Este es el condimento común de la cocina peruana cuyo consumo excesivo es cancerígeno, según la OMS

La cocina peruana, reconocida mundialmente por su diversidad y riqueza de sabores, alberga un secreto inquietante en uno de sus ingredientes más comunes. Un condimento indispensable en la preparación de sus deliciosos platos ha sido recientemente señalado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) por sus posibles efectos adversos en la salud.

Este ingrediente, presente en casi todas las recetas peruanas y en la mayoría de las despensas del país, es la sal. Según la OMS, su consumo excesivo ha sido vinculado a un mayor riesgo de desarrollar enfermedades oncológicas, lo que pone en alerta a cocineros y aficionados de la gastronomía peruana.

La sal refinada, también conocida como sal común, es el tipo de condimento más utilizado en la mayoría de los hogares y cocinas. Esta variante está compuesta en un 97% a 99% por cloruro de sodio, lo que significa que ha sido sometida a un proceso de refinamiento intenso que elimina casi todas las impurezas. Sin embargo, este mismo proceso también elimina la mayoría de los nutrientes y minerales que pueden encontrarse en otros tipos de sal, como la sal marina.

Además de su cuidado nutricional, el uso excesivo de sal refinada está asociado a diversos riesgos para la salud. La Organización Mundial de la Salud advierte que un consumo elevado de cloruro de sodio puede contribuir a la hipertensión y aumentar el riesgo de desarrollar cáncer gástrico. Por estas razones, es fundamental limitar la ingesta de sal refinada y considerar el uso de alternativas más naturales y menos procesadas que podrían ofrecer beneficios adicionales para la salud.

De acuerdo con información del blog de Oncosalud, citando a la Organización Mundial de la Salud (OMS), el consumo excesivo de sal está vinculado a un mayor riesgo de cáncer de estómago. Este peligro se debe a la capacidad de la sal para dañar la mucosa gástrica, facilitando la acción de carcinógenos y aumentando las posibilidades de desarrollar esta enfermedad.

Para mitigar este riesgo, diversas investigaciones sugieren adoptar una dieta rica en frutas, verduras y vitamina C. Estos alimentos no solo proporcionan nutrientes esenciales, sino que también poseen propiedades antioxidantes que pueden proteger las células del estómago contra el daño y reducir las probabilidades de cáncer.

Según el estudio “Adding salt to food at table as an indicator of gastric cancer risk among adults: a prospective study” por Kronsteiner, Gicevic, Thompson, Gaggl, et al., no proporciona directamente un límite recomendado de consumo de sal. Sin embargo, destaca que añadir sal a la comida “siempre” aumenta el riesgo de cáncer gástrico en comparación con hacerlo “nunca/raramente”

En 2018, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó la guía técnica SHAKE, una herramienta creada para apoyar a los estados miembros en el desarrollo, implementación y seguimiento de diversas estrategias para reducir el consumo de sal entre la población.

Esta guía proporciona un enfoque comprensivo que incluye como la promoción de ambientes alimentarios saludables, la reformulación de productos alimenticios para disminuir su contenido de sal y la educación del público sobre los riesgos de un consumo elevado de sal.

Las recomendaciones específicas de la OMS abarcan la adopción de prácticas culinarias que limitan la adición de sal a los alimentos, el incentivo del uso de alternativas más saludables y la educación de los consumidores para leer y entender las etiquetas nutricionales. Estas tienen como objetivo no solo mejorar la salud pública en general, sino también disminuir la prevalencia de enfermedades asociadas con el alto consumo de sal, como la hipertensión y el cáncer de estómago.

Existen diversas alternativas a la sal en la gastronomía peruana que pueden ayudar a reducir su consumo sin sacrificar el sabor. Algunas de las opciones más recomendadas incluyen el uso de hierbas frescas y especias, como el orégano, el perejil, el cilantro y el comino, que aportan sabores intensos a los platos. También se puede optar por el ajo, la cebolla y el jengibre, que añaden profundidad y complejidad a las preparaciones.

Otra alternativa es el uso de cítricos, como el limón o la lima, cuyo jugo realza los sabores naturales de los alimentos. El vinagre, especialmente el vinagre de manzana y el vinagre balsámico, también puede ser utilizado para aderezar ensaladas y platos cocinados. Además, existen alternativas como la sal marina no refinada o la sal de hierbas, que contienen menos sodio y ofrecen un perfil de sabor diferente.