuvo, como en el juicio de Vialidad, terminó pidiendo la absolución de Cristina Kirchner, entre otros ex funcionarios.
Esa decisión motivó una denuncia penal de varios diputados de Cambiemos contra el actual titular de la UIF, Carlos Otero, y su entonces vice. La presentación, que tuvo escasos avances, fue firmada por los legisladores Juan Manuel López, Paula Oliveto Lago, Mariana Zuvic, Maximiliano Ferraro, Ricardo López Murphy, Marcela Campagnoli, Mónica Frade, Mariana Stilman.
Te puede interesar Diputados de Juntos por el Cambio denunciaron al titular de la UIF por “encubrimiento” de Cristina Kirchner
No fue la única intervención de la UIF a favor de la vicepresidenta. Cuando los abogados del organismo anti lavado tuvieron que opinar sobre su situación procesal en la causa que sigue abierta en el juzgado de Sebastián Casanello por “la ruta del dinero K” no pidieron nuevas medidas de prueba y dejaron abierta la puerta a un sobreseimiento.
Ese escrito llevaba la firma de Leandro Ventura, un joven abogado que llegó al organismo de la mano de Carlos Cruz y terminó quedando a cargo del área de Litigios Penales.
La vicepresidenta sigue con falta de mérito en ese expediente y el juez espera respuestas del exterior para tomar las próximas decisiones.
“Hay otras inacciones cómplices de las autoridades de la UIF, como dejar de impulsar el recupero de activos de los bienes de Daniel Muñoz en Turk and Caicos, o no apelar el archivo del sobreseimiento por enriquecimiento ilícito de Cristina Kirchner, donde la UIF había pedido que se declare la nulidad porque el juez dijo que lo agarraron del cuello para sobreseer y el contador Manzanares contó que la pericia fue ‘acomodada’”, lamentó María Eugenia Talerico, ex vicepresidenta de la UIF.
Las nuevas salidas
En la última semana del año se fueron de la UIF el director de Internacionales, Diego Gamba, y la directora de Sumarios, Silvana Carvallo. Ambos aterrizaron en la AFIP, donde los espera la ex vice, Mariana Quevedo. “Los dos vinieron con ella y se terminaron yendo con ella. Seguramente les espera un lugar en la planta permanente de la AFIP. No es algo menor porque en la UIF todos estamos con un contrato sin término”, resumió un histórico del organismo.
Su salida todavía no fue consignada en el sitio web de la UIF, donde sí figuran vacantes la vicepresidencia y la Dirección de Litigios Penales.
En principio, la renuncia de los dos directores no tiene vinculación directa con otras renuncias más resonantes como la titular del INADI, Victoria Donda, y el titular de la Oficina Anticorrupción, Félix Crous.
Carvallo, según cuentan en la UIF, era confidente personal de Quevedo desde la gestión de Sbatella. Carlos Cruz nunca quiso nombrarla como directora, y recién fue nombrada cuando llegó Otero.
Gamba, un especialista en derecho tributario que fue ejecutivo de Naranja X y asesor del directorio del Banco Central, es reconocido como un funcionario técnico. Su lugar será ocupado transitoriamente por el actual director de Análisis, Alberto Mendoza, muy respetado dentro del organismo.
Mendoza se despidió de sus empleados el jueves pasado. En su lugar podría aterrizar un empleado que depende del jefe de Gabinete de la UIF, Nicolás Vergara. No es un dato menor: Análisis es el área más sensible de la UIF. De ahí salen todos los reportes de operación sospechosa (ROS).
Las dos renuncias se suman a la salida de la última vice de la UIF, Luna Montes von Herman, que duró apenas nueve meses. Ese cargo todavía sigue vacante. “Son movidas muy peligrosas, especialmente lo de Análisis, y el año próximo viene la revisión del GAFI”, lamentó un ex funcionario.