Hasta ahora, la oferta de métodos de control natal para hombres, basada principalmente en la vasectomía y terapias hormonales, no ha resultado muy atractiva. Un reciente estudio realizado en la Universidad de Stellenbosch (Sudáfrica) ha revelado un avance prometedor en el desarrollo de un anticonceptivo masculino libre de hormonas, seguro, eficaz y reversible.
Se trata de un hidrogel, un material blando similar a una gelatina que absorbe agua y forma una red tridimensional con poros.
¿Cómo funciona?
Kyla Raoult, química especialista en polímeros, tuvo la idea de inyectar este hidrogel en el conducto deferente, el tubo que transporta el esperma desde los testículos. Al entrar en contacto con los fluidos corporales acuosos, el gel se hincha y crea una barrera semipermeable.
Mientras los fluidos seminales pueden pasar a través de sus poros, los espermatozoides quedan bloqueados al ser demasiado grandes para atravesarlos. “El esperma bloqueado se reabsorbe en el cuerpo, como ocurre después de una vasectomía”, explica Raoult.
Este gel se puede inyectar en la oficina de un médico y se forma en el conducto deferente en menos de un minuto. Está diseñado para permanecer en su lugar hasta que el paciente decida restaurar su fertilidad.
“Esta tecnología podría permitir a los hombres reducir su fertilidad sin los efectos secundarios típicos de los bloqueadores hormonales, y restaurarla cuando deseen formar una familia”, destaca Raoult. No obstante, recalca que es necesario seguir investigando y confirmar en ensayos clínicos la duración de este método anticonceptivo.
¿Cómo se hizo?
El hidrogel de Raoult se basa en dos polímeros, moléculas sintéticas grandes, que reaccionan químicamente para formarlo. Estos polímeros son seguros para su uso en el cuerpo humano. Una solución inyectada puede revertir el proceso al romper los enlaces químicos del gel, el cual se convierte en una sustancia acuosa que el cuerpo puede eliminar.
Raoult señala que los anticonceptivos suelen estar diseñados para mujeres, mientras que las opciones para hombres se limitan a los condones, vasectomías y algunos métodos hormonales.
“Los condones no siempre son 100% efectivos, y a menudo se usan incorrectamente porque se dice que reducen la estimulación sexual”, explica. Las vasectomías, aunque efectivas, su reversión puede complicarse, y los métodos hormonales todavía están en fase de prueba, asociados con efectos negativos. “Es necesario desarrollar un anticonceptivo masculino reversible y no hormonal”, concluye Raoult.
A diferencia de otros hidrogeles en desarrollo que requieren masajes o vibraciones externas para su reversión, el diseño de Raoult busca hacer este proceso más rápido y sencillo. La investigadora también destaca que hay un interés creciente entre los hombres por prevenir embarazos no deseados.
“Si nuestra tecnología ofrece una opción segura, de inserción única y fácilmente reversible, creo que los hombres contribuirán de manera realista a la prevención de embarazos no planeados”, comenta Raoult.
La científica trabajó bajo la supervisión de Bert Klumperman, del departamento de química y ciencia de polímeros de su universidad, para mejorar y hacer más reversible esta tecnología.
Este proyecto se inspira en un anticonceptivo conocido como RISUG (Reversible Inhibition of Sperm Under Guidance), desarrollado en India hace una década.
Aunque el proyecto sigue en desarrollo y requiere más estudios de laboratorio antes de pasar a ensayos clínicos, Raoult ya está colaborando con Next Life Sciences, una compañía biotecnológica estadounidense que trabaja en hidrogeles para anticoncepción masculina.