El pallar, una de las leguminosas más representativas del Perú, ha sido parte esencial de las culturas prehispánicas Nazca, Paracas y Mochica. Este legado milenario no solo persiste en la actualidad, sino que ha cruzado fronteras, posicionándose como un producto clave en los mercados nacionales e internacionales.
De acuerdo con cifras de la Asociación de Exportadores (ADEX), entre enero y julio de 2024, el pallar peruano tuvo un importante desempeño en el comercio exterior, con Estados Unidos y España como principales destinos. Este incremento en las exportaciones refleja la creciente demanda y el reconocimiento de su calidad en el mercado global.
Los departamentos de Ica y Lambayeque lideran la producción de este cultivo. Ambas regiones, con su clima y suelo favorables, no solo garantizan el abastecimiento interno, sino que también impulsan las exportaciones, consolidando al pallar como un protagonista de la agroindustria peruana, de acuerdo con información del programa Mercado peruano de TVPerú.
En Ica, el distrito de Ocucaje destaca por su producción. Las variedades más sembradas incluyen el “generoso”, con un tiempo de maduración de seis meses, y el “precoz” que puede cosecharse en apenas cuatro meses, gracias a los avances en genética agrícola que optimizaron los tiempos de cultivo.
Ronald Gutiérrez, jefe del Área de Sanidad Vegetal de Senasa en Ica explicó en conversación con el citado medio que esta legumbre se siembra en zonas donde el agua es escasa. “Se utiliza un riego ligero y no constante. Después de algunas semanas, se espera a que el suelo se seque y se oree para colocar las primeras semillas”, señaló.
“Tras unas semanas adicionales, la campaña culmina con el trillado, y luego el producto pasa a las plantas de procesamiento, donde se realiza la selección para exportación y para el mercado nacional”, añadió.
De acuerdo con el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego del Perú (Midagri), el pallar representa un valor nutritivo muy alto, como una energía de 94 Kilocalorías, proteínas en 7.7 gramos, grasa en 0.8 gramos, carbohidratos en 21.9 gramos y fibra en 7 gramos. Asimismo, aporta vitaminas como el calcio, fósforo, hierro y zinc.
Origen del nombre
El término “pallar” proviene de la palabra mochica “paxller”, que más tarde fue adoptada en quechua con el mismo nombre.
Durante el Virreinato del Perú, estas legumbres se exportaron a América y Europa, y las cajas llevaban el sello “Lima, Perú”. Esto llevó a que en países de habla inglesa se les llamara “Lima Bean”.
En el quechua cusqueño, el pallar se registra como un neologismo, describiendo una leguminosa con frutos en vaina y semillas grandes y blancas similares a las habas.
Entre sus nombres comunes destacan habones, frijolito de Cuba, judía de Lima, haba de Lima, patani (Filipinas), frijol mantequilla, poroto pallar (Chile), guaracaro y chilipuca colorada.
Orígenes en los Andes prehispánicos
Las primeras evidencias del cultivo de pallar se encuentran en las capas más profundas de la cueva de Guitarrero, en la sierra de Áncash, con fechas que oscilan entre 8.200 y 7.800 a.C. En la región de Cajamarca, específicamente en el valle de Nanchoc, se han hallado restos que datan de hace aproximadamente 7.000 años, mostrando su consumo en épocas antiguas.
En la costa norte, en la Huaca Prieta, se han encontrado restos de pallares que datan de alrededor de 5.000 a.C., destacando su importancia en la dieta de las comunidades prehispánicas, quienes también consumían alimentos como la palta y la calabaza.
Asimismo, en la zona central, los restos arqueológicos encontrados en el valle de Chilca, con una antigüedad de entre 4.700 y 4.400 a.C., y en Caral, en el valle de Supe, que datan de 2.600 a.C., evidencian la relevancia del pallar en las primeras civilizaciones andinas.
¿Cuáles son los beneficios de los pallares?
Según la Harvard T.H. Chan School of Public Health, las legumbres, como lentejas, frijoles, garbanzos y guisantes, ofrecen una variedad de beneficios para la salud, incluyendo:
- Alto contenido de proteínas: Son una excelente fuente de proteínas vegetales, especialmente útil para personas vegetarianas y veganas.
- Rico en fibras: Ayudan a mejorar la digestión, regular los niveles de azúcar en sangre y mantener una salud cardiovascular adecuada.
- Bajo en grasas saturadas: Son opciones saludables para aquellos que buscan mantener un peso adecuado y reducir el riesgo de enfermedades cardíacas.
- Rico en micronutrientes: Contienen vitaminas del complejo B, hierro, zinc y otros minerales esenciales para el buen funcionamiento del organismo.
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