Alberto Fernández recibió este mediodía en la Casa Rosada a científicos e investigadores del CONICET y del FONARSEC que están desarrollando los proyectos para que Argentina pueda tener una vacuna de producción nacional contra la COVID-19 lo más pronto posible. Fue en un nuevo encuentro de la Mesa Interministerial para la Investigación, Desarrollo y Producción de Vacunas, Tratamientos, Diagnóstico y Otras Tecnologías que se lanzó el 15 de noviembre y que está conformada por los Ministerios de Salud, Ciencia, Tecnología e Innovación y Desarrollo Productivo.
De la reunión en el Salón de los Científicos de la Casa de Gobierno participaron también la ministra Carla Vizzotti (Salud), el ministro Daniel Filmus (Ciencia y Tecnológía), y las titulares del CONICET, Ana Franchi; y del FONARSEC (Fondo Argentino Sectorial), Laura Toledo. Fernández se interiorizó sobre los últimos avances en los proyectos nacionales de producción de vacunas, entre ellos la “ARVAC-Cecilia Grierson”, que en enero de 2022 comenzará con la fase clínica para poder ser producida a principios de 2023.
“Siento orgullo por nuestra ciencia y tecnología que está dando un paso más”, dijo el jefe de Estado.
Durante este encuentro, al que también concurrieron los científicos que integran los cuatro grupos que están trabajando en la producción de la inmunización contra el coronavirus, el mandatario destacó la importancia de Argentina pueda desarrollar respuestas para la población en materia de salud pública y de ciencia y tecnología, y particularmente en la investigación y producción de vacunas. “Nos hace enormemente soberanos”, valoró.
Los titulares de las carteras que integran la Mesa Interministerial visitaron el martes 23 los laboratorios del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas (IIB-INTECH), dependiente de la UNSAM, para conocer los avances de la vacuna “ARVAC-Cecilia Grierson” que desarrollan en un trabajo conjunto la casa de altos estudios, el CONICET y el laboratorio Pablo Cassará.
Las pruebas preclínicas mostraron ser eficaces frente al virus y ahora se están terminando de realizar los ensayos toxicológicos en el Centro de Medicina Comparada (CMC) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL). Una vez concluidos, se enviarán a la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) los protocolos del ensayo de Fase 1, a realizarse en humanos para su validación. Luego de ser aprobados, está previsto que se inicie la fase 1 durante el transcurso de enero de 2022.
Filmus destacó luego de la reunión que el desarrollo de la vacuna complementará otros trabajos que realizó el CONICET previamente durante la pandemia, como los barbijos y los kits sanitarios que “se están exportando y producen divisas para el país, no sólo resuelven un tema de nuestra gente”. El ministro destacó que “el presidente quería saludar a los distintos grupos de investigación que acudieron al llamado del Gobierno y del ministerio de Ciencia, de Salud y de Producción, para preocuparse y colocarse a disposición”.
“Los cuatro proyectos, sus directores (Daniela Hozbor, Guillermo Docena, Osvaldo Podhajcer y Juliana Cassataro), le explicaron al Presidente en qué momento están y porqué es posible que hacia fin del año que viene tengamos la vacuna argentina. Todo el mundo coincide que vamos a tener que tener refuerzos anuales. Si bien no van a reemplazar las otras vacunas, vamos a tener una acción propia. La OMS ha definido que Argentina y Brasil tienen las condiciones para la producción de vacunas, y vamos trabajar para eso”, agregó.
“Muy pocos países pueden investigar y desarrollar una vacuna, por eso es un orgullo muy grande”, sostuvo, a su vez, la titular del CONICET, Ana Franchi. Según informó la secretaría de prensa de la Presidencia, los investigadores le transmitieron al Presidente el estado de desarrollo de los distintos proyectos y coincidieron en destacar el aporte del Estado y la articulación con el sector privado para “avanzar lo más rápidamente en la disponibilidad de una vacuna argentina contra la COVID-19″.
Asistieron también Verónica López, Paula Berguer, Julián Maggini, Eduardo Cafferata, Martín Aispuro, Andrés Wigdorovitz, Juan Pablo Malito, Erika Rudi, Daiana Bianchi, Cecilia D´Alessio, Javier Santos, Mirta Lorena Coria, Karina Alejandra Pasquevich, Ingrid Gisela Kaufmann y Juan Manuel Rodríguez.
La “ARVAC-Cecilia Grierson”, la que atraviesa su etapa más avanzada, está pensada como vacuna de primera inmunización o como refuerzo para personas que hayan recibido el esquema completo de otras vacunas y cuya respuesta inmune empieza a bajar luego de un período superior a los seis meses. La fórmula se basa en proteínas recombinantes, una tecnología similar a la usada en la vacuna del Hepatitis B o el VPH. Algunas de sus ventajas son tener mayor estabilidad, evitar sistemas de conservación que dependen de ultrafreezers, su fácil distribución en territorio nacional y ser eficaz frente a nuevas variantes de COVID-19.
Cassataro, directora de la investigación de la ARVAC que desarrolla el CONICET, le comentó a Infobae que esta vacuna argentina podrá ser el complemento “para todas las plataformas, la de adenovirus inactivada o la de ARN, como las que se están aplicando en adolescentes ahora”.
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