Por un lado, en junio de 2024, el Ministerio de Salud del Perú (Minsa) anunció que el Perú se encontraba entre los 10 países con mayor número de muertes por dengue. Por otro lado, entre enero e inicios de octubre últimos, el dengue ha afectado a más de 260 mil peruanos.
Ambos datos alarmantes hacen que esta enfermedad viral, que es transmitida por la picadura del zancudo Aedes Aegypti, sea un problema de salud pública en nuestro país. Por ello, en el presente año el Minsa ha emitido varias alertas epidemiológicas del dengue.
Reducir el número de casos así como la mortalidad en el Perú no solo consiste en conocer las medidas de prevención para evitar el contagio de este virus sino también en identificar cuáles son los grupos poblacionales más vulnerables al dengue.
Los grupos más vulnerables al dengue
Según el Minsa, los grupos más vulnerables a ser contagiados por el dengue son los siguientes:
- Mujeres embarazadas: el dengue durante la gestación incrementa el riesgo de complicaciones para tanto la madre como el feto.
- Niñas y niños menores de 1 año: debido a que su sistema inmunológico aún se encuentra en desarrollo, pueden tener dificultades para enfrentar la infección.
- Personas de 65 años o más: su sistema inmunológico debilitado eleva el riesgo de presentar complicaciones.
- Personas con enfermedades comórbidas: aquellos que padecen diabetes, hipertensión, insuficiencia renal, obesidad o enfermedades cardíacas presentan un mayor riesgo de complicaciones graves.
Cómo prevenir el dengue
El dengue es una enfermedad compleja transmitida por la picadura del mosquito Aedes Aegypti, el mismo insecto que propaga el zika y la chikungunya. Su presencia es frecuente en zonas tropicales y cálidas, como la costa norte y la selva.
Sin tratamiento oportuno, el dengue puede resultar mortal o causar discapacidad. Por ello, es fundamental acudir al centro de salud más cercano ante cualquier síntoma o sospecha, con el fin de recibir atención inmediata.
Los síntomas del dengue se clasifican en tres tipos: sin signos de alarma, con signos de alarma y graves.
Sin signos de alarma
Es posible que la persona presente fiebre de 2 a 7 días acompañada de síntomas como:
- Dolor en las articulaciones.
- Dolor detrás de los ojos.
- Dolor muscular.
- Dolor de cabeza.
- Erupción cutánea o sarpullido.
- Náuseas o vómitos.
En estos casos, el cuidado en casa puede ser adecuado, incluyendo una buena hidratación, control de la fiebre, reposo y seguimiento médico ambulatorio en el centro de salud más cercano.
Con signos de alarma
Tras la disminución de la fiebre, es posible que, en las horas siguientes, aparezcan síntomas como:
- Dolor abdominal intenso y constante.
- Vómitos persistentes (3 o más en 6 horas).
- Sangrado en mucosas, nariz o encías.
- Somnolencia o irritabilidad.
- Decaimiento.
En este punto, se requiere un monitoreo riguroso y atención inmediata en un hospital o en una Uviclín (Unidades de vigilancia clínica).
Graves
La enfermedad puede agravarse con síntomas como:
- Dificultad para respirar.
- Complicaciones graves en los órganos.
- Sangrado grave.
En estos casos, es necesario un monitoreo estricto y la hospitalización en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
Dengue: medidas de prevención para evitar complicaciones
Se recomienda seguir las siguientes indicaciones:
- No automedicarse: es importante evitar el uso de medicamentos como la ivermectina, corticoides (prednisona o dexametasona) y antiinflamatorios no esteroides (AINE) como aspirina o ibuprofeno, ya que pueden ser perjudiciales si no se administran bajo supervisión médica. Ante cualquier malestar, se aconseja acudir al centro de salud más cercano para recibir atención médica adecuada.
- Control de la fiebre: para reducir la fiebre en niños, se recomienda bañarlos con agua tibia. En el caso de los adultos, pueden tomar 1 tableta de paracetamol de 1 gramo cada 8 horas.
- Hidratación adecuada: para los niños, es recomendable consultar al médico sobre la cantidad de líquido que deben consumir. Los adultos, por su parte, deben beber entre 2 y 3 litros de líquidos al día, incluyendo infusiones, caldos, sueros orales, agua y bebidas deportivas bajas en azúcar y sin cafeína.
- Descanso y seguimiento médico: es fundamental descansar y realizar un monitoreo médico constante para vigilar el estado de salud y detectar cualquier cambio.
De esta manera se ayuda a reducir el riesgo de complicaciones por dengue y favorece una recuperación más rápida del organismo.