No las olvidemos

El rendimiento escolar deficiente en los niños y la reducción de la productividad laboral en los adultos ocasionados por la anemia pueden conllevar más repercusiones sociales y económicas para las personas y sus familias

Guardar
Diez niños de la comunidad indígena en Risaralda fallecieron en 2024 por problemas de desnutrición severa, reporta la Defensoría del Pueblo urgida a tomar medidas - crédito iStock
Diez niños de la comunidad indígena en Risaralda fallecieron en 2024 por problemas de desnutrición severa, reporta la Defensoría del Pueblo urgida a tomar medidas - crédito iStock

La desnutrición impide mejorar el capital humano. Los costos humanos y económicos asociados a esta problemática son evidentes. El retraso del crecimiento infantil puede ocasionar daños irreversibles en el desarrollo cognitivo de los niños, con la consecuente afectación en su educación, productividad y generación de ingresos, de acuerdo con el Banco Mundial.

La anemia limita el desarrollo del ser humano. Trastorna el desarrollo cognitivo y físico de los niños y disminuye la productividad de los adultos. Es un indicador de desnutrición y mala salud. El rendimiento escolar deficiente en los niños y la reducción de la productividad laboral en los adultos ocasionados por la anemia pueden conllevar más repercusiones sociales y económicas para las personas y sus familias, según la Organización Mundial de la Salud.

En nuestro país, en el primer trimestre de 2024, la desnutrición crónica habría alcanzado al 12.2% de los niños menores de cinco años, 0.7 puntos porcentuales (pp.) por encima de lo registrado al cierre de 2023, según cifras del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). En el área urbana, la desnutrición crónica sería de un 8.3%; mientras que en el área rural sería del 22.1%.

Si bien el INEI aún no reporta datos actualizados sobre desnutrición crónica a nivel departamental, no olvidemos la fuerte prevalencia de esta en el interior del país. Hacia 2023, son trece los departamentos que registran resultados por encima del promedio nacional. Los más críticos son Huancavelica, Loreto, Amazonas, Ucayali y Apurímac, con niveles de 26.1%, 21.7%, 19.9%, 19.1% y 18.9%, respectivamente. Los de menor prevalencia son Moquegua, Tacna, Arequipa, Lima y Callao, con niveles de 2.5%, 3.2%, 4.7%, 4.8% y 5.6%.

En lo que respecta a la anemia, en el primer trimestre de 2024, esta alcanzó al 42.8% de niños entre 6 a 35 meses de edad. Si bien se encontraría 0.3 pp. por debajo de lo registrado al cierre de 2023, aún se encuentra 2.7 pp. por encima del valor previo a la pandemia de la COVID 19, según cifras de la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes). En el área urbana, la prevalencia de anemia sería del 39.6%; mientras que en el área rural sería del 50.2%.

En el interior del país, existen departamentos con una fuerte prevalencia de anemia. Hacia 2023, son catorce los departamentos que registran resultados por encima del promedio nacional. Los más críticos son Puno, Ucayali, Madre de Dios, Loreto, Huancavelica y Apurímac, con niveles de 70.4%, 59.4%, 58.3%, 58.1%, 56.6% y 55.8%. Los de menor prevalencia son Tacna, Lima Metropolitana, Cajamarca, Lambayeque y Moquegua, con niveles de 33.7%, 34.7%, 34.9%, 35.4% y 35.6%, respectivamente.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) define la seguridad alimentaria como la situación en la que todas las personas, en todo momento, tienen acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias para desarrollar una vida saludable.

Los altos precios de los alimentos, producto de coyunturas internas e internacionales, se habrían superado. Es tiempo de ponerle mayor atención a la alimentación, más aún en niños menores de cinco años, que de ello depende mucho la generación de personas con capacidades para afrontar los nuevos retos.

En esa línea, programas como “Empresa Anemia Cero” de la organización Peruanos por Peruanos, que fomenta que los hijos de los trabajadores de empresas no caigan en anemia, suman mucho, como actividad en sí y, más aún, como mensaje hacia los hacedores de políticas de que sí se puede contrarrestar estas problemáticas, de que debemos hacer el esfuerzo tanto público como privado. No las olvidemos.

Rafael Zacnich
Rafael Zacnich
Guardar