Ahora uno de cada cuatro peruanos es obeso: ¿cuáles son los efectos en su salud y cómo se combate esta enfermedad?

Se trata de un problema de salud pública que se agrava cada año. ¿Qué dicen los especialistas acerca de la obesidad en el Perú y las enfermedades asociadas?

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Se proyecta que el 35% de adultos peruanos sean obesos para 2035. (Andina)
Se proyecta que el 35% de adultos peruanos sean obesos para 2035. (Andina)

Hasta hace aproximadamente una década, el tema de la obesidad en Perú era considerado más un problema de países foráneos, como Estados Unidos, donde la comida chatarra se había integrado en parte de la dieta de un gran número de habitantes ya desde el siglo pasado. Sin embargo, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), ahora el 25,8% de la población adulta en el país sudamericano es obeso. Uno de cada cuatro peruanos.

Dado que la mayor incidencia de este problema se presenta en las zonas urbanas y que Lima Metropolitana es la segunda región más afectada (40,2% de su población), saltan a la vista algunas posibles causas.

Una de ellas es el consumo de comida rápida. Según un estudio de Instituto Peruano de Economía (IPE) y Comex, solo al comparar los años 2021 y 2022, las aplicaciones de delivery registraron un aumento de 26% en pedidos diarios, con una tendencia a seguir creciendo en el futuro.

De acuerdo con datos del Ceplan, para 2035, se proyecta que uno de cada tres adultos peruanos serán obesos.

Sin duda, se trata de un problema que debe ser abordado desde las estrategias de salud pública y desde la concienciación de los ciudadanos sobre la importancia de llevar un estilo de vida saludable.

Las personas obesas acumulan una cantidad desproporcionada de grasa corporal, en comparación con su masa muscular. (Imagen ilustrativa Infobae)
Las personas obesas acumulan una cantidad desproporcionada de grasa corporal, en comparación con su masa muscular. (Imagen ilustrativa Infobae)

La obesidad y sus efectos notorios en la salud

Cuando una persona presenta obesidad, lo más probable es que su dieta contenga una cantidad de calorías muy superior a la que necesita, por lo que ese excedente se almacena en su cuerpo en forma de grasa corporal. Un caso muy común es el de un individuo sedentario que consume una gran cantidad de carbohidratos o grasas, no solo en sus comidas, sino también como aperitivos a lo largo del día: galletas, gaseosas, frituras, etc.

Esto significa un ingreso excesivo de glucosa al organismo. Como respuesta a este desbalance, el páncreas secreta más insulina de lo normal para regular esos niveles de azúcar. Sin embargo, con el paso del tiempo, como las células han sido bombardeadas constantemente con insulina, terminan por desarrollar resistencia frente a esta hormona.

La resistencia a la insulina provoca un nivel excesivo de azúcar en sangre. Por ello, es la principal causa de diabetes tipo 2.

“La resistencia a la insulina es una de las consecuencias [de la obesidad] más ignoradas, ya que tiene signos evidentes, como el oscurecimiento de cuello, codos, axilas y nudillos”, indica a Infobae Perú el nutricionista Yacomo Casas.

“Estos pliegues del cuerpo tienen receptores de insulina, y como hay un exceso de dicha hormona en el torrente sanguíneo, la piel se tiñe”, explica a este medio Romyna La Rosa Vásquez, médico jefe del Servicio de Endocrinología del Instituto Neurometabólico (INM).

Ambos especialistas coinciden en que esta afección es actualmente una de las más prevalentes entre las personas obesas.

Se ha determinado que un ancho de cintura mayor de 90cm en hombres y 80 cm en mujeres indica un riesgo de salud por obesidad, más allá del peso corporal. (Andina)
Se ha determinado que un ancho de cintura mayor de 90cm en hombres y 80 cm en mujeres indica un riesgo de salud por obesidad, más allá del peso corporal. (Andina)

La influencia de la resistencia a la insulina no queda allí, ya que se ha vinculado a otros males también recurrentes en los casos de obesidad.

Una de esas complicaciones es la hipertensión arterial, que puede desencadenar en un infarto al miocardio o un ataque cerebrovascular (derrame cerebral).

Otra condición que similares riesgos es la dislipidemia, que consta de anormalidades en la concentración de colesterol y triglicéridos en la sangre.

La obesidad, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU., también está asociada a un mayor riesgo de padecer 13 tipos de cáncer (hígado, vesícula, esófago, estómago, páncreas, colon, ovario, mama, endometrio, riñón, mieloma múltiple, tiroides y meningioma)

“El sobrepeso y la obesidad pueden provocar cambios en el cuerpo que incluyen inflamación a largo plazo y niveles mayores de lo normal de insulina, factor de crecimiento insulínico y de las hormonas sexuales. Estos cambios pueden causar cáncer. El riesgo de presentar cáncer aumenta cuanto más peso excesivo tenga la persona y cuanto más tiempo lo tenga”, detalla la entidad gubernamental.

¿Qué tan difícil es combatir la obesidad?

Hay personas que no necesariamente consumen un exceso de calorías y aún así presentan obesidad. En estos casos, el factor genético podría estar jugando un papel importante.

“Se debe averiguar si se tiene o se ha tenido familiares con patologías vinculadas con la resistencia a la insulina, como la prediabetes, la diabetes o incluso problemas similares con su peso”, indica La Rosa.

“Cuando el problema de la insulina está presente, se produce una alteración en el metabolismo mediante el cual dicha hormona hace que el cuerpo empiece a guardar reservas en forma de grasa”, describe.

Los especialistas hacen énfasis en la necesidad de una buena asesoría para combatir la obesidad. (Imagen ilustrativa Infobae)
Los especialistas hacen énfasis en la necesidad de una buena asesoría para combatir la obesidad. (Imagen ilustrativa Infobae)

Las consecuencias en la salud vinculadas con la obesidad también pueden depender de la genética.

“Hay personas que con un ligero sobrepeso tienden a sufrir alteraciones en los niveles de triglicéridos o el colesterol. Hay otras que son obesas y no tienen ninguna complicación”, menciona Casas.

Por tanto, es necesario que, mediante exámenes periódicos, toda persona con exceso de peso esté al tanto del estado de su organismo y los posibles riesgos que podría haber heredado. De ese modo, los médicos podrán determinar si requiere algún tratamiento.

Otras aliadas de la obesidad son la desinformación y la mala asesoría.

“Muchas personas tienen la idea errónea de que si se saltan comidas bajarán de peso, pero en realidad generarán más insulina y el cuerpo recibirá la orden de retener los próximos alimentos como reservas de grasa”, explica La Rosa.

Asimismo, hay personas con obesidad que asisten a los gimnasios, pero no ven los resultados esperados.

“Muchos de ellos no van al nutricionista. Escogen dietas de internet o de instructores de gimnasio que no son especialistas en nutrición. Entonces, cuando observamos a estos pacientes, detectamos hábitos que no son adecuados para lo que están buscando, terminan matando su masa muscular en vez de su grasa”, afirma Casas.

Entre estos hábitos figuran el ayuno o períodos muy largos entre comidas, las pocas horas de sueño y el consumo de alcohol.

Por último La Rosa destaca la necesidad de abordar los casos de obesidad desde un enfoque multidisciplinario: por ejemplo, si el endocrinólogo diagnostica resistencia a la insulina, el paciente pasa por el nutricionista para que le de un régimen alimenticio.

“Cuando ya uno les explica bien cuál es su diagnóstico y lo entienden, es cuando mejor va el tratamiento”, sostiene la experta.

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