De acuerdo con la mitología inca, la enseñanza sobre las propiedades de las plantas medicinales fue impartida por “Imay-Mama Wiracocha”, quien enseñó a los hombres a diferenciar entre plantas curativas y venenosas, además de dar nombre a todos los árboles, flores, frutos y animales.
Asimismo, en el antiguo Perú, la medicina se entendía como una intervención divina, dividida en dos facetas: mágico-religiosa y empírico-racional, personificadas por chamanes y curanderos. La muña, entre otras plantas, ocupaba un lugar destacado en estas prácticas.
La muña, una planta medicinal ancestral
En el siglo XVII, la muña fue descrita por primera vez como una planta medicinal similar al orégano, pero con hojas más pequeñas y de un verde más claro, con flores blancas parecidas a las de la col, pero más pequeñas, y un aroma intenso. Los indígenas andinos la usaban para tratar tumores, mezclando sus hojas con las de la chilca para curar fracturas óseas. Además, se empleaba como antiinflamatorio y digestivo.
Originaria de los Andes, la muña fue utilizada desde tiempos inmemoriales, incluso en la época incaica, para tratar afecciones respiratorias y problemas estomacales. Además, el cocimiento de las hojas de muña tenía propiedades que ayudaban a limpiar llagas y a purificar los riñones y la vejiga.
Tras el parto, los recién nacidos no eran bañados de inmediato debido al frío del agua andina. En cambio, en regiones cercanas al mar o ríos tropicales, los bebés eran bañados y luego envueltos. Las mujeres que acababan de parir eran envueltas con una faja llamada “chumpi” para prevenir la hinchazón del vientre y evitar la atonía uterina, que podía causar hemorragias. Además, se les ataba la cabeza con hierbas como la ruda y la muña.
La muña
Minthostachys mollis, conocida comúnmente como muña, poleo de Quito, tifo o tipo, es una especie de planta arbustiva leñosa, originaria de Perú, Bolivia, Colombia, Ecuador, Argentina y Venezuela.
La muña o menta de los Andes es una planta arbustiva leñosa que crece entre 80 y 120 cm de altura, con una frondosa parte superior. Su tallo es ramificado desde la base y tiene hojas pequeñas. Sus flores son blancas y se agrupan en cortos racimos.
Esta planta medicinal crece entre los 2.700 y los 3.400 m.s.n.m. Su cultivo está muy extendido en las regiones andinas, especialmente en Apurímac, Ayacucho, Huancayo, Pasco, Huancavelica y Puno; en el Perú, donde se la conoce con diversos nombres como huaycho, coa o ismuña.
La muña combate la gastritis
Según la tesis doctoral de Mario Carhuapoma Yance, docente e investigador de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), el aceite esencial de muña podría ser capaz de eliminar la bacteria Helicobacter pylori, una causa de gastritis.
Los análisis de Carhuapoma Yance también revelaron que el aceite de muña puede potenciar el efecto de los medicamentos utilizados para tratar la gastritis como el omeprazol.
Carhuapoma Yance también destacó la cantidad de aceite de muña que el paciente podría utilizar. Si la condición no es muy severa, podría tratar la gastritis con este producto. Sin embargo, si la enfermedad está muy avanzada, debe acompañarse de medicación.
La muña alivia las enfermedades respiratorias
Entre los beneficios de la muña se encuentra su capacidad para aliviar enfermedades respiratorias como el resfriado, la gripe, la tos, la bronquitis y la congestión nasal. Además, se le atribuyen propiedades antiinflamatorias y antibacterianas.
En cuanto a la bronquitis, esta planta medicinal, debido a su contenido de vitamina C, ayuda a fluidificar las mucosidades y facilita su expectoración, lo que contribuye a aliviar rápidamente los síntomas y malestares provocados por esta enfermedad que afecta los pulmones.
Hay que tener en cuenta que la vitamina C mantiene el funcionamiento correcto de los pulmones, en especial en casos de asma y bronquitis.
La muña fortalece los huesos
La muña también fomenta la salud ósea porque, ya que es una fuente significativa de calcio, se asocia con la prevención de condiciones como la osteoporosis o la descalcificación ósea.
Además, la muña contiene vitamina A, que juega un rol importante en la formación, crecimiento y desarrollo de tejido óseo.