Una antigua discusión, de tiempos de plena pandemia de COVID-19, volvió a mencionarse entre los pasillos de Casa Rosada: reformar el sistema de salud de “manera profunda”. El Gobierno analiza las modificaciones bajo el supuesto de que la gestión sanitaria sería más eficiente.
La ministra de Salud Carla Vizzotti lo confirmó en una reunión presencial del Consejo Federal de Salud (COFESA) que se llevó a cabo en Villa La Angostura: “Hay decisiones que se pueden armonizar para que todas las personas, independientemente de dónde vivan y qué subsistema les preste cuidado, puedan acceder a prestaciones de calidad basadas en la evidencia y con una lógica sanitaria”.
“Estamos en un momento muy relevante para integrar el sistema de salud en forma sostenida y profunda. El Presidente sabe que es un tema muy complejo, pero entiende que durante la pandemia nuestro sistema de salud pudo dar respuesta a una situación extraordinaria con mucha articulación y una mirada federal, por eso considera que con algunas armonizaciones se puede lograr una mayor eficiencia y un mejor funcionamiento en la gestión sanitaria”, aseguró la máxima figura de la cartera sanitaria nacional.
Desde la subsecretaría de Articulación Federal, Verónica de Cristófaro indicó que los ejes estratégicos de integración definidos por todos los ministros de Salud del país son gobernanza y articulación federal; nuevo modelo de atención; recursos humanos en salud; estrategias de financiamiento; sistemas de información; innovación científico-tecnológica y comunicación en salud.
Hace unas semanas, el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires adelantó la intención de avanzar en una reforma similar, impulsada por Cristina Kirchner. El objetivo principal: lograr un acceso a la salud equitativo.
“La Vicepresidenta nos pide que hagamos el sistema nacional integrado de salud y nosotros le debemos la responsabilidad de llevarlo adelante”, aseguró tiempo atrás el titular de la cartera sanitaria bonaerense, Nicolás Kreplak, en un acto junto a Axel Kicillof y Daniel Gollan.
En aquella oportunidad, el gobernador bonaerense volvió a reiterar sus críticas a la oposición por el estado en el que recibió el sistema de salud, previo a la propagación del coronavirus. “Prometimos que una de las prioridades de este gobierno iba a ser poner de pie el sistema de salud y sabíamos que estaba hecho añicos”, expresó.
La mirada del kirchnerismo también se posa sobre las prepagas, las cuales ya fueron abordadas por el Gobierno a fines del año pasado cuando se les solicitó información a las empresas para dividirlas en tres categorías, dependiendo de la situación en la que se encontraban.
En aquel entonces, el oficialismo les ordenó que entreguen periódicamente información demográfica, epidemiológica, prestacional y económico-financiera de sus empresas. La medida se llevó a cabo a través de la Resolución 1950/2021.
El Gobierno avanzó sobre las prepagas luego de que el sector denunciara la crisis económica que atravesaba. Claudio Belocopitt, presidente de la Unión Argentina de la Salud (UAS), manifestó en aquella oportunidad: “El sector está viviendo el peor momento de su historia, en el medio de una pandemia y después de haber hecho un esfuerzo titánico de 16 meses”.
Con la mirada puesta en la renovación, los funcionarios destacaron que la integración del sistema de salud constituye una deuda histórica, que la fragmentación y segmentación del mismo tienen efectos negativos tanto sobre el uso eficiente de los recursos como sobre la calidad, equidad y acceso a los servicios.
Asimismo, advirtieron que el sistema de salud está segmentado “porque coexisten subsistemas con múltiples formas de financiamiento y provisión de servicios de salud”.
En tanto, remarcaron que la normativa vigente, que afecta a los distintos niveles de gobierno, limita o restringe la decisión consensuada.
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