También conocido como infarto agudo de miocardio, el ataque cardíaco suele ser confundido con el paro cardíaco. Sin embargo, el primero ocurre cuando se bloquea el flujo de sangre al corazón, pero generalmente el corazón no deja de latir de forma repentina. Mientras que, durante un paro cardíaco, el corazón deja de latir por completo.
Un estudio de 2020 realizado en Perú señala que el 10% de los pacientes fallece durante los primeros treinta días después de sufrir un ataque cardíaco. No obstante, el informe también destaca que el 85.3% de los pacientes sobrevive al menos un año, siempre que reciba un tratamiento oportuno.
Por lo tanto, aprender a identificar los síntomas de esta emergencia médica que puede ser mortal, resulta crucial si se quiere salvar la vida de un familiar o un ser querido.
Síntomas del ataque cardíaco
Algunos síntomas de un ataque cardíaco son:
- Dolor en el pecho: una sensación de presión, tensión, opresión o molestia. Este dolor puede aparecer y desaparecer. En un ataque cardíaco, suele presentarse dolor en el pecho que dura más de 15 minutos, puede variar de leve a intenso, aunque algunas personas no experimentan dolor ni presión en esa zona.
- Dolor en la parte superior del cuerpo: el dolor puede extenderse hacia los hombros, brazos, espalda, cuello, mandíbula, dientes o el abdomen superior, incluso sin molestias en el pecho.
- Falta de aire: dificultad para respirar o necesidad de respirar profundamente.
- Ansiedad: una sensación de fatalidad o un aparente ataque de pánico.
- Aturdimiento o mareos: una sensación de desmayo inminente.
- Sudoración: un sudor frío repentino.
- Náuseas y vómitos: incomodidad estomacal acompañada de vómitos.
- Acidez o indigestión: malestar que puede confundirse con problemas digestivos.
En las mujeres, los síntomas suelen ser menos evidentes, como náuseas o dolores breves en el cuello, brazo o espalda. Los adultos mayores y personas con diabetes a veces no presentan síntomas o son muy leves. Es importante no ignorar estas señales, aunque parezcan insignificantes.
Además, hay que tener en cuenta que un ataque al corazón puede presentarse en diversas circunstancias, tales como: durante el descanso o el sueño, tras un incremento repentino en la actividad física, mientras se realiza actividad al aire libre en clima frío o después de un estrés emocional o físico intenso y repentino, incluyendo alguna enfermedad.
Qué hacer ante un ataque cardíaco
Ante sospecha de un ataque cardíaco, se debe llamar de inmediato al 106 para ponerse en contacto con el Sistema de Atención Móvil de Urgencia (Samu) que brinda atención a emergencias médicas de forma gratuita.
Si no hay servicios médicos disponibles, alguien debe llevar a la persona afectada al hospital más cercano.
Prestar atención a las señales iniciales
Aunque el cine suele dramatizar los ataques cardíacos, en la realidad estos pueden comenzar con síntomas sutiles. Muchas veces, las personas experimentan señales de advertencia horas o días antes, como dolores recurrentes en el pecho que no desaparecen con el reposo.
Es esencial prestar atención a estos síntomas y buscar ayuda médica sin demora, incluso si parecen leves.
Cómo prevenir un ataque cardíaco
Prevenir un ataque cardíaco es esencial para mantener una buena calidad de vida. Este tipo de evento cardiovascular puede evitarse adoptando hábitos saludables y controlando factores de riesgo:
- Una alimentación balanceada es fundamental: se recomienda consumir frutas, verduras, granos integrales y proteínas magras, mientras se limita la ingesta de grasas saturadas, azúcares y sodio. Una dieta equilibrada contribuye a mantener niveles saludables de colesterol y presión arterial, reduciendo el riesgo de obstrucción arterial.
- La actividad física regular es igualmente importante: realizar al menos 30 minutos de ejercicio moderado, como caminar, nadar o andar en bicicleta, cinco días a la semana, ayuda a fortalecer el corazón y mejorar la circulación.
- Evitar el tabaquismo es crucial: fumar daña los vasos sanguíneos y aumenta significativamente el riesgo de enfermedades cardíacas. Limitar el consumo de alcohol también es recomendable.
- El control del estrés es otro aspecto clave: técnicas como la meditación, el yoga o simplemente mantener una rutina equilibrada pueden reducir el impacto del estrés en el corazón.
- Realizar chequeos médicos regulares: esto permite detectar y tratar a tiempo condiciones como hipertensión, diabetes o colesterol alto, factores que aumentan el riesgo de un ataque cardíaco.