Siete de cada diez peruanos son solteros, de acuerdo a lo que figura en su DNI (Documento Nacional de Identidad), informó el Resistro Nacional de Identificación y Estado Civil (RENIEC) en noviembre de 2023.
Entre los solteros y solteras del Perú el grupo más grande lo conforman más de 10 millones y medio de personas que tienen entre 30 y 59 años de edad. Sin embargo, aunque la soltería es el estado civil más común en el país, en la sociedad peruana todavía persisten prejuicios en contra de quienes permanecen solteros. Para los hombres existe la frase homofóbica “soltero maduro, maricón seguro” y para las mujeres el apelativo de “solterona”, ambos dan cuenta de cómo vivir sin pareja o sin haberse casado todavía es un estigma.
La Dra. Bella DePaulo desafía estas falsas creencias en su libro Solteros por naturaleza, una obra en la que profundiza sobre el poder, la libertad y el placer de la soltería, es decir, los beneficios o ventajas de estar sin pareja. Esta psicóloga social de la Universidad de Harvard ha dedicado varios años de su vida a estudiar el vínculo entre la felicidad y la soltería hasta llegar a la conclusión de que “las personas solteras son felices, y después de los 40, lo son aún más”.
Las personas solteras son más felices después de los 40
En conversación con la BBC, DePaulo comparte su experiencia personal y cuenta que, cuando estaba en sus veintitantos, se sentía feliz siendo soltera. Sin embargo, menciona que siempre estuvo esperando que, tal como le decían las personas cercanas, ese sentimiento cambiara con el tiempo.
En la actualidad, a sus 71 años, la doctora afirma que ese sentimiento nunca varió y que, a pesar de lo que muchos creían a su alrededor, su soltería le ha permitido llevar una vida plena y satisfactoria.
Sin embargo, la sociedad parece decirnos todo lo contrario, pues hasta se afirma que quienes están casados van a ser más felices durante la vejez gracias a la compañía de sus parejas. Frente a esto, DePaulo sostiene que investigaciones recientes, que han seguido a personas solteras a lo largo de los años, han demostrado que, a medida que estas atraviesan la mediana edad y se adentran en las décadas posteriores, aproximadamente a partir de los 40 años, su felicidad aumenta de manera progresiva.
Este hallazgo desafía el estereotipo de los solteros tristes, que se imaginan llorando solos en casa mientras comen helado. En realidad, las personas solteras ya son felices y, con el tiempo, lo son aún más.
Solteras de corazón
Esta investigadora de Harvard añade también que, de acuerdo a diversos estudios, cuando las personas se casan, tienden a volverse más aisladas: llaman menos a sus amigos, pasan menos tiempo con sus padres y crean una especie de burbuja alrededor de su vida en pareja.
En cambio, las personas solteras suelen mantenerse más conectadas con sus amigos, familiares y otras personas significativas en sus vidas. Este es uno de los factores que explica por qué las personas solteras tienden a ser más felices con el tiempo. Además, saben cómo vivir solas: establecen sus propios hogares, cultivan sus relaciones y disfrutan de la libertad de ser ellas mismas.
A estas personas se les puede llamar “solteras de corazón”, son aquellas que prosperan y se sienten felices gracias a su soltería, no a pesar de ella. Las personas solteras de corazón disfrutan de su libertad y aprovechan el tiempo a solas para reflexionar, relajarse o ser creativas.
Además, no temen a la soledad, lo que les permite evitar sentirse tristes al estar solas. Esto contrasta con el estereotipo común de que las personas solteras son solitarias. Claro, algunos solteros experimentan soledad, al igual que muchas personas casadas, pero valoran la soledad como algo positivo y enriquecedor.
Incluso cuando inician relaciones de pareja, las personas “solteras de corazón” prefieren relaciones menos convencionales: podrían vivir en casas separadas o tener espacios independientes dentro del mismo hogar. No comparten plenamente las finanzas y buscan mantener un equilibrio entre el tiempo que pasan en pareja y el que dedican a sus amistades o a sí mismos. De esta forma, logran disfrutar de los beneficios de una relación de pareja sin tener que renunciar a su identidad como “solteras de corazón”.