En julio de 2024, el Ministerio de Salud del Perú (Minsa) realizó un taller centrado en la elaboración de un plan de contingencia para atender emergencias ante enfermedades zoonóticas en nuestro país.
El Minsa, junto con la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades (CDC Perú), destacaron la importancia de un trabajo articulado entre las diferentes instituciones para estar preparado ante cualquier amenaza de enfermedades de origen zoonótico para proteger la salud de los peruanos.
La zoonosis o las enfermedades zoonóticas son las que pueden afectar tanto a los animales como a las personas. La interacción frecuente entre humanos y animales, junto con la intervención de insectos y parásitos, como mosquitos, pulgas o garrapatas, facilita la propagación de patógenos responsables de diversas zoonosis.
Enfermedades que pueden contagiarte tus perros y gatos
Los perros y gatos pueden transmitir diversas enfermedades a los humanos, las cuales pueden ser provocadas por bacterias, virus, hongos y parásitos. Entre las enfermedades que pueden transmitirse destacan las siguientes:
- Toxoplasmosis: producida por el parásito Toxoplasma gondii, esta enfermedad puede contagiarse a través del contacto con heces de gato o al consumir carne poco cocida.
- Leptospirosis: se transmite por contacto con agua contaminada por la orina de animales infectados, aunque es menos común en perros.
- Babesiosis: causada por el parásito Babesia spp., puede ser potencialmente mortal. Sus síntomas más comunes incluyen fiebre alta, dolor de cabeza, escalofríos, dolores articulares y musculares.
- Enfermedad de Lyme: producida por la bacteria Borrelia burgdorferi, se transmite mediante la picadura de una garrapata. Los síntomas abarcan fiebre, poliartritis, miopatías, entre otros.
- Dirofilariasis canina: causada por un parásito transmitido a través de la picadura de un mosquito. Este gusano se aloja en el corazón del afectado, pudiendo llegar a provocar un paro cardíaco.
- Leishmaniosis: transmitida por el flebotomo, un insecto similar a un mosquito. Los síntomas varían desde úlceras cutáneas hasta casos graves en los que se inflaman el hígado y el bazo.
Debido a que las zoonosis pueden tener serias consecuencias para la salud, es esencial adoptar medidas de prevención.
Cómo prevenir la zoonosis
Para evitar la transmisión de enfermedades zoonóticas de perros y gatos, es importante entender que las infecciones parasitarias son las más comunes que estos animales pueden transmitir. Los parásitos intestinales, junto con las garrapatas y pulgas, pueden pasar al cuerpo humano y transmitir diversas enfermedades.
Además, nuestras mascotas pueden presentar infecciones fúngicas en la piel que pueden contagiarse a través del contacto directo. Las mordeduras o arañazos también son vías posibles para que un microorganismo infeccioso ingrese al cuerpo humano.
Dado que estas son las principales vías de transmisión, se recomienda tomar precauciones básicas como desparasitar regularmente a las mascotas, mantenerlas limpias y aseadas, realizar controles veterinarios de forma periódica y evitar el contacto cercano con animales que presenten una actitud agresiva.
Es igualmente importante evitar darles carne cruda, ya que esta es una de las fuentes de transmisión de ciertas enfermedades zoonóticas frecuentes, como algunos tipos de ascáridos o tenias.
Al mantener a las mascotas bien desparasitadas y proporcionarles una dieta adecuada, el riesgo de que transmitan enfermedades a los humanos es extremadamente bajo.
Otros consejos para reducir los riesgos de una zoonosis
Otros consejos para reducir los riesgos de una zoonosis son los siguientes:
- Si se va a incorporar una nueva mascota al hogar, es importante observar si hay señales de alerta que indiquen que el animal podría estar enfermo como un comportamiento apático o pérdida de pelaje.
- No se debe tocar la orina o las heces de la mascota sin proteger las manos con guantes o algo similar. También se recomienda tener cuidado al limpiar su ropa de cama o la caja de excrementos de un gato y lavarse siempre las manos al terminar.
- No es conveniente besar a la mascota en el hocico ni permitir que lama los labios o zonas donde pueda haber una llaga o herida. Asimismo, se debe ser precavido al jugar con el animal para evitar mordeduras o zarpazos. Y, por supuesto, es mejor evitar el contacto con animales callejeros o salvajes, ya que son los más propensos a portar enfermedades contagiosas para gatos y perros.