El Consejo Directivo de la Federación de Asociaciones de Trabajadores de la Sanidad (FATSA) comunicó esta tarde una medida de fuerza para la próxima semana en medio de la lucha por las paritarias que aún no lograron acordar con los prestadores de la salud.
“Un paro nacional de actividades de cuatro horas por turno los días jueves 1 y viernes 2 de julio a todos los trabajadores de clínicas, sanatorios, hospitales de comunidad, servicios de emergencias, centros de diagnóstico, laboratorios de análisis Clínicos, institutos geriátricos e institutos psiquiátricos, ante el fracaso de las negociaciones paritarias”, explicaron en el comunicado firmado por Héctor Daer y Carlos West Ocampo.
Allí agregaron: “Autorizar a cada uno de los sindicatos afiliados a establecer los horarios y las modalidades de la medida, conforme a los usos y costumbres de cada región, a fin de garantizar la mayor adhesión al paro”.
También indicaron que “los días lunes 28, martes 29 y miércoles 30 de junio se realizarán asambleas informativas en todos los sectores y turnos de cada establecimiento para que los compañeros puedan conocer y debatir las medidas dispuestas y recibir toda la información necesaria. No vamos a tolerar más excusas ni explicaciones”.
Dicha medida se da en el marco de una negociación que sin final feliz con los empresarios del sector, quienes se encuentran agrupados en la Federación Argentina de Prestadores de Salud (FAPS). Tras el fracaso de la audiencia que se llevó a cabo ayer por la tarde en el Ministerio de Trabajo ratificaron que si no aumentan los aranceles no podrán afrontar una recomposición salarial.
Habían anunciado una reunión vía streaming el miércoles 30 para analizar qué harán ante “la dramática falta de financiamiento del sistema”. Sin embargo la decisión se tomó esta misma tarde y se expresó en el texto que continuó: “Ninguna razón puede eximir a los empresarios de la obligación de actualizar los salarios en momentos de alta inflación como los que estamos viviendo”.
Y completaron: “No vamos a resignar el poder de compra de los salarios de los trabajadores. Los empresarios se unieron e irresponsablemente se niegan a negociar. La única herramienta para vencer esa resistencia es la fuerza de la acción para poder actualizar el valor de nuestros salarios. Mantengamos la unidad, la solidaridad y la fortaleza de la organización sindical para alcanzar los resultados esperados”.
En el Ministerio de Trabajo, encabezado por Claudio Moroni, no quisieron anticipar si se aplicará la conciliación obligatoria en caso de que se concreten las protestas gremiales. “Veremos. En su momento se decidirá”, dijo a Infobae un vocero oficial.
Según se informó en un comunicado, los representantes de la FAPS “explicaron que los ingresos de los prestadores están atados a los aranceles impuestos por los financiadores (obras sociales, empresas de medicina prepaga y PAMI), y que si esos aranceles no se actualizan acorde al porcentaje solicitado para la negociación paritaria actual las instituciones prestadoras no tienen posibilidad alguna de enfrentar el aumento”.
El sindicato, por su parte, sostuvo que “los tiempos de gestión y negociación están agotados”, por lo que advirtió: “No vamos a tolerar más dilaciones, negativas y evasivas. Ninguna razón puede eximir a los empresarios de la obligación de actualizar los salarios en momentos de alta inflación”.
La reunión entre las partes tuvo lugar luego de que, a principios de mes, el sector empleador pidió a la cartera laboral que suspendiera las paritarias hasta que se resuelva “el estado crítico en que se encuentran la mayoría de los prestadores” por “la variación que sufrieron los costos” y “el incremento de los valores retributivos que perciben por las prestaciones que brindan”, pero la respuesta oficial fue negativa.
En esos días, extraoficialmente, el sindicato había solicitado un aumento anual del 30% en tres cuotas (20% en julio, 10% en agosto y 10% en septiembre), que, ante la negativa empresarial, accedió a bajarlo al 29% (14% en julio, 8% en agosto y 7% en octubre). Sin embargo, en medio del alza inflacionaria y de la oleada de sindicatos que se alineó con la nueva pauta salarial del 40%, el cotitular de la CGT y líder de la Asociación de Trabajadores de Sanidad (ATSA) Buenos Aires, Héctor Daer, elevó esta semana el porcentaje de incremento que reclama porque, según explicó, con un “24% de inflación en un semestre, la perspectiva cuando se acumule el año es llegar a 43, 44 o 45%”.
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