Apoyar el ojo en la cerradura del sistema bancario más hermético del mundo siempre es atractivo. Suiza, además, es un lugar conocido para los periodistas argentinos porque fue el destino elegido para blanquear dinero en varios casos de corrupción. La expectativa para el equipo de periodistas argentinos que fue convocado para esta investigación era alta, ya que sacar dinero del país se volvió una tendencia que había sido confirmada en las últimas filtraciones globales, como había ocurrido el año pasado con Pandora Papers.
Pero la ilusión de encontrarse con miles de cuentas bancarias de argentinos se desvaneció en apenas unos minutos. Tres editores del consorcio de periodismo de investigación denominado Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP) nos convocaron a tres periodistas de Infobae y a un colega de La Nación para sumarlos a un proyecto que podía llegar hasta las fronteras argentinas. Ellos ya sabían -en aquella primera reunión en noviembre- que los nombres locales eran escasos, pero estaban convencidos de que habría historias de interés para los lectores argentinos. Y así lo revela la serie de historias de Suisse Secrets que comenzó a publicar Infobae desde ayer domingo 20.
“Esto tendrá impacto porque estamos hablando de saldos de cuentas bancarias. Son números muy concretos”, dijo uno de los coordinadores del proyecto como bienvenida. Pero también anticipó que, esta vez, Argentina no era la protagonista de la filtración como en ocasiones anteriores, porque los documentos que habían recibido a través de los colegas del diario alemán Süddeutsche Zeitung hacían foco en otros países de poco interés local, excepto Venezuela, el gran protagonista de la investigación, y siempre vinculado a nuestro país por sus nexos con el kirchnerismo.
El día que tuvimos acceso a la información local nos encontramos con menos de 50 nombres. Tal como nos habían adelantado, el material inicial era mínimo: la mayoría de esas personas no eran argentinas, sino que tenían alguna vinculación al país, como por ejemplo haber tenido un domicilio declarado en Buenos Aires o estar casado con algún argentino o argentina. Casi en su totalidad, no eran nombres de interés público, y eso exigió mirar cada uno con una lupa de mayor aumento.
Las reuniones iniciales del equipo argentino de investigación, entonces, estuvieron enfocadas en encontrar nuevos personajes dentro de la filtración. La búsqueda se diversificó, entonces, hacia el universo que hermanó políticamente al kirchnerismo con el chavismo, una relación bilateral que abrió acuerdos comerciales, cientos de negocios y otros escándalos como la valija de Antonini Wilson o la estatización de Sidor y la admisión de pagos ilegales por parte del ejecutivos del Grupo Techint en la causa de los cuadernos de las coimas. La principal dificultad ya estaba superada.
La investigación local, que se extendió durante solo cuatro meses durante el verano, un período relativamente corto para el tiempo que implican las investigaciones internacionales colaborativas, obtuvo sus frutos y surgieron nuevas revelaciones de escándalos y nombres ya medianamente conocidos para los lectores argentinos. La adrenalina periodística seguía alta y la obligación de extremar las herramientas de investigación tenían un motivo.
¿Con qué nos encontramos dentro de la filtración? A diferencia de otros casos en que analizar la información que aparecía dentro del sistema podría llevar días, Suisse Secrets ofreció datos básicos y a la vez potentes por los detalles de cada una de las cuentas bancarias.
Esos cinco datos eran el corazón de cada una de las historias pero, al mismo tiempo, eran solo una foto. El resto había que reconstruirlo por afuera. ¿Cómo? Con la utilización de herramientas con distintos niveles de complejidad. Desde las búsquedas avanzadas de Google, pasando por sistemas de información bajo registro, causas judiciales y datos públicos en el extranjero, hasta terminar en cruces con bases de acceso restringido, como los Pandora Papers, del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ).
Cada cuenta implicó la reconstrucción de un rompecabezas que permitiera contar la película completa detrás de esos números. Justamente de eso se trata el periodismo: de reconstruir eso que no está a la vista.
Interrogantes y líneas de tiempo
Al publicar la investigación, el equipo argentino mantiene interrogantes abiertos. Por el secreto fiscal y el hermetismo del sistema bancario suizo no es posible tener la certeza si estas cuentas en Credit Suisse fueron efectivamente declaradas ante las autoridades correspondientes, incluida la AFIP. Ninguno de los involucrados accedió a hablar con los periodistas que integran el equipo argentino de OCCRP para esta investigación. Solo en un caso, el de Máximo Vedoya, el CEO de Ternium, fue posible obtener sus respuestas por escrito, pero sin posibilidad de repreguntas. En el resto de los casos no hubo respuestas a las consultas enviadas por correo electrónico.
En la investigación de cada historia, para entender la “película”, la confección de líneas de tiempo se transformó en una tarea obligada. El objetivo fue intentar determinar si la existencia de las cuentas bancarias en Credit Suisse estuvieron abiertas al mismo tiempo que los involucrados participaban en actividades sospechadas por corrupción, blanqueo o presunta evasión impositiva. Ese fue el criterio - junto al de su relevancia e interés público - para determinar la revelación de sus nombres.
Los días previos al lanzamiento internacional se volvieron, como siempre ocurre, una corrida contra reloj por los últimos chequeos y ajustes, siempre bajo una confidencialidad extrema por lo delicado del tema. A las llamadas colectivas se le sumó la incertidumbre por el contexto internacional que anticipaba un posible ataque de Rusia a Ucrania, lo que podría haber cambiado el panorama apenas horas antes de que se hiciera pública la filtración. Hubo videollamadas internacionales de último momento en las que, incluso, se evaluó posponer la salida de la publicación, con posición divididas, si estallaba un nuevo conflicto bélico.
Desde el domingo 20 de febrero en adelante, aquellos que quieran depositar en Suiza fondos de origen dudoso o que no fueron debidamente declarados tendrán una razón más para pensarlo dos veces.
El equipo argentino de Suisse Secrets está integrado por Mariel Fitz Patrick, Sandra Crucianelli e Iván Ruiz por Infobae, y Hugo Alconada Mon por La Nación.
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