Los datos más recientes de la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (ENDES) 2024-I vuelven a evidenciar las preocupantes tendencias en el ámbito de la nutrición y salud en el Perú.
Una vez más, la encuesta revela un notable incremento en la desnutrición crónica infantil, que subió del 11.5% al 12.2% en niños menores de 5 años. Este aumento no solo es alarmante en términos de cifras, sino que también destaca las graves desigualdades en el acceso a alimentos nutritivos.
¿A qué se debe este problema?
En ese contexto, los especialistas resaltan que la desnutrición crónica infantil (DCI) es un problema multifacético influenciado por diversos factores, entre los que se incluye la falta de acceso a alimentos ricos en proteínas.
Jessica Huamán, decana del Colegio de Nutricionistas de Lima, señala que esta carencia alimentaria es un factor crucial que contribuye al incremento de esta enfermedad, que no se limita a las zonas rurales, sino que también se observa en las áreas urbanas del país, mostrando la magnitud y la ubicuidad del problema de salud pública.
“Hay que resaltar que la falta de acceso a alimentos ricos en proteínas, como son las carnes y derivados, puede ser uno de los factores que incremente dicho tipo de desnutrición”, explicó.
Asimismo, en contraste con el aumento de la desnutrición crónica infantil, la encuesta muestra una ligera reducción en la anemia entre niños de 6 a 35 meses de edad, que ha disminuido de 43.1% a 42.8%. Sin embargo, aunque esta reducción es un paso en la dirección correcta, sigue siendo insuficiente para abordar el problema de forma efectiva.
Anemia en mujeres fértiles sigue en aumento
No obstante, la situación es más preocupante cuando se analiza la anemia en mujeres en edad fértil, de 15 a 49 años. Esta población ha visto un incremento en los casos de anemia, que ha pasado del 22.7% al 23.2%. La anemia en mujeres en edad fértil es particularmente alarmante debido a sus implicaciones para la salud materno-infantil.
Pues, de acuerdo a Huamán, las mujeres anémicas que quedan embarazadas enfrentan riesgos significativos, incluyendo la posibilidad de partos prematuros y la probabilidad de que sus hijos nazcan con bajo peso, lo que puede tener consecuencias a largo plazo en la salud y el desarrollo infantil.
Por su lado, el investigador y médico Antonio M. Quispe abordó los resultados de la ENDES 2024 con un fuerte llamado a la acción. Según Quispe, el país está experimentando una “régimen del hambre” que se complementa con una creciente violencia de género.
Ante ello, exhortó a las autoridades a implementar nuevos mecanismos para combatir la desnutrición crónica y la anemia, así como para abordar la violencia contra la mujer.
Más de la mitad de peruanos pasan más de un día sin comer
En ese marco, un reciente informe de organizaciones internacionales —incluyendo la FAO, FIDA, OMS, PMA y Unicef— revela que la inseguridad alimentaria en el Perú alcanza niveles críticos, afectando al 51.7% de la población, es decir, aproximadamente 17.6 millones de personas.
Esta cifra destaca un grave deterioro en la seguridad alimentaria del país, con más de la mitad de los peruanos experimentando inseguridad alimentaria moderada o grave. Además, el estudio determina que el 33.6% de la población no puede permitirse una alimentación adecuada, lo que equivale a unos 11.5 millones de personas. Este dato refleja un aumento respecto a los 10.6 millones reportados anteriormente.
En ese contexto, a pesar del trabajo de las ollas comunes, la situación sigue siendo crítica, pues, en Lima Metropolitana, muchas de ellas están desabastecidas debido a la falta de alimentos y problemas administrativos relacionados con el Registro Único Nacional de Ollas Comunes, conocido como ‘Mankachay’.