El juez federal Julián Ercolini procesó con prisión preventiva a Isaac Esparza Hidalgo, el mexicano que fue detenido y extraditado a la Argentina porque participó del entramado societario que armó Daniel Muñoz para lavar dinero de la corrupción.
Muñoz había sido secretario privado de Néstor y Cristina Kirchner y amasó una fortuna ilegal calculada en 70 millones de dólares. Fue, según se determinó en el Caso Cuadernos, el receptor primario de los bolsos repletos de coimas que circularon durante el kirchnerismo. Muñoz apartaba dinero de los bolsos que llevaba a Santa Cruz —en avión junto a los Kirchner— y de ese modo logró hacerse de una fortuna injustificable con sus ingresos como funcionario público.
Cuando los negocios off shore de Muñoz quedaron al descubierto a raíz de los Panamá Papers, el ex secretario presidencial vendió propiedades que tenía en Estados Unidos y salió en busca de nuevos horizontes. Fallecido en mayo de 2016 su pareja, Carolina Pochetti, continuó con el lavado de dinero.
Para ello migró 30 millones de dólares a las islas de Turks and Caicos donde pensaba conseguir la residencia fiscal. Para lograrla debía invertir dinero allí. Y así lo hizo: puso 30 millones de dólares para comprar la tierra de un emprendimiento turístico de la cadena Six Senses que se iba a construir en Providenciales, una de las islas del archipiélago. Le prestaba ese dinero a un desarrollador estadounidense llamado Sean Sullivan. El proyecto aún no comenzó a construirse.
La sociedad Marble Hill Ltd. que realizó el préstamo estaba a nombre de Esparza Hidalgo, un mexicano que vivía en Monterrey y no tenía relación alguna con Muñoz. Sin embargo era amigo de Carlos Gellert, primo de Pochetti. Fue Gellert quien convocó a Esparza Hidalgo para que firmara unos documentos. El mexicano dijo en su indagatoria que creyó haber firmado documentación relacionada con el “food truck” propiedad de Gellert que él administraba y atendía. Era “taquero”, es decir vendedor de tacos . Esparza Hidalgo aseguró que era amigo de Gellert y de la esposa, Perla Puente Resendez. Gellert y Puente Resendez tendrán que ir a juicio oral y público por integrar, junto a Pochetti y otros imputados, la banda que lavó el dinero conseguido por Muñoz.
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La firma Marble Hill Ltd. a su vez era controlada por otras dos sociedades radicadas en las Islas Vírgenes Británicas (”Gold Black Limited y “Old Wolf Limited”) en las que también aparece como dueño Esparza Hidalgo.
En su indagatoria contó que Gellert le había dado trabajo, les hacía regalos a sus hijas, lo invitaba a ver partidos de fútbol americano o de béisbol. Tenían una relación de confianza. El mexicano aseguró que firmó los papeles que lo vinculan al lavado de dinero, en una escribanía a la que lo llevaron Gellert y Puente Resendez en la ciudad de Mc Allen, en el estado de Texas, Estados Unidos. Aseguró que Gellert y Puente Resendez le pidieron que los acompañara a la escribanía. Y allí dijeron que los papeles que iba a firmar estaban relacionados con el “food truck”. Firmó sin leer y terminó el trámite. Dijo desconocer la sociedad Marble Hill Ltd. y todas las otras utilizadas en el entramado para esconder el dinero de la corrupción.
Ercolini no creyó en la defensa intentada por Esparza Hidalgo y lo procesó por lavado de dinero. En la resolución a la que Infobae accedió a través de fuentes judiciales, el juez señaló: “Difícilmente pueda admitirse el grado de pasividad y desconocimiento en este tipo de negocios que Esparza Hidalgo pretendió atribuirse en su descargo, de una persona con formación universitaria, máxime de quien cuenta con una maestría incompleta en Derecho Internacional Privado. Más bien, el relato desplegado por el imputado constituye un intento de justificar su accionar con una inadmisible buena fe y confianza para con Gellert, en tanto que el panorama probatorio señala su intervención dolosa y onerosa en los actos de lavado. En definitiva, independientemente del grado de detalle del conocimiento que pudiera haber tenido sobre los pormenores concretos de las operaciones, ese extremo no era necesario para que pudiera efectuar su aporte a la maniobra, bastando la información disponible para que Esparza Hidalgo estuviera plenamente al tanto de que prestaba su nombre para ocultar a los verdaderos propietarios de las sociedades y bienes inmuebles de la organización en el extranjero”.
El juez Ercolini le trabó un embargo de 5.000.000.000 de pesos a Esparza Hidalgo quien hace unas semanas solicitó la excarcelación. El juez se la concedió pero aún no pudo conseguir el valor de la caución juratoria (fianza) que le fijaron: $2.500.000. Esparza Hidalgo puso domicilio en la casa de Gellert y además ofreció que le tomen en consideración un auto para pagar la fianza. El auto que ofreció también era de Gellert pero estaba embargado y además no alcanzaba el valor fijado por el juzgado como fianza. Seguirá detenido.
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