La limpieza del hogar es una tarea que nunca parece terminar. El polvo se acumula rápidamente y las tareas diarias como barrer, fregar y ordenar se vuelven repetitivas. A pesar del esfuerzo y el tiempo invertidos, siempre parece haber algo más por hacer. Mantener la casa impecable es importante, pero puede ser agotador y frustrante, especialmente cuando el desorden vuelve en un abrir y cerrar de ojos.
Por ejemplo, en el baño, los cepillos de dientes se esparcen por el lavabo, los frascos de champú y crema se multiplican en la ducha, y las toallas terminan amontonadas en el suelo. En la cocina, los platos sucios se acumulan en el fregadero como una escena de protesta, los utensilios parecen conspirar para no volver nunca a su lugar, y las encimeras se convierten en un campo de batalla de migas y salpicaduras.
Lo peor del desorden en estos dos ambientes de la casa no es la falta de armonía de los objetos dispersos, sino la invasión invisible de las bacterias. Entre cepillos de dientes mal ubicados y toallas tiradas, las bacterias prosperan sin ser vistas. Por otro lado, mientras los platos sucios se amontonan y los utensilios se desparraman, los gérmenes campan a sus anchas en las superficies que aparentan estar limpias. El desorden es evidente y molesto, pero son las bacterias invisibles las que convierten estos espacios en zonas de peligro.
Dada la relevancia del tema y teniendo en cuenta que, según la Fundación Nacional de Saneamiento, las cocinas tienden a estar más sucias que los baños, Infobae Perú conversó con los infectólogos Kory Rojas y Eduardo Gotuzzo. Ambos especialistas reflexionaron sobre el asunto y proporcionaron información importante que es necesario difundir para el bienestar de la ciudadanía.
“La carta de presentación de una casa es la cocina, un espacio particularmente vulnerable a la proliferación de microorganismos. Aquí ingresan muchas personas y alimentos que pueden estar contaminados. Además, algunos pueden manipular los alimentos de manera inadecuada”, sostuvo la infectóloga de la Clínica Ricardo Palma.
Por su parte, el infectólogo Eduardo Gotuzzo señaló que la cocina debe ser limpiada constantemente para prevenir la contaminación de alimentos y la proliferación de bacterias y otros patógenos que pueden causar enfermedades. “Diversos espacios de la cocina pueden convertirse en focos de infección si no se mantienen adecuadamente limpios”, señaló.
Por ejemplo, los rincones oscuros debajo de los armarios son perfectos para el crecimiento de moho y gérmenes. Las rendijas del horno y del microondas, donde se acumulan restos de comida, son criaderos de bacterias. Incluso las paredes cercanas a la estufa, impregnadas de grasa y vapor, se convierten en refugios invisibles para los patógenos. Cada rincón merece atención para evitar sorpresas indeseadas.
De todos ellos, uno concitó la atención de las personas de distintas latitudes luego de que se revelara que los lavaplatos pueden albergar una cantidad de gérmenes significativamente mayor que los lavamanos de baño. Esta información fue dada a conocer por la NSF International, una organización a nivel global para estándares de salud pública.
Según la investigación, se encontró bacterias coliformes en un 45% de los lavaplatos analizados, en comparación con solo un 9% en los lavamanos del baño. El informe detalló que los fregaderos pueden concentrar hasta 100.000 veces más gérmenes que otros sitios del hogar, incluido el lavabo.
En esa línea, la doctora Rojas señaló que el área más contaminada de la cocina es el fregadero y que no se deben dejar platos sucios sumergidos en agua. Como es sabido, el agua empozada con restos de comida en el lavadero puede convertirse en un caldo de cultivo para la proliferación de bacterias.
En esta zona de la cocina, que en el peor de los casos puede estar llena de restos de comida, se lavan diversos alimentos que pueden resultar contaminados. Por ello, es importante mantener limpio el fregadero después de cada uso. “Es necesario desinfectar frecuentemente el fregadero para evitar que los microorganismos se multipliquen y contaminen los alimentos”, añadió la especialista.
En relación al lavado de los alimentos, el galeno Gotuzzo señaló que esta práctica debe realizarse meticulosamente, especialmente con los vegetales y frutas de tallo corto. “Si los alimentos no se limpian cuidadosamente, pueden quedar contaminados en la cocina, y los platos preparados también resultarán contaminados”, indicó.
Se ha mencionado la importancia del cuidado en la manipulación de los alimentos y de mantener desinfectados los ambientes de la cocina; sin embargo, hay otro tema importante que abordar: los utensilios de cocina, en los cuales también se pueden acumular bacterias.
Los utensilios y objetos de la cocina que pueden convertirse en focos de infección
Los utensilios de cocina también pueden convertirse en focos de infección si no se limpian y desinfectan adecuadamente. Cuchillos, tablas de cortar, cucharas y espátulas pueden acumular bacterias y otros microorganismos nocivos, especialmente cuando se usan para manipular carnes crudas y otros alimentos propensos a la contaminación. La limpieza insuficiente de estos utensilios puede propagar patógenos y contaminar otros alimentos.
“Los residuos mal lavados son el mejor caldo de cultivo para el crecimiento de bacterias. Esto ocurre principalmente en ollas, tápers y en los cajones de verduras de la nevera”, mencionó el doctor Gotuzzo. Por su parte, la infectóloga Kory dijo que los cubiertos, la tabla de cortar y los exprimidores son los utensilios que también pueden acumular bacterias si no se limpian adecuadamente.
En Perú, además de los utensilios de cocina comunes, se utilizan otros elementos tradicionales que son parte esencial de la gastronomía local. Entre estos se encuentran el batán, una piedra utilizada para moler granos y especias; la olla de barro empleada para preparar bebidas fermentadas; el mortero de madera, usado para machacar ajíes y otros ingredientes. Ante ello, surge la pregunta: ¿pueden estos utensilios tradicionales convertirse en focos de infección si no se limpian adecuadamente?
Esta interrogante también fue abordada por los especialistas, quienes coinciden en que los utensilios tradicionales del Perú no concentran grandes cantidades de microorganismos. Sin embargo, instaron a lavarlos bien antes y después de su uso.
“Las mujeres, cuando cocinan con batán, siempre lo limpian antes de comenzar y también limpian la piedra utilizada. En general, los utensilios que se usan en la sierra no están reconocidos como una fuente de contagio; al menos, no tengo evidencia de que los elementos de la cocina tradicional puedan servir como ejemplo de riesgo. Yo diría que la conclusión es una: la pobre higiene es la fuente más importante de microorganismos en la cocina. Los utensilios tradicionales nunca han sido fuentes de contagio”, aseveró el doctor Gotuzzo.
En esa línea, la infectóloga Rojas dijo lo siguiente: “Si usas uno de estos utensilios (batán, olla de barro y mortero de madera), es importante limpiarlo adecuadamente y secarlo bien. ¿Por qué? Porque si no lo secas bien, puede acumular moho y humedad, lo que facilita la proliferación de gérmenes”.
Ahora bien, existen objetos en la cocina que se convierten en focos de infección. Por ejemplo, el bloque de los cuchillos puede ser un caldo de cultivo para la proliferación de microorganismos. Es conveniente realizar una limpieza profunda porque, muchas veces, insertamos cuchillos húmedos o con restos de alimentos sin darnos cuenta, lo que propicia la acumulación de bacterias.
En el cajón de las verduras del refrigerador, a pesar del frío, se pueden encontrar fácilmente patógenos como la salmonela. Los tápers también pueden convertirse en una fuente de gérmenes, ya que muchas veces se omite el lavado minucioso de las ranuras de encaje de la tapa. En esas zonas del objeto, las bacterias pueden acumularse y contaminar otros alimentos.
Enfermedades que se pueden contraer si no se mantiene una adecuada limpieza
Tener una cocina sucia puede propiciar la aparición de enfermedades como salmonelosis, intoxicación alimentaria y gastroenteritis. Estas patologías, causadas por bacterias como Salmonella, E. coli y Listeria, pueden generar síntomas graves como diarrea, vómitos y fiebre.
Bajo esta premisa, el doctor Eduardo Gotuzzo dijo que “los gérmenes que se encuentran en la cocina pueden causar fiebre tifoidea, toxoplasmosis, hepatitis entéricas (A y B) y cólera”, indicó.
Como es sabido, los gérmenes responsables de causar diversas enfermedades en la cocina incluyen la bacteria Salmonella typhi, que provoca la fiebre tifoidea; el parásito Toxoplasma gondii, causante de la toxoplasmosis; los virus de la hepatitis A y E, que generan hepatitis entéricas; y la bacteria Vibrio cholerae, responsable del cólera.
Para prevenir estas enfermedades, el Ministerio de Salud recomendó a la ciudadanía que los utensilios de cocina y cubiertos deben lavarse con abundante detergente o lavavajillas, y desinfectarse con agua hirviendo o sumergiéndolos en una solución de lejía durante 15 minutos, seguida de un enjuague. El proceso de secado puede realizarse por escurrimiento o con un secador limpio. Una vez limpios, los utensilios deben guardarse en un lugar protegido.
Asimismo, las superficies de las mesas y los reposteros también deben limpiarse con un paño húmedo y desinfectarse con una solución de lejía. Estas medidas son esenciales para mantener un entorno de cocina seguro y libre de gérmenes.