El 22 de julio en su programa de televisión ‘Magaly Tv La Firme’, la conductora Magaly Medina criticó a la modelo Samantha Batallanos por haberse reconciliado con el boxeador Jonathan Maicelo luego de denunciarlo por agresión física y psicológica en diciembre del año pasado.
Medina cuestionó duramente la decisión de Batallanos por retomar la relación con su pareja luego de que él la haya agredido. Sin embargo, lo que la conductora de espectáculos parece desconocer es cómo funciona el ciclo de la violencia de género que afecta la salud física, mental y sexual de las mujeres.
La violencia de género
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la violencia de género como: “cualquier acto violento que cause o pueda causar daño físico, psicológico, sexual o sufrimiento a las mujeres, incluyendo amenazas, coerción o privación arbitraria de la libertad, ya sea en el ámbito privado o público como en la familia, el trabajo, las instituciones educativas, los campos de refugiados, la trata de mujeres y la prostitución”.
La violencia de género no discrimina por edad, raza, religión, estatus social o económico, ni por nivel de formación profesional porque el único factor de riesgo es ser mujer.
Los modelos de género, es decir, las expectativas sobre cómo deben ser y comportarse hombres y mujeres, siguen presentes en nuestra sociedad y en nuestros entornos cercanos, a pesar de los avances en igualdad. La persistencia de estos modelos dificulta identificar como abusivas ciertas conductas que consideramos “normales” en las relaciones de pareja entre mujeres y hombres. Por esta razón, muchas mujeres no logran reconocer cuando son víctimas de violencia de género o están en riesgo de serlo. Igualmente, los hombres pueden tener dificultades para admitir que están ejerciendo este tipo de violencia.
Es importante aclarar que la violencia de género es un problema social e histórico porque se basa en comportamientos machistas y sexistas aprendidos de generación en generación y, además, se trata de un tipo de violencia estructural porque afecta las necesidades básicas de las mujeres como la supervivencia, el bienestar, la identidad y la libertad.
El ciclo de la violencia de género
La psicóloga estadounidense Lenore Walker propone un esquema llamado ‘El ciclo de la violencia’, compuesto de 3 fases, para comprender la violencia contra las mujeres y la dinámica entre el agresor y la víctima:
- Fase de tensión: el agresor acumula tensión gradualmente, y de manera inesperada, su estado de ánimo cambia de forma negativa, actuando de manera impredecible. A pesar de los esfuerzos de la mujer por calmarlo, complacerlo y reducir la tensión, creyendo que puede controlarlo, la tensión sigue aumentando.
- Fase de explosión de violencia o agresión: en esta fase la violencia estalla y el agresor ejerce agresiones físicas, psicológicas y sexuales contra la mujer y/o sus hijas e hijos. Es común que en esta fase se presenten denuncias y se cuente lo que está sucediendo.
- Fase de arrepentimiento o luna de miel: el agresor se muestra arrepentido, pide perdón, justifica su conducta, promete cambiar, ofrece regalos y muestras de afecto hacia la pareja y la familia, creando la ilusión de cambio. Su objetivo es mantener la relación de pareja, lo que a menudo lleva a que la mujer retire la denuncia y minimice el comportamiento agresivo, prolongando así el ciclo.
Este ciclo de violencia se repetirá con mayor frecuencia hasta que finalmente quede reducido a una sola fase: la de explosión o agresión y entonces, en el peor de los casos, tenga como consecuencia un feminicidio.
¿Por qué una mujer regresa con su agresor?
Una mujer víctima de violencia en su relación de pareja puede experimentar dolor por las agresiones recibidas, sufrimiento por las promesas hechas durante la fase de luna de miel que su pareja no ha podido cumplir, miedo de volver a ser maltratada, culpa por terminar la relación, entre otras emociones desagradables.
Si a esto se le suma la dependencia económica y emocional y además existe una relación de dominio y poder entre el agresor y la víctima, resulta aún más difícil para una mujer terminar la relación. Y si lo hace, existe una alta probabilidad de que ella se reconcilie una y otra vez con su pareja. La sensación de abandono y el miedo a la soledad pueden ser motivos suficientes para perdonar al agresor y retomar la relación con él.
A través del Programa Nacional para la Prevención y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres e Integrantes del Grupo Familiar - Aurora, el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) ofrece diversos servicios para atender, prevenir y apoyar a las mujeres que son víctimas de violencia de género.
Uno de esos servicios es la Línea 100 , que ofrece información, orientación, consejería y apoyo emocional en quechua, aimara y castellano para quienes han sido afectadas por violencia contra las mujeres o para quienes conocen un caso de violencia de género. La llamada es gratuita al número 100, desde cualquier teléfono fijo o celular en cualquier parte del país. La Línea 100 está disponible las 24 horas, todos los días de la semana.